Los alemanes de Sergio del Molino fue elegida entre seis novelas finalistas de  un total de 800 enviadas desde distintos países de habla hispana: 396 de España, 104 de Argentina, 109 de México, 93 de Colombia, 40 desde Estados Unidos, 20 de Chile, 26 de Perú y 12 de Uruguay.

Se presentó al concurso bajo el seudónimo de Patricia Bieger.  El libro llegará las librerías en hacia fines de marzo.

El jurado que dio como ganador a Los alemanes por unanimidad estuvo conformado por  jurado, formado por los escritores Sergio Ramírez, Juan José Millás, Laura Restrepo, Rosa Montero y Manuel Rivas, y la directora editorial de Alfaguara, Pilar Reyes (con voz pero sin voto).

La recompensa del premio son 160.000 euros, lo que equivale a 175.000 euros más una escultura de Martín Chirino.

Entre los fundamentos de su decisión de premiar la novela de Del Molino figura «su maestría para narrar un suceso muy poco conocido de la historia española relacionado con las mutaciones del nazismo y con hondas consecuencias en el mundo actual. Oscuros secretos familiares encierran un pasado amenazador capaz de destruir el presente. ¿Heredan los hijos la culpa de los padres? Una novela apasionante que pone a prueba la conciencia de los personajes y que sacude la del lector»

La novela de del Molino trata sobre un tema tan vergonzoso como silenciado en la historia española: cómo un grupo de nazis instalados en Zaragoza vivió una suerte de exilio dorado y se dedicó desde España a avivar en neonazismo en Alemania.

A partir de este hecho histórico, la novela plantea un problema existencial: ¿Los hijos arrastran las culpas de los padres? ¿No son los secretos familiares una suerte de complot de silencio para no reconocer las culpas que les corresponden a todos, a unos por haber llevado a cabo una acción vergonzosa y a los descendientes por no rebelarse ante ellos.

“Los secretos familiares –dijo el escritor durante la rueda de prensa que mantuvo con periodistas de España y de América Latina tras ser anunciado el ganador en el Círculo de Bellas Artes de Madrid- no son cosas que no se saben y que se guardan celosamente, sino cosas que todos los miembros de las familias saben, pero se empeñan en silenciar”.

El tema de la culpa como posible herencia familia produjo un breve debate. La escritora  Rosa Montero, quien formó parte del jurado entendió que si bien los hijos no eran culpables de las acciones de sus padres, sí lo eran de no denunciarlas o de vivir cómodamente de ellas. “Si tú eres rico porque un antepasado tuyo fue esclavista, por ejemplo, tú también tienes culpa al disfrutar de una fortuna obtenida en el pasado por esos medios.”

Una de las cuestiones que plantea la novela es qué deben hacer los herederos de una culpa. “Quiero pensar –dijo del Molino- que los hijos no tienen que cargar con las culpas de los padres y que es injusto que los juzguen por ellos, pero la moral es práctica y quieras o no acaban cargando con ellas. Es difícil negarse a recibir una culpa heredada aunque sea injusto y los hijos no tengan la culpa. Hay mucha gente que cambia el apellido porque intenta huir de eso…”.

El pasado –afirmó- está siempre agazapado.

Si bien la novela habla sobre el nazismo, comienza mucho antes. “Esos alemanes –informa del Molino- llegan en 1916 y eluden la expulsión en 1919. Cuando llega el Tercer Reich se nazifican porque sufren una propaganda muy intensa por parte de Hitler. Algunos acaban en el frente ruso, porque para ellos el nazismo representa esa grandeza de Alemania que no encuentran”

Foto: Prensa Alfaguara

Del Molino y su forma de trabajo

Existe una división clara entre los escritores: aquellos que son de mapa, es decir, que necesitan saber todo, conocer todo el territorio para poder sentarse a escribir, y los de brújula, aquellos que se van orientando en el camino mismo de la escritura. Del Molino pertenece a este último grupo. “Soy de los que escriben –contestó el escritor- para saber (qué es lo que quieren escribir).  Esto no significa que no planifique o que no sepa a donde voy, pero intento que esa planificación sea lo más leve posible. La escritura es la forma que tengo de clarificar qué pienso realmente de algo, me lleva a lugares interesantes”.

El autor destacó que la música de Schubert constituyo “la banda sonora” de su novela. “Supe que iba a hacer una novela y no una reconstrucción histórica cuando entendí que iba a ser una historia sobre el presente, con ayuda de Schubert y referencias musicales alemanas.”

Y agregó: “Yo no tengo momentos de eureka, ni epifanías, soy de maduración lenta y este era uno de los temas que tenía en la recámara. Hay cosas mías en todos los personajes”.

Del Molino es escritor y periodista. Publica habitualmente una columna en diario El país y sus libros han sido traducidos al inglés, italiano, francés, griego, alemán y chino.

El autor de Los alemanes manifestó su preferencia por los géneros híbridos y bromeó acerca de que los libreros nunca saben muy bien dónde ubicar sus libros porque son inclasificables.

Es autor de diversos libros entre los que se cuentan La hora violeta, un libro autobiográfico; Un tal González, de género híbrido; La España vacía, que se transformó en clásico y Contra la España vacía.

Así comienza «Los alemanes»

El 2 de mayo de 1916, los vapores Cataluña e Isla de Panay atracaron en el puerto de Cádiz.Transportaban a 627 alemanes procedentes de la colonia de Camerún, conquistada por los aliados en febrero de ese año en uno de los episodios menos conocidos y menos comentados de la Gran Guerra.En lugar de rendirse a sus enemigos, los alemanes se entregaron a las autoridades españolas en Guinea. España, como potencia neutral, los acogió como internados. Ya no abandonaron el país y se instalaron, sobre todo y entre otras ciudades, en Alcalá de Henares, Pamplona y Zaragoza. Pronto se harían famosos y serían conocidos como los alemanes del Camerún.

Hasta aquí, la historia tal y como aparece en los registros. A partir de aquí, la leyenda.]