Las tres contrapropuestas de canje de deuda que enviaron los acreedores fueron leídas con optimismo en el mercado financiero, que destacó el hecho de que fueran presentadas ante las autoridades una semana antes del vencimiento del plazo para lograr un acuerdo sobre la reestructuración de la deuda pública argentina sometida a jurisdicción extranjera, calculada en unos 66 mil millones de dólares.

“Es un buena señal porque indica que todavía existe un sendero de diálogo entre los acreedores y el gobierno”, inidcó a Tiempo uno de los operadores que prefirió el anonimato porque dijo “desconocer” los términos de lo escrito en las tres proposiciones. De todas formas, advirtió que “igual puede suceder que el gobierno las rechace, pero se enfrentaría a un problema ya que quedaría claro que no quiere negociar”.

La mirada crítica hacia el gobierno de este operador financiero es compartida en el amplio espectro que compone el mundo de las finanzas, tanto local como internacional. Allí se insiste con que el gobierno tiene que mejorar su oferta hacia los acreedores. Se trata de una suerte de hermandad corporativa: mañana podrían ser ellos los que estén en la discusión con un gobierno por un canje de deuda.

En tanto, en el gobierno se vivió la situación con entusiasmo contenido. El viernes por la noche, Economía emitió un comunicado en el que anunció que recibió las tres propuestas y dijo que “El Ministro de Economía junto a su equipo y los asesores financieros de la República están analizando las características de estas propuestas y sus implicancias para el objetivo de restaurar la sostenibilidad de la deuda pública”. El texto concluyó con un párrafo neutro: “El gobierno argentino y los acreedores de la República continúan el diálogo constructivo en pos de alcanzar un acuerdo sostenible en el proceso de la reestructuración de la deuda pública externa”.

Sin embargo, el hecho de que sean tres propuestas y no una sola también abre la posibilidad a especulaciones en torno al hecho de que los acreedores no tienen los mismos intereses.

Si bien el Palacio de Hacienda no dio los nombres de los fondos que hicieron las ofertas, se sabe que se han conformado tres comités: el Comité de Acreedores de Argentina, el Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos y el Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos de Canje de Argentina. Aunque no parezca, detrás de cada sello se agrupan intereses que se concilian en tanto se contraponen con los de los otros dos.

La agencia de noticias Bloomberg especuló sobre estas diferencias y recordó que los tres comités representan a fondos que tienen en su poder títulos elegibles al canje con características diferentes y que, por lo tanto, analizan de diferente manera los incentivos que ofrece la oferta del Ministerio de Economía. Esto significa que su acercamiento al diálogo que propone el ministro Martín Guzmán irá variando.

Un grupo de los fondos que participan de las negociaciones poseen mayoritariamente bonos generados en los canjes de 2005 y 2010. Otro grupo posee bonos cortos emitidos desde 2016 y con vencimiento en el corto plazo, entre uno y tres años. El tercero está conformado por los que mantienen en sus carteras los llamados bonos globales e incluso el bono centenario.

Si este escenario es correcto, se podría cumplir lo que vaticinó el Palacio de Hacienda en abril: que los acuerdos lleguen por tramos.

Mientras tanto, el ministro Guzmán mantuvo su posición negociadora. El viernes pasado llegó a plantear que “los acreedores estuvieron trabajando duro para presentar una alternativa”, al presentarse en un avideoconferencia ante el Council on Foreign Relations.

Conviene recordar que Economía planteó una quita total cercana al 65%; los acreedores han hecho trascender que aceptarían una del 45%. Podría cortarse la diferencia por la mitad. De cualquiera manera, el resultado no dejará de ser una loza sobre la cabeza de la economía nacional.

CLAVES

Economía lanzó la propuesta de canje de deuda el 22 de abril. Incluye una reducción de intereses que significan un ahorro de U$S 37 mil millones, tres años de gracia en el pago de los cupones y una quita adicional del 5% en el capital.

El viernes 22 expira el período de gracia que tiene la Argentina para pagar un vencimiento de US$ 503 millones correspondientes a tres bonos emitidos en abril de 2016.

El 8 de mayo venció el primer plazo tras el no pago de los bonos. Hasta ese momento, el diálogo entre Economía y los acreedores no tuvo consecuencias. En esa ocasión, el presidente Alberto Fernández aseguró que la Argentina se encontraba en “virtual default” desde el gobierno de Mauricio Macri.