A poco de finalizar el Filba internacional, llega del 10 al 13 de noviembre la próxima edición del Filbita, el festival de literatura para las infancias. Con entrada libre y gratuita, serán cuatro días de actividades con una oferta variada de talleres, charlas, mesas redondas y lecturas para que tanto las infancias como los adultos y adultas (desde padres y madres, hasta escritoras e ilustradores) puedan compartir sus experiencias alrededor de la lectura y la escritura. “Buscamos llegar a todos aquellos que acercan libros a los chicos y chicas. Como todos los años, el festival no sólo tiene actividades para las infancias, sino también intenta ser un punto de encuentro, de reflexiones y formación para gente que está trabajando en literatura infantil y juvenil”, dice Luján Picabea a Tiempo. A diferencia de las propuestas para los más chicos, todas las actividades para adultos tendrán lugar en la Alianza Francesa y, si bien son abiertas al público, requieren inscripción previa.

Filbita, literatura para la infancia

En consonancia con muchas de las producciones actuales para chicos y chicas, la 12° edición del festival tendrá este año a la naturaleza como guía y eje temático de las actividades. “Hoy en día la naturaleza tiene un espacio preponderante en la literatura, en los álbumes para las infancias y en la poesía. Es algo atendible que tenemos ganas de pensar con otros: ¿de qué modo se acerca a los chicos y las chicas a la naturaleza? No podemos hablar de la responsabilidad con el medio si antes no les acercamos el amor por otros seres vivos. La literatura y la poesía es ese canal posible para acercarse a la naturaleza cuando, por ejemplo, muchos de los niños y las niñas a las que les hablamos viven en una ciudad como Buenos Aires, en donde el vínculo con la naturaleza a veces se vuelve muy mediatizado”, explica Picabea y continúa: “se ha estudiado que acercar muy tempranamente el problema ambiental a los chicos puede ser contraproducente en tanto esas infancias no hayan desarrollado previamente un vínculo afectivo con el entorno. Para evitar el riesgo de generarles un rechazo a la temática, como promotoras de la lectura, pensamos que la literatura puede ser una herramienta que ayuda a mirar de manera amorosa y responsable a la naturaleza”.

Foto: Walter Sangroni

En una experiencia inédita, el Jardín Botánico será una de las sedes para la realización del festival. Con la participación especial del equipo de la Biblioteca de la Naturaleza, las infancias podrán ir descubriendo ese mundo a través de los libros y en contacto con el ambiente. Habrá recorridas por el espacio y talleres. También se realizarán allí dos encuentros con autores. Por un lado, el escritor e ilustrador brasileño Roger Mello, ganador del premio Andersen, estará presentando su libro La flor del lado de allá; y por el otro, Alex Nogués, escritor y geólogo español, conversará sobre el modo en que la ciencia utiliza como medio a la literatura.

También habrá actividades para chicas y chicos en la Usina del Arte, con propuestas variadas en relación a los ciclos vitales y la naturaleza como disparador sensorial y emocional para la literatura y la poesía. “En ese cruce entre distintos lenguajes es donde se produce el goce, no solo estético sino también artístico, que siembra una semilla. Ciertas lecturas funcionan como incentivos y tal vez germinan después de muchos años. Pero confiamos en que en algún momento lo que se siembra en una lectura florece y se convierte en nuevas lecturas. Así es como se arma un ecosistema de lecturas: una lectura lleva a otra y va creciendo y se va hilvanando con otras muchas. Poco a poco, sabemos que, así como la vida encuentra el modo, la lectura va también encontrando el modo de crecer”, dice Picabea.

Foto: Ariel Baigorri