El INDEC publicó hoy los últimos datos del mercado de trabajo relativos al primer trimestre de 2023. El informe basado en el relevamiento trimestral de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) revela un récord en la denominada tasa de actividad y un pico en la informalidad laboral desde que se normalizaron los informes del organismo en 2017.

El estudio indica que la tasa de desempleo durante los primeros tres meses del año se ubicó en un 6,9%. Se trata de 0,8 puntos porcentuales por encima de lo que ocurrió en el trimestre anterior cuando había llegado a un piso del 6,1% pero 0,1 puntos menos del registro del primer trimestre del año pasado cuando la tasa había llegado hasta un 7%. Se trata de algo más de 1,5 millones de personas en todo el país.

Un millón de nuevos empleos

A la hora de analizar los datos surge que la cantidad de trabajadores que se encuentran ocupados bajo diversas modalidades creció en el último año en un total de 607 mil solo en los 31 conglomerados urbanos que mide la EPH. Proyectados al total de la población se trata de poco más de 950 mil nuevos trabajadores ocupados que, sin embargo, sirvieron para reducir solo en 0,1 puntos la tasa de desempleo en un año.

Ocurre que, uno de los datos salientes del informe, es el incremento sensible de la Tasa de Actividad que llegó hasta el 48,3% de la población y alcanzó un récord desde el año 2017 cuando se normalizaron las mediciones del INDEC. Un año atrás ese indicador se situaba en el 46,5%.

Se trata de las personas que trabajan o desean hacerlo sobre el total de la población conocida como la Población Económicamente Activa y que creció, dentro de esos conglomerados, en un total de 638 mil personas que representan algo más de un millón de personas en sólo un año.

Ese incremento en la cantidad de personas que se insertaron en el mercado de trabajo explica que, habiendo crecido el número de ocupados en un millón de personas, el desempleo haya caído apenas unas décimas.

El crecimiento del empleo se explica por una demanda sostenida de la actividad económica y un crecimiento de la población con necesidad de trabajar posiblemente generada por un deterioro de los ingresos. En esa sintonía del informe también se desprende una profundización de la informalidad laboral.

Récord de precariedad

Es que, según los registros oficiales, durante el primer trimestre del año, el 36,7% de los asalariados declararon no contar con aportes jubilatorios. Se trata del porcentaje más alto en la serie que comienza en el primer trimestre de 2017 cuando la informalidad afectaba al 33,3% de la fuerza de trabajo asalariada.

El deterioro en la calidad del empleo se sostiene en forma constante desde entonces con la sola excepción de 2021 cuando todavía se ponía de manifiesto el impacto de las restricciones sanitarias por la pandemia que llevaron a la destrucción de un millón y medio de empleos informales reduciendo su incidencia sobre el total.

En el primer trimestre de 2018 la informalidad afectaba al 33,8% de los asalariados, en 2019 al 35%, en 2020 al 35,7%, en 2021 al 32,4% y en 2022 al 35,9%.

Por último, la tasa de subocupación resultó del 9,4% de la población económicamente activa (PEA), mientras que los otros ocupados demandantes y los otros ocupados no demandantes disponibles alcanzaron, en conjunto, el 10,6% de la PEA. Consecuentemente, señala el informe, la presión sobre el mercado laboral, conformada por el universo de desocupados, subocupados, ocupados demandantes y ocupados no demandantes disponibles, alcanzó el 26,9% de la PEA.