Tal como lo informara  Tiempo Argentino en su edición del 9 de setiembre, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, quien apoyara la lucha sandinista y llegara a ser vicepresidente de su país bajo el liderazgo de Daniel Ortega, hoy es perseguido por ese mismo gobierno que desbarató los sueños revolucionarios de quienes lo apoyaron.” 

Ayer martes 14 de septiembre el escritor presentó una nueva novela, Tongolele no sabía bailar, editada por Alfaguara. En esa oportunidad destacó en una entrevista con Europa Press que “el daño más grande que se le puede hacer a un escritor es prohibir ser leído en su propio país, muchos han tenido que salir forzadamente de su país, huyendo de regímenes represivos”.

Ramírez dijo que está buscando cómo adaptarse a una nueva situación que significa la «imposibilidad de poder regresar» a su propio país, algo que considera «siempre muy duro» y atribuyó a movimientos políticos por parte de la «dictadura» de Daniel Ortega.

«Creo que el exilio-dijo en la presentación de su libro- es un hecho muy doloroso para el que lo sufre, pero bueno, la única manera de romper con el exilio sería regresar y exponerme a ir a la prisión con seguridad», . Para el escritor, los prisioneros, como el líder estudiantil recientemente detenido Lesther Alemán, están en la cárcel de Nicaragua «en las peores condiciones, sometidos a torturas psicológicas», expresó al presentar su reciente libro editado por Alfaguara, consignó la agencia de noticias DPA. Habló incluso de torturas psicológicas como el hecho de mantenerlos con la luz prendida día y noche para que no puedan descansar. Mencionó también la falta de una alimentación adecuada.

Dijo, además que teme por su vida y que todavía no decidió dónde establecerá su nuevo lugar de residencia: «Por el momento estoy en Costa Rica, pero mis opciones siguen abiertas, España, soy ciudadano de este país; México, Estados Unidos, aún no lo sé, no me he puesto a pensar en eso».

«Esta situación resulta un descalabro en la vida de uno. Uno extraña su casa, sus libros, la costumbre de vivir en un lugar en el que has estado a lo largo de los años», remarcó el autor, quien, más que un «perseguido político», se siente un «condenado político» porque le han acusado de «muchísimos delitos» algo que, en sus palabras, «trae consigo la persecución, el exilio».

Ramírez esta acusado por el Ministerio Público de Nicaragua de “realizar actos que fomentan o incitan al odio y la violencia”, razón por la que días atrás se ordenó su detención y el allanamiento de su casa en Managua. Tres meses antes había sido citado por la fiscalía para que respondiera a una acusación de lavado de dinero contra la Fundación Violeta de Chamorro. En el sitio oficial del Ministerio Público de Nicaragua puede leerse: “(…) se presentó acusación contra Sergio Ramírez por realizar actos que fomentan e incitan al odio y la violencia, también por haber recibido a través de la Fundación Luisa Mercado, dinero de la Fundación Violeta de Chamorro (…) fondos que en su mayoría iban destinados a financiar uno de los principales programas de la Fundación Violeta de Chamorro, “Programa Medios para Nicaragua” pero que en la práctica fueron destinados a otros fines que no eran los de la Fundación (…) El Ministerio Público solicitó orden de detención y allanamiento.”

«Estoy muy agradecido -expresó durante la presentación de su libro- con el pronunciamiento oficial del Gobierno de España y el respaldo que he recibido de más de 400 escritores. Me siento muy arropado con la solidaridad y esto, dentro de la situación trágica a la que estoy sometido, es un gran bálsamo»,