La idea de caminar en un sendero dentro de un bosque, sentir el canto de los pájaros y transcurrir entre la espesura que filtra los rayos del sol está más cerca de lo que se puede imaginar. A menos de una hora de la Ciudad de Buenos Aires, exactamente a 42 kilómetros por el Acceso Oeste, llegamos a Moreno, donde se puede disfrutar de esta experiencia que recorre desde yoga hasta avistaje de aves, interpretación de la flora y clases de tango, paseo de artesanos y espectáculos culturales. De todo.

Moreno está asociada a ese mundo enorme e inabarcable del Conurbano, pero también tiene su costado turístico. Y todo el año se puede visitar y disfrutar. En verano –especialmente este verano de ajuste libertario donde hacer un viaje largo se vuelve una quimera– aún más.

En Moreno hay actividades recreativas para los más chicos, un museo donde se interpreta la importancia de los humedales, un paseo costero, un lago e incluso la posibilidad de volar en globo.

El bosque está en la Reserva Municipal Los Robles y cobija a unas 213 especies de aves, desde el Jilguero dorado hasta el Martín Pescador mediano. Se sabe la cifra exacta gracias al naturalista de campo y especialista en fauna, Hernán Ibáñez, del staff de la Fundación Azara (ONG dedicada a la historia natural), que relevó el lugar desde 2001, cuando comenzó a trabajar como guardaparque.

Se trata de una reserva urbana, con gran potencial, donde se despliegan actividades en la naturaleza y también espacios de concientización y difusión sobre la importancia de preservar y conservar la biodiversidad. Porque el turismo también es aprender.

Moreno: un bosque en el oeste

Son mil hectáreas. Este gran pulmón verde surgió tras la construcción del Dique Ingeniero Roggero en 1972,  que buscó regular el cauce del Río Reconquista y que dio lugar al Área Natural Protegida que lleva el mismo nombre y que alberga la Reserva Municipal. Allí hay 268 hectáreas plenas de bosque que desde los ’90 son cuidadas por un cuerpo de guardaparques municipales que también guían durante todo el año a los visitantes que quieren conocer los tres ambientes que contiene la Reserva, entre el bosque natural exótico, el humedal y el pastizal pampeano. Todo a casi media hora de CABA.

La mayoría son especies exóticas pero las hay de las nuestras. Se ven ceibos, talas, sauces, casuarinas, fresnos y, por supuesto, el roble de los pantanos. Como flora nativa se pueden reconocer la pezuña de vaca que tiene una flor blanca hermosa, aguaribay, espinillos, jacarandás y pacha.

La reserva cuenta con un vivero municipal y otro de especies de flora nativa que conlleva dos objetivos: el educativo y la reforestación del área. Quienes visiten la Reserva pueden recorrerla a través de caminatas guiadas. Pero en la variedad está el gusto: hay zona de juegos, canchas, plaza húmeda, patio gastronómico, alquiler de bicis, baños y «biblioteca de naturaleza».

Lo increíble de este lugar es que cuenta con posada, cabañas, camping, parrillas y hasta pileta. Los precios también son increíblemente accesibles (más aún teniendo en cuenta la coyuntura). Y se puede llegar de las distintas formas: en auto, en colectivo e incluso en tren.

Parte del aire

La naturaleza también se puede apreciar desde la altura, porque hay paseos en globo aerostático. Salen desde la Plaza Favaloro a metros de la Reserva Los Robles, buscando convertirse en una experiencia centrada en niños y niñas de entre 6 y 12 años.

Dura de 3 a 5 minutos en los que el aire es el compañero de una pequeña aventura imperdible, alejada de todos los imaginarios a los que se deposita al Gran Buenos Aires profundo. En el oste está el agite, y también los globos.

Bus Turístico

Este partido fundado en 1864 en el que hoy viven 574.374 habitantes (el noveno más grande del país) logró diversificar sus opciones a las y los visitantes, centrándose en una política municipal a la que llaman «propuestas turísticas de cercanía». No solo hacia los de afuera, sino también destinada a sus propios vecinos, que como suele pasar en muchos lugares, desconocen parte de su propia ciudad.

Con un Bus Turístico se re descubre la historia y el patrimonio de Moreno: recorren el Casco histórico, la Parroquia Santa María de Guadalupe, el Museo y Archivo Histórico Amancio Alcorta, la Posta Sanmartiniana, la citada reserva Los Robles, el Paseo Costero, el seminario Nuestra Señora Corredentora y el Museo del Bandoneón “Mariani”. En una ciudad que tiene mucho más de lo que imaginamos.

Bus Turístico.
En auto, en tren o en colectivo, todo ahí nomás

Para llegar a la Reserva Municipal Los Robles, desde Buenos Aires hasta el área son 45 kilómetros por Acceso Oeste; luego desviar en la salida La Reja (km 38) y seguir por Rubén Darío. De la Argentinidad y Benito Juárez, por la cual se completan los últimos 3 kilómetros hasta la calle Williams. Está abierto de martes a domingos de 9 a 19.

También pueden llegar en el tren Sarmiento y el colectivo 501 La Perlita ramal 26 “Los Robles”.

Las cabañas y posadas en la Reserva tienen capacidad para 2 a 5 personas. Tienen servicio como wifi, aire acondicionado, kitchenette con anafe, frigobar, baño privado con duchas con agua caliente , mesas, parrilla y estacionamiento. La Reserva tiene pileta. El Camping cuenta con sector de fogón, bachas, baños, mesas y parrillas, y la posada tiene condiciones de accesibilidad.

Para reservar hay que escribir con tiempo a [email protected] o mensaje de WhatsApp al: 11
2405 4639. También se puede mandar mail a: [email protected].

Garza blanca en Moreno.
Foto: Hernán Ibáñez