La automotriz General Motors anunció que suspenderá las actividades durante cinco días en su planta de la localidad santafesina de Alvear para «adecuar el volumen de producción a las fluctuaciones del mercado». La decisión de la firma de capitales estadounidenses encendió la alarma en el sindicato del sector.

«Con el objetivo de adecuar el volumen de producción a recientes fluctuaciones de mercado, la planta suspenderá actividades del viernes 27 de abril al viernes 4 de mayo, retornando a la actividad normal el lunes 7 de mayo», informó la compañía a través de un comunicado.

Según fuentes gremiales relevadas por al agencia Télam, la empresa pagará esos días de suspensión de actividades a sus operarios aunque no concurran a la planta ubicada a 25 kilómetros al sur de Rosario.

De acuerdo con Télam, la noticia generó un alerta en la seccional Rosario del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata). «Tememos que atrás de esto se quiera reducir personal», dijo el secretario general local de Smata, Marcelo Barros en declaraciones a la prensa.

Barros añadió que la preocupación gremial se centra en que la automotriz reduzca la producción a un solo turno de trabajo y explicó que según le confió la empresa, «cayeron 5000 unidades de venta a Brasil». El vecino país es el principal destino del Chevrolet Cruze que se produce en la planta santafesina de GM.

La compañía no brindó precisiones sobre su situación que atraviesa. La planta santafesina de GM emplea a unas 2000 personas y en 2017 superó las 50 mil unidades producidas.

En el último trimestre del año pasado la automotriz anunció una inversión de 500 millones de dólares en el país para la fabricación de un nuevo modelo.

El sector automotriz viene de tres años consecutivos de reducción de la producción e incremento de las importaciones, especialmente provenientes de Brasil. «

Carrefour: el acuerdo no diluyó el conflicto

La firma del Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) de Carrefour abrió una nueva puerta de incertidumbre. Ayer, varios locales de la firma permanecieron cerrados durante toda la jornada por medidas de fuerza del personal. Las protestas se sintieron especialmente en la Ciudad de Buenos Aires.

La Federación de Empleados de Comercio (Faecys) calificó a las arduas negociaciones que derivaron en la firma del PPC de «exitoso resultado, sin despidos ni cierre de sucursales». El PPC se firmó en una reunión en la Quinta de Olivos, el viernes último, encabezada por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y de la que participaron el titular de la firma en Argentina, Rami Baitieh, y el titular de Faecys, Armando Cavalieri.

En tanto, el sindicato de Camioneros informó que Hugo Moyano mantuvo un encuentro con Baitieh en el que el directivo se «comprometió» a respetar los 1700 puestos de trabajo de ese sector.

El PPC estipula la posibilidad de concretar «acuerdos individuales de desvinculación» de los que los primeros 1000 tendrán una gratificación especial. También permite el «cierre de una o más tiendas» y la limitación del impacto del incremento salarial a los básicos de convenio.

Además, reduce en un 50% las contribuciones previsionales patronales a la Seguridad Social sobre el total de las remuneraciones de todo el personal.

El abogado y exdiputado del FpV Héctor Recalde calificó el PPC de «ilegal e inconstitucional» ya que viola derechos adquiridos de los trabajadores, como la remuneración y las condiciones de trabajo, y extiende su plazo de acción a 30 meses. «