Esta semana se cumplió un mes de acampe en Télam. Además, una semana de vaciamiento en la Televisión Pública y Radio Nacional, con un desguace en la programación, en las 49 emisoras de todo el país y un ataque al derecho a la información de toda la población, que deja al Estado al margen de la ley.

Milei no tiene un proyecto de medios públicos, ni liberal ni de derecha, no propone reestructurar tal o cual empresa, no le interesa si son más o menos rentables: Milei sólo busca destruir y destruir, particularmente todo lo público. Y lo agrava con una política de la crueldad, vanagloriándose del sufrimiento del pueblo. Esto quedó demostrado con los miles de despidos en el Estado de esta semana. No sólo no le interesan las familias que deja en la calle sino tampoco las funciones públicas y los derechos de la sociedad que no pueden garantizarse sin trabajadores.

A un mes de acampe en Télam y de conflicto en los medios públicos, la fortaleza gremial de nuestros compañeros y compañeras es directamente proporcional al apoyo recibido. Sólo en esta última semana recibimos el respaldo de los héroes de Malvinas; de los campeones del mundo “Pato” Fillol y “Negro” Enrique en un homenaje a Maradona en la puerta de la agencia; de los curas en opción por los pobres, que realizaron una misa el jueves santo. Antes habíamos recibido el abrazo de los organismos de Derechos Humanos en el 24 de marzo más rebelde y potente en muchos años, con una plaza colmada que no contó con la presencial oficial de los medios públicos pero sí con la cobertura de sus trabajadores, a través de un notitrabajadores y de somostelam.com.ar, portal con el que la asamblea rompe la censura de Milei y demuestra su profesionalismo.

Sabemos que esta pelea no se resuelve en los edificios de Télam, la Televisión Pública o Radio Nacional, sino que es parte de la lucha del conjunto de nuestro pueblo contra el proyecto político de Milei, de desguace del Estado, de ataque a los derechos de la clase trabajadora y de entrega de los recursos de la patria. Para muestra basta el acto de anuncio de la instalación de la base yanqui en Ushuaia, donde se entonaron las estrofas de su himno, a días del 2 de abril.

Por eso la asamblea general de SiPreBA contó con la participación de dirigentes de CGT y CTA, que nos apoyan desde el primer momento de esta pelea. Además de la lucha por el salario, entre las resoluciones centrales plasmamos la necesidad de volver a realizar una jornada como la del paro general del 24 de enero, donde masivamente en las calles derrotamos la ley ómnibus. Ahora necesitamos derrotar el DNU y el nuevo proyecto de ley. Porque sabemos que esas son sus bases para seguir avanzando. Y la única manera de ponerle un freno es con la lucha en las calles en unidad.

Defender los medios públicos es defender la soberanía informativa, la identidad cultural de nuestra nación y nuestra patria. Por eso, además de derrotar el plan de ajuste de Milei, necesitamos poner en pie un proyecto de país donde la soberanía esté en el centro, para una democracia plena de derechos y con justicia social. «