En una  sala tan colmada que hubo gente de pie, se realizó ayer la presentación de 47º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires que contó con la presencia tanto de autoridades gubernamentales como del mundo del libro: el director general de la Fundación El Libro, Ezequiel Martínez; el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer;  su par porteño, Enrique Avogadro; el director de la biblioteca, Juan Sasturain; la directora de Bibliotecas Populares, María del Carmen Bianchi; la embajadora chilena, Bárbara Figueroa, el presidente de la Fundación El Libro, Ariel Granica y la representante del Ministerio de las Culturas de Chile, Trinidad Guzmán Herrera.  El grupo chileno de música lírica Valparaíso Lyric Project interpretó dos temas que se han convertido en verdaderos himnos de Argentina y Chile respectivamente: «Yo vengo a ofrecer mi corazón» de Fito Páez y “Gracias a la vida”, de Violeta Parra.

De esta forma se continuó con la tradición de presentarla en la Biblioteca que alguna vez dirigió Jorge Luis Borges que estuvo vigente hasta 2019, momento en que hubo una pausa de dos años en razón del aislamiento social obligatorio determinado por la pandemia.

En su intervención, quizá la menos formal y la más cálida, Ezequiel Martínez dijo con humor que luego de un año de gestión ya no podía ampararse en el hecho de ser nuevo para justificarse de cualquier posible error y destacó respecto de la Feria del libro del pasado: “Fue como si me hubiesen tirado en un parque de diversiones sin la posibilidad de subirme a ningún juego”, dado que sus obligaciones le impidieron detenerse en la “apabullante oferta de libros” que tuvo la edición anterior, que batió el récord de concurrencia. Se preguntó, además, “por qué los lectores tenemos esa avidez por acumular libros y citó al respecto una frase de Gabriel Zaid: “La gente que verdaderamente ama los libros es capaz de tener en su casa miles de títulos que no ha leído, sin perder el aplomo ni dejar de seguir comprando más.” Fue también Martínez el encargado de anunciar que el discurso inaugural de la Feria estaría a cargo de Martín Kohan y que la ciudad invitada de honor sería Santiago de Chile.

 «La inversión que hizo el gobierno nacional en la industria editorial entre 2021 y 2022 –afirmó a su turno Tristan Bauer- fue de más de 3700 millones de pesos, de los cuales 3000 millones se destinaron a organizaciones y pymes; 400 millones, a artistas, escritores, escritoras, libreros, libreras, traductores, ilustradores, imprenteros; y 300 millones fueron destinados a impulsar la compra de libros, porque nos parece fundamental la industria del libro y la promoción de la lectura». Y agregó: «Vivimos en tiempos complejos, difíciles y en tiempos difíciles, Rodolfo Walsh decía que hay que dar testimonio. En este mundo y en nuestro país convulsionado, donde a veces triunfan los discursos de odio, el discurso de la xenofobia, el racismo, donde parecería que se instala esa cultura de la guerra, de la muerte, de la violencia, tenemos que contraponer y trabajar, de verdad, por una cultura de la vida, de la paz, del encuentro como dice el papa Francisco». También destacó la importancia de que la Cámara de Diputados haya sancionado el proyecto de ley que otorga las asignaciones específicas a las industrias culturales y expresó su deseo de que suceda lo mismo en la cámara de Senadores, «en defensa de nuestra cultura».

Por su parte, Ariel Granica señaló algunos números clave en relación con el estado de la industria editorial y a los perjuicios que ocasiona la falta de papel que se viene dando en los últimos tiempos. «No terminamos de ver –dijo- que el esfuerzo del sector del papel esté en correspondencia con la dificultad que atravesamos el resto del sector editorial y con la importancia que tiene el libro», pero destacó los esfuerzos que hace el Ministerio de Educación que «fortalece sus planes y no aplica ajustes con los libros: hay en marcha compras para el primer trimestre de 2023, de 22 millones de ejemplares que lo consolida como uno de los grandes motores de nuestro sector». Estas acciones, si bien son necesarias, no resultan suficientes para sacar a industria editorial de la crisis en que se encuentra desde hace tiempo  y que se agudizó durante la pandemia.

Ennrique Avogadro destacó «el rol central que para la cultura de la Ciudad de Buenos Aires tiene la feria del libro como espacio de encuentro y de resonancia de los debates» y se refirió a las tres ediciones de la Feria de Editoriales y Librerías (Felba) y «La noche de las librerías».

La coordinadora del Diseño y Servicios Creativos del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, Trinidad Guzmán Herrera, se refirió a las características de la ciudad de Santiago. En este sentido dijo que la ciudad que será la invitada de honor en la 47ª Feria Internacional del libro de Buenos Aires “es  también rural, cordillera y río; «es mito y realidad, es revuelta, estallido, feminismo, nueva constitución, rechazo, 18 de octubre y 4 de septiembre, contradictorio y apasionante».