El anuncio del presidente Javier Milei de cerrar la agencia estatal de noticias Télam provocó una ola de rechazos entre periodistas, académicos y sindicalistas.

Milei justificó la medida con un argumento falaz: “Ha sido utilizada durante las últimas décadas como agencia de propaganda kirchnerista”. Agregó que significaba un costo (que no mensuró) para el presupuesto nacional.

Télam emplea unos 700 trabajadores. Emite cables de noticias (unos 20 por hora) y confecciona piezas audiovisuales y podcasts. Tiene un equipo de fotógrafos reconocidos por su gran profesionalismo en el periodismo nacional.

Télam se encuentra intervenida, junto con Educ.ar, RTA y Contenidos Públicos, desde el 5 de febrero, cuando se publicó en el Boletín Oficial el decreto 117/2024. Pero al igual que otros organismos públicos, el gobierno no ha designado a la conducción que debe dirigirla.

Agustín Lecchi, secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) le dijo a Tiempo que «el intento de cierre de Télam y otra serie de anuncios en el mismo tenor, son políticas para mostrar iniciativa a la propia base electoral mientras las grandes mayorías nos vemos atacados por el peor ajuste en décadas y mientras se prepara una entrega de los recursos de la patria».

Lecchi argumentó que «cerrar Télam implicaría un tiro en el corazón del sistema de medios de nuestro país, a la libertad de expresión, el pluralismo, el federalismo y el derecho a la información».

El secretario General del Sipreba señaló, además, que tanto ese sindicato como la Federación nacional (Fatpren) defenderán a la agencia y a sus trabajadores «a través de acciones legales, políticas y sindicales, junto a todos los sectores de la sociedad que sabemos que apoyan Télam«.

Milei lanzó la amenaza el viernes pero no hay claridad acerca de cómo pretende llevarla a cabo.

La CGT expresó en un comunicado su «absoluto rechazo» al anuncio. Indicó que el gobierno apela a «argumentos falaces» y vinculó la decisión a un «ajuste feroz que favorece a una minoría de sectores concentrados».

Una historia

La mirada de Lecchi sobre el respaldo de otros sectores se sostiene en dos pilares. De un lado, la historia: en 2018 el macrismo intentó despedir a dos tercios de los trabajadores de la agencia, un paso previo al cierre. Tras dos mese de enconada lucha, que luego siguió en los Tribunales, debió retroceder en su pretensión. Este conflicto laboral fue uno de los más importantes del gobierno de Cambiemos y generó una enorme adhesión entre los periodistas, intelectuales, gremialistas y políticos, lo que fue un factor fundamental para su resultado favorable a los trabajadores.

Ahora, la amenaza de Milei regeneró ese cúmulo de respaldos. En diálogo con este medio, Hugo «Cachorro» Godoy, titular de la CTA-A, dijo: «Milei anunció el cierre de Télam. Lo rechazamos, apoyamos a sus trabajadores y trabajadoras así como al conjunto de trabajadores estatales y de las empresas del Estado. Vamos a defender en unidad un Estado nacional soberano y al servicio de las mayorías populares, y así como lo impedimos cuando Macri intentó hacerlo, también ahora lo vamos a impedir. El totalitarismo no podrá adueñarse de la democracia argentina».

En un comunicado conjunto, Sipreba y Fatpren señalaron que «La Agencia Nacional de Noticias y Publicidad Télam demuestra su calidad y profesionalismo con el servicio que brinda a diario y es utilizado por todos los medios privados del país. El cierre de Télam no sólo sería ilegal sino también ilegítimo. Se trataría de un ataque a todo el sistema de medios, público y privado, al pluralismo y al federalismo».

Martín Becerra, investigador y docente universitario, observó que «Télam y Radio Nacional son los únicos medios con corresponsales en todas las provincias del país», al destacar esa capilaridad que permite le generación de noticias locales, algo que ningún otro medio puede hacer.

Proyectos contra sindicatos

Además de la amenaza de cerrar la agencia Télam, Milei anunció que enviará proyectos de ley para imponer los convenios por empresa por encima de los convenios por sector. Se trata de un viejo reclamo de la patronal argentina, que encuentra mucho más cómodo negociar salarios y condiciones laborales con un movimiento obrero atomizado.
El otro proyecto apuntaría a meter la justicia electoral dentro de los procesos de organización de los trabajadores, fiscalizando elecciones sindicales e imponiendo límites a los mandatos.

El martes, paro nacional de prensa

El gremio de los trabajadores de prensa atraviesa un momento bisagra: el reclamo salarial recorre todas las redacciones del país, de una punta a la otra. Por ello, pasado mañana se realizará un paro general de 24 horas en la prensa escrita, que agrupa a los trabajadores de diarios, revistas y de portales web, convocado por la Federación de Trabajadores de Prensa (Fatpren).
Ese mismo día, el Sipreba, que representa a los trabajadores de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, realizará una medida de fuerza similar tras dos meses de negociaciones infructuosas con las cámaras que representan a los medios escritos. En la última reunión, el jueves pasado, las empresas no dieron respuesta al justo reclamo.
En prensa televisada, habrá paro de dos horas por turno el mismo martes luego del vencimiento de la conciliación obligatoria, tras negociaciones en las que, al igual que en la rama escrita, no hubo avances.