Muchos fueron los cordobeses que pasaron por el Museo de Arte Contemporáneo fundado por el propio Antonio Seguí para despedirlo. Entre ellos se contó el gobernador de la provincia, Juan Schiaretti, quien dijo que esa despedidaera un tributo “al hombre que expresa lo que es la cultura cordobesa y consigue sintetizarla y plasmarla en obras de arte; y con esa mirada, esa concepción que tenía, pudo triunfar internacionalmente como no lo hizo ningún otro artista en la historia de Córdoba y tal vez del país”.

Y agregó: “Era cordobés hasta el caracú, porque como él decía ‘vivo en Córdoba y trabajo en París’; siempre volvía porque quería a su Córdoba”. Familiares, amigos y allegados del artista también participaron de la jornada de despedida.

Nacido en Villa Allende el 11 de enero de 1934, fue en Córdoba donde Seguí comenzó a estudiar en diversas academias y desde donde salió al mundo, a los 17 años, para ponerse en contacto con el arte europeo y continuar sus estudios en la Ecole des Beaux Arts de París y en la Academia de San Fernando de Madrid.

Gran parte de su obra está en Córdoba debido a la donación de pinturas que hizo al museo mencionado como a las esculturas emplazadas en la ciudad. El Hombre Urbano está ubicada en el Nudo Vial Mitre, La mujer urbana –él se declaraba un ferviente feminista- se ubica en Nudo Vial 14 y Niños urbanos en el Parque del Aeropuerto de Córdoba y en el Valle de Calamuchita se encuentra El gaucho urbano. Todas ellas están realizadas en acero pintado. Pero hay una realizada en madera pintada, Voy volando, emplazada en el aeropuerto mismo de Córdoba.

La muerte sorprendió a Seguí en Argentina, donde se sometió a una operación de cadera en el Hospital Alemán de Buenos Aires que se complicó. Córdoba lo seguirá recordando de la misma intensidad con que él la recordaba. “En mi trabajo –dijo alguna vez- el mensaje ha sido siempre las impresiones de mi infancia en Córdoba. Son producto de la memoria del niño que en algún momento fui”.