Dreams by Jane Brodie”, una instalación audiovisual con curaduría de Mariana Obersztern que se podrá visitar en el Centro Cultural Kirchner hasta el 2 de julio, pone en escena la célebre frase de Shakespeare «somos de la misma sustancias de los sueños». A través de dieciséis sueños que la artista fue recopilando a primera hora de la mañana, apenas empezaba a despertarse, vamos accediendo a su mundo onírico, mediante una voz que parece no haber dejado de habitarlo del todo, a medio camino de la vigilia. “La voz del sueño avanza con su exquisita fisonomía, abriendo paso a una peculiar identidad autoral lúcida y llena de gracia”, escribe Obersztern en el texto curatorial.

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Foto: Gentileza Jorge Miño

Además de artista visual, Jane Brodie es traductora, de ahí, cuenta en diálogo con Tiempo, su pasión por trasladar al inglés y al español las imágenes que encontraba en los sueños.

“En una especie de afán de traducir, de capturar ese mundo inasible que es el mundo de los sueños, empecé desesperadamente a grabar mi voz a la mañana para no perder esa realidad paralela. He trabajado con materiales azarosos y misteriosos; nunca decido de antemano el material con el que voy a trabajar, sino que van siendo hallazgos. Y aunque no había trabajado con un material producido por mí de esta manera, en este caso también fue un hallazgo: no puedo dar una explicación demasiado clara de por qué me encontré haciéndolo”, dice la artista.

Mundo nocturno

En la sala 613 del CCK, en penumbras, como si estuviéramos a punto de ingresar en la duermevela del sueño de Brodie, se va escuchando una voz envolvente que cuenta su otra vida, la de la noche. A los costados, dos pantallas proyectan la transcripción en inglés y en español. “A través del registro escrito se marca el ir y venir entre los dos idiomas. Además, hay un ritmo que se va generando en los hiatos, cuando aparece la pantalla en negro, cuando no hay voz”, explica. 

Las grabaciones cuentan de todo: una pesadilla sobre la muerte de Juan José Cambre, artista plástico y amigo de Brodie; un viaje en uber con Donald Trump; una chacra en Misiones que en su misterioso devenir es también la casa de su infancia en Philadelphia; y hasta un grupo de mujeres indígenas que se esconden de un tiroteo. “Justo ahora”, dijo Graciela Speranza cuando vio la exposición, en referencia a la represión en Jujuy. “Todos los sueños se dieron entre 2019 y 2023- cuenta Brodie-, pero ese sueño en particular lo tuve hace un tiempo ya, el tema con las comunidades indígenas es algo que respiramos en Latinoamérica, siempre es actual”.

Un pasaje entre distintos lenguajes

Jane Brodie nació en Estados Unidos en 1967, estudió Letras en la Universidad de Yale y Brown, pero a los 23 años se mudó a Buenos Aires, su lugar de residencia desde entonces. Tal vez por eso la exposición puede entenderse como un pasaje entre distintos lenguajes, el del sueño y el de la vigilia, pero también entre distintas culturas, la norteamericana y la argentina.

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Foto: Gentileza Jorge Miño

En ese recorrido, no hay ni explicaciones, ni análisis, ni resoluciones. “La presente obra de Jane Brodie no intenta nada de eso; no pone el acento en adelantarse al futuro adhiriéndose a ninguna clase de ideario sobre la premonición o el porvenir. Y tampoco se repliega hacia el pasado, deviniendo una suerte de mirada insidiosa sobre escenas pretéritas capaces de desempolvarse y así echar luz sobre algún abyecto presente.

En Dreams by Jane Brodie toda utilidad ha sido corrida a un lado, descartada como la cáscara de un fruto salvaje. Y es en esa cualidad descalza en donde se centra la adictiva fuerza motriz de la obra: es la propia voz de Jane, aún frágil por el estado de desguarecimiento del despertar, la que recoge desde las mismas entrañas del sueño sus íntimos residuos”, concluye Obersztern.

Con entrada libre y gratuita, “Dreams by Jane Brodie” puede visitarse hasta el 2 julio de miércoles a domingos, de 14 a 20 horas, en la sala 613 del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151, CABA).