Sigrid Nunez escribió uno de los libros más conmovedores de los que pudieron leerse en  Argentina en el año 2019 a través de la editorial Anagrama,

Se trata de El Amigo, una historia que habla, fundamentalmente de la comunicación entre especies, más concretamente entre la protagonista de la novela y un gran danés heredado que le transformó la vida.

Dos años después, en 2021, salía a través de Tusquets otro libro conmovedor en el que un perro era el eje sobre el que giraba la historia: Kaidú, de Paula Pérez Alonso .También en él el núcleo era el nivel de profundidad que puede alcanzar la relación entre dos especies diferentes.  

“Hay gente que dice ‘mascotas’ con desprecio, afirmó en un una entrevista la autora de Kaidú. Como digo en la novela, yo odio la palabra ‘mascota’ por otros motivos, porque cosifica a un animal, lo transforma en una cosa, como si fuera una debilidad tener un compañero o una compañera de otra especie.”

Por supuesto, no se trata de una casualidad que dos libros que fueron un éxito editorial giren en torno a ese tema: sin duda, tímidamente se abre paso un nuevo paradigma que cuestiona el lugar que les hemos atribuido hasta hoy a los animales, en este caso, al perro,  y la forma en que su inteligencia suele medirse con la vara equivocada que es la vara de la inteligencia humana como si fuera la única forma de inteligencia posible.

El perro espera (a que llegue el humano que salió a trabajar, a que se haga la hora del paseo, a que alguien le acaricie el lomo)….Si se lo llama “animal de compañía es, precisamente, porque acompaña, porque es sensible al afecto, porque sabe darlo y recibirlo. ¿Y no es la capacidad de sentir amor una de forma de la inteligencia?

Fuera del campo de la ficción el lugar que le hemos dado a los animales también es cuestionado en un libro de Eugenio Raúl Zaffaroni, La Pachamama y el humano, con prólogo de Osvaldo Bayer e ilustraciones de Miguel Rep.

Sigrid Nunez, de la novela a la pantalla

Es muy posible que además de la calidad intrínseca de libro de Nunez El amigo, todas estas consideraciones hayan estado presentes a la hora de decidir llevarlo al cine. La ciencia y la filosofía cada día cuestionan con mayor intensidad el lugar que le asignamos a los animales.

“¿Qué dirían los animales si les hiciéramos las preguntas correctas? Y “Habitar como un pájaro”, ambos de la filósofa de la ciencia Vinciane Despret, por citar sólo un ejemplo, dan cuenta del cambio de paradigma que comienza a dibujarse en el horizonte y que ponen en claro que hemos trasladado los prejuicios de la sociedad patriarcal al estudio de los animales. Una de las cosas que cuestiona la filósofa belga es, por ejemplo, el dominio de los machos.

El amigo llegará al cine a través de los realizadores Scott McGehee y David Siegel y será interpretada por Naomí Watts quien se meterá en la piel de la escritora de Nueva York que pierde a quien fuera su amigo y también su amor clandestino. Debido a este hecho se hace cargo de Apollo,  un enorme gran danés con quien irá entablando una relación entrañable. Las proporciones del animal no son las más adecuadas para un departamento minúsculo  ubicado en  el Midtown de la Gran Manzana en el que además, está prohibido tener animales.

Como bien lo dice una reseña del libro aparecida en este mismo diario El amigo “es un breve ensayo y una larga meditación sobre la muerte, el dolor, la soledad, la amistad, la sexualidad, la cultura de lo políticamente correcto, los feminismos y la escritura. Sobre todo la escritura. Bueno, también, un tratado sobre las relaciones entre los humanos y los perros”.

Pero, como en toda buena novela –Moby Dick es  un ejemplo paradigmático- conviven en ella diferentes especies discursivas, desde el diario íntimo hasta las anécdotas y citas de escritores como Virginia Woolf o Milan Kundera.

Seguramente, no será fácil para Watts meterse en la piel del personaje creado por Watts no solo porque es un personaje muy ricos y con diversas aristas, sino también porque la literatura incita al lector a darles rostro, cuerpo y personalidad a los personajes. Mientras lee, los imagina a su manera.

Por eso, por mejor hecha que esté una película siempre tendrá que confrontarse con la película que cada lector tiene en su cabeza si es que, por supuesto, leyó el libro antes de ver la película. Dada la popularidad que tuvo la novela, Watts enfrenta un difícil desafío.

Foto: Telam

Es cierto que la actriz británica ha recorrido formatos diversos: la telenovela, la serie, el cine, la comedia y que ha trabajado nada menos que con directores como David Lynch, Woody Allen y Clint Eastowood entre muchos otros, pero no es menos cierto que los lectores suelen ser exigentes y difíciles de satisfacer cuando se enfrentan a personajes de cine que nacieron de los libros. La maestría de los realizadores también hará lo suyo, aunque llevar un obra literaria al cine no es nunca una tarea sencilla. :