Al menos nueve personas murieron el miércoles, y varias resultaron heridas, tras un ataque que alcanzó una mezquita en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. Los muertos y heridos fueron trasladados al cercano hospital Abu Youssef Al-Najjar.
Los edificios colindantes sufrieron numerosos daños. Algunos quedaron arrasados. «Estábamos sentados, en el interior de nuestro hogar, y atacaron la mezquita que está justo al lado, sin previo aviso», declaraba un superviviente. Los ataques israelíes han causado la muerte de más de 25.700 personas en la Franja de Gaza, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
La diplomacia internacional deplora el alcance de las acciones de Israel y su impacto sobre los civiles palestinos. Así, el coordinador de la ONU ha informado de que se han producido bajas tras el ataque a un centro de formación de la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos en Oriente Próximo, UNRWA, en Jan Yunis.
El lugar servía como refugio a cientos de desplazados en el sur de Gaza. Además, la Media Luna Roja Palestina informa de que las fuerzas israelíes han impuesto un «toque de queda total» en torno al hospital Al Amal, mientras prosiguen con la ofensiva terrestre en la ciudad.
Un negociador de la Casa Blanca se ha desplazado a Catar, en el marco de las gestiones de Estados Unidos para lograr otro acuerdo para la liberación de rehenes que permanecen en manos de militantes de Hamás. Entretanto, Washington sigue oponiéndose a un alto el fuego general en Gaza.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) se pronunciará este viernes sobre el caso de Sudáfrica contra Israel por presunto genocidio en la Franja de Gaza.
Repudios de la diplomacia internacional
Un alto funcionario de las Naciones Unidas en Gaza ha declarado que «la conmoción está empezando a disiparse, y la gente empieza a ver con resignación que vamos a tener que hacer frente a esta situación durante un tiempo considerable».
Jamie McGoldrick, coordinador especial adjunto interino y coordinador residente de la oficina del coordinador especial de las Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, afirma que «la familia de la ONU y sus socios estamos intentando salir adelante lo mejor que podemos, pero nos enfrentamos a enormes desafíos. Muchos de ellos están fuera de nuestro control».