La suba de la tasa de interés que aplicó el Banco Central de la República Argentina (BCRA) el pasado viernes impactará en la economía si se mantiene en el tiempo, dijeron a este diario industriales, representantes del comercio y especialistas. La mayoría de ellos apuesta a que la nueva tasa de interés de referencia, que el BCRA llevó al 30,25% anual desde los 27,25%, se mantenga sólo el plazo necesario para calmar la actual coyuntura de corrida cambiaria contra el peso. Sin embargo, en medios financieros se especula con que se trata de una tasa de mediano plazo, es decir de tres aseis meses.

«Si la tasa de interés se sostiene por más de un mes, comenzaremos a ver consecuencias comerciales», aseguró a Tiempo un industrial pyme del sector autopartista que suele representar a su sector ante el gobierno y sus pares brasileños.

«Se restringe el acceso al financiamiento bancario, además, los clientes te dan cheques con plazos más largos. Desde un punto de vista contable, hay una penalización por sostener el stock», agregó.

En el sector textil también miran con preocupación la decisión del Central. «A nosotros nos golpea una devaluación por el peso de los insumos importados en un contexto de inflación y caída de ventas. Pero tampoco es una solución una tasa de interés tan alta porque encarece toda la línea comercial, tanto aguas arriba como aguas abajo», explicó un industrial del sector.

«Esta decisión va a encarecer sensiblemente el crédito a las pymes. Hay muchas que vienen mal desde hace años, por la inflación, las tarifas y la caída de las ventas, y esto puede ser su golpe de gracia», advirtió Pedro Cascales, de CAME. En diálogo con Tiempo, el directivo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, observó que «la suba de tasas se da en el contexto de la eliminación de los créditos promocionales. Eso hizo que caiga la cantidad de pymes que tienen intenciones de invertir», agregó.

Cascales indicó que «si hasta la semana pasada las pymes no conseguían créditos por debajo del 30%, a partir de ahora ese nivel va a ser superior». 

Diego Coatz, economista jefe de la Unión Industrial Argentina señaló al diario La Nación que «a mediano plazo hay que volver a bajar las tasas a un nivel normal en dólares. Veamos cómo se reacomoda todo ahora en un contexto en que las tasas vuelven a subir. Esto va a generar problemas de crédito».

Desde el gobierno nacional se esmeraron en negar que vaya a existir un vínculo entre la suba de las tasas de interés y la actividad económica. Desde el Ministerio de Producción aseguran que el año pasado la tasa de referencia (o de política monetaria, según la llama el Banco Central) se mantuvo entre abril y octubre en el 26,25% anual y que fue en ese lapso cuando arrancó la recuperación de la producción industrial. «Desde un punto de vista técnico, la tasa que sube es la de tramos cortos, a siete días. Esa tasa no está vinculada con la actividad económica sino con el movimiento de dinero entre bancos, y entre ellos y el Central», explicaron en la cartera que dirige Francisco Cabrera.

No obstante, la fuente aceptó que esta situación podría alterarse si la autoridad monetaria mantiene en el tiempo el nivel de las tasas en el nivel del 30 por ciento. «Dejaría de ser un tema de coyuntura para transformarse en un problema estructural», admitió.

Una recorrida entre bancos de primera línea, realizada el mismo viernes, indicó que en las entidades no remarcarían las tasas de sus préstamos a tasa variable ya otorgados ni de los nuevos a otorgar. «Si la suba se contiene en el universo de los instrumentos a siete días, no vemos que haya un vuelco hacia el resto de las tasas. Creemos que va a haber un vuelco de inversores hacia los bancos para aprovechar la suba, por ejemplo con las Leliq», dijo un ejecutivo  de un banco.

Pero consultado sobre el resultado en caso de que la medida del Central no sea de corto plazo, el ejecutivo admitió que «podría haber una suba general de tasas».

Lo sucedido el año pasado es un ejemplo a ver. Según las estadísticas del BCRA, a lo largo de 2017 la tasa de los préstamos personales promedió el 40%, con tendencia al alza hacia fin de año, cuando la tasa de política económica subió al 28,75 por ciento. 

En el sector comercial, las evaluaciones son dispares según el lugar que ocupa cada uno. Dan Attie, director comercial de Minicuotas Ribeiro, le dijo a Tiempo que «se trata de una subida fuerte. Entiendo que hay una situación coyuntural y particular de esta semana, que se dieron condimentos con respecto a temas impositivos que impactaron en las Lebac y en algunos fondos. Entiendo que es una estrategia del momento y coyuntural. Esperamos que luego se produzca la baja de tasas porque, de lo contrario, va a significar un mayor costo para las industrias y más para los sectores que son capital intensivo como nosotros, con lo cual esperemos que no sea un cambio de tendencia ni algo que se venga a instalar. Esperemos que sea sólo en el contexto y para calmar un poco las aguas».

En cambio, para el vocero de una de las principales cadenas de supermercados del país, de capital extranjero, «la suba de tasas del Banco Central no nos impactará. Las tasas del año pasado tuvieron efecto marginal en el consumo», aseguró.

El ejecutivo señaló que tampoco prevé que la suba altere la relación con sus proveedores. «Con ellos pesa más una suba del tipo de cambio, del combustible o de los salarios que el movimiento en la tasa de interés».

Hay un último efecto: el carry trade. Con un dólar relativamente estable, volverían los especuladores a cambiar sus dólares para invertir en instrumentos financieros en pesos. Hasta el próximo estallido, que podría ser más fuerte y en menor plazo que el anterior.

Debate entre economistas por el futuro

La corrida contra el peso de la semana pasada (duró los cinco días hábiles) ha generado posiciones disímiles entre los economistas en relación a cómo seguirá el tema. Por caso, el estudio del Banco Ciudad del último viernes dijo: «Mirando para adelante, los movimientos de esta semana dejan como corolario un peso más débil y unas tasas de interés más altas que las previstas anteriormente. Los cambios impositivos y la volatilidad reciente tienden a reducir los incentivos a invertir en pesos de determinados inversores principalmente extranjeros), dando lugar a un tipo de cambio más elevado y tasas de interés más altas que las vigentes previamente, tendientes a desincentivar el rebalanceo de carteras que había venido presionando sobre el dólar y acotar un eventual impacto sobre los precios internos. Agridulce saldo de una semana agitada».

En tanto, para el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), «con el actual modelo de desregulación y apertura el gobierno incurre en una encerrona donde las únicas dos soluciones posibles son devaluar o entregar las reservas. Es importante destacar que estas reservas provienen exclusivamente del endeudamiento externo y que, incluso vendiendo el 100% de las mismas, no alcanzan para pagar ni el 50% de la deuda contraída en estos dos últimos años.»

CEPA considera que con la demanda de dólares «la conclusión más acertada es comprender que el problema de la aguda escasez de dólares proviene del modelo de liberalización, desregulación, sistemático endeudamiento y fuga de divisas».

Pedido de informe

Los movimientos del Banco Central con respecto a la corrida contra el peso de la semana pasada despertaron sospechas en medios financieros. Ahora, ese recelo llegó al Congreso.

Desde la tarde del miércoles 25 circuló la especie de que la corrida de ese día, cuando el BCRA debió vender 1471,7 millones de dólares, había sido encabezada por un banco de Estados Unidos. Cuando al día siguiente la autoridad monetaria que dirige Federico Sturzenegger resolvió dejar subir el dólar un 1,5%, arreciaron las críticas por el «inútil» sacrificio de las reservas el día previo.

En ese contexto, la diputada nacional de Unidad Ciudadana y economista Fernanda Vallejos elevó un pedido de informe dirigido a Sturzenegger en el que le «solicita que explique porqué no pudo evitar la corrida cambiaria que obligó a la autoridad monetaria a sacrificar 4343 millones de dólares de las reservas internacionales de la Argentina, entre el lunes y el viernes de esta semana», según expresó un comunicado emitido desde esa bancada.

Vallejos también reclamó que el presidente del Banco Central aclare el papel de la banca JP Morgan y de los grandes financistas. «El Banco Central subsidió la dolarización de la banca y de los especuladores internacionales», alertó Vallejos. «