La actividad industrial volvió a mostrar señales de debilidad y una fuerte caída en las expectativas sobre lo que pueda ocurrir en el futuro cercano. Un estudio difundido por la Unión Industrial Argentina (UIA) señaló que el panorama en el sector “se mantiene con dificultades” y que “se agudizaron las tensiones registradas en la producción y las ventas, así como las referidas al entorno macroeconómico”.

Las conclusiones pertenecen a un relevamiento realizado entre 500 empresas a lo largo de la primera quincena de agosto, que muestra que en la mayoría de las variables relevadas (producción, ventas y exportaciones) siguen predominando las empresas con caídas por sobre las que tuvieron subas.

El panorama que surge de ese trabajo parece más sombrío que el que pintó el Indec en su informe sobre el nivel de avance de la economía, publicado este martes. Allí se consignó que el PBI cayó 4,9% interanual en el segundo trimestre de 2023, pero en el sector manufacturero, específicamente, la merma fue más leve, de sólo 1%. De acuerdo al ente estadístico, la industria es el sector más relevante en el total de la producción de bienes y servicios: tiene un peso de más de 19% en el global de la economía nacional.

Según el estudio de la UIA, que se realiza de manera trimestral, un 35,9% de las firmas encuestadas dijo que la producción disminuyó en julio con relación al promedio del trimestre anterior, frente a un 20,7% que dijo haber presentado mejoras. El resto (43,4%) no tuvo mayores variantes.

“Fue el cuarto relevamiento consecutivo con más empresas con caídas que empresas con subas”, fue la conclusión de los economistas de la entidad. Algo similar sucedió con las ventas locales (el 44,9% de los encuestados vendió menos que en el trimestre anterior) y las ventas al exterior (37%).

En el caso específico de las pymes, el saldo también fue desfavorable. En la producción, un 36% de las empresas tuvieron caídas. Lo mismo se vio en las ventas internas y en las exportaciones (disminuciones en el 46% y en el 37% de los casos respectivamente).

En particular, muchas firmas reportaron dificultades con la importación de insumos. “El 71% de las empresas indicó dificultades en la aprobación de solicitudes. En tanto, los tiempos de aprobación de las SIRA empeoraron para el 80% de las empresas, mientras que el 77% indicó mayores dificultades para el pago a proveedores”, destacó el trabajo de la UIA.

El relevamiento fue realizado en la primera quincena de agosto, cuando todavía no se había producido la devaluación. Es de imaginar que la modificación del tipo de cambio agravó la situación, sobre todo en los sectores productivos vinculados al mercado interno, ante el deterioro del poder adquisitivo de los consumidores.

Las expectativas sobre el futuro inmediato son negativas. “En un entorno de deterioro de los indicadores, las empresas consideraron que la situación económica está peor que hace un año. Esto se ve tanto en las percepciones sobre la propia empresa (aproximadamente un 50% dice estar peor que hace un año), como en las del sector de actividad (64% indicó estar peor) y más especialmente en las de la situación económica del país (un 92% señalaron que está peor)”, advierte el trabajo. Para el año próximo, sin embargo, se registra cierta mejora en las perspectivas: un 47,2% de los encuestados dijo que cree que estarán mejor dentro de un año y en un 40,2% de las empresas esperan que para ese entonces mejore la situación económica general.