Entre conciertos viajes y ensayos. Así recibió Diego Torres el guion de Casi leyendas, la película dirigida por Gabriel Nesci que protagoniza junto a Diego Peretti y Santiago Segura y que llega a las salas este jueves. Estaba en pleno tour presentación de Buena Vida, el disco que salió en 2015 cuando lo convocaron para el film y, a pesar de eso, no dudó en decir que sí. En Torres, el cantante nunca le gana al actor, conviven los dos, los potencia y los pone a jugar cada vez que tiene ocasión. «Me gustaba mucho la historia y el tono de comedia de Gabriel, que es muy claro, con situaciones muy tragicómicas. La comedia es un género hermoso pero es muy difícil que alguien lo sepa hacer bien», explica Torres a Tiempo, días antes del estreno.

La música late en un sueño guardado hace 20 años en algún rincón de la vida de tres amigos, excompañeros de Autoreverse, una banda de los noventa, que repentinamente dejó de existir, pero no quedó en el olvido. Un renacer desde los deseos más profundo y el amor entre amigos es la clave de la historia que tiene música propia, creada por el mismo Gabriel Nesci e interpretada en la voz por Diego Peretti.

–Lucas, tu personaje tiene un lado que conocés que es el del músico y el otro, el abogado, ¿de dónde tomaste elementos para armarlo?

–Fuimos ensayando con Gabriel, pero recurrí a algunos amigos abogados, a verlos, observarlos, como para armar el personaje. Por otro lado, sí, tenía experiencia vivida porque yo empecé como Autoreverse. Y me pasaron esas cosas que les pasaron a todos en esa época de fines de los 80 o principio de los 90, tocando en bares, discotecas, antros y también lo viví como público porque iba a Cemento a ver a Sumo a Virus, a los Abuelos. Lo bueno en estos casos, es poder trabajar con un director que sabe lo que quiere, y si uno tiene ganas, está abierto a las propuestas y ahí se genera un ida y vuelta que es interesante.

–¿Hacés ese trabajo de observarte a vos mismo en la pantalla?

–Es difícil a veces ser el ojo crítico de uno mismo. Trato de salirme y de ver como espectador. Esta película a mí me encanta porque es muy compacta, muy redonda y tiene una mezcla de emoción y comedia con personajes que son entrañables.

–La película habla de la esperanza y de la frustración, ¿en qué te sentís identificado con lo que vive el personaje?

–Todos tenemos frustraciones y también tenemos otras nuevas oportunidades. Lo que sucede es que a lo largo de la vida se destacan y son más notorias las cosas buenas y los éxitos pero nadie habla de los fracasos que también tenemos todos. Eso es parte de la construcción de la historia de esta película. Son personajes con los que desde el principio te solidarizás , y a su vez les pasan tantas cosas que causan gracia, pero… En el fondo pensás «¡Pobres tipos! ¿De qué me estoy riendo?»

–El film muestra a una generación que tuvo que trabajar de otras cosas para poder vivir y dejar de lado su vocación. ¿Es ahora diferente?

–Siempre digo que en la música hay que hacer de todo, hay que apostar a lo que uno hace musicalmente pero no dejar de hacer otro oficio que te da de comer porque nunca sabés cuando vas a tener que dejar ese oficio que para vivir de la música. Ahora, esa elección te requiere el doble de esfuerzo. Cuando alguien te dice que quiere ser músico tiene que saber que no es solamente tocar, que tenés que estudiar, a veces tenés que dar clase o tocar en un lugar que capaz que no te gusta. Tenés que sacar las uñas y darle para adelante porque el recorrido es intenso. Me acuerdo que cuando le dije a mi vieja que quería cantar, ella me dijo «está bien, andá cantá». Y con eso me estaba diciendo andá y demostrá que tenés una vocación no solamente para el aplauso de un teatro lleno, que es lo que todos queremos. En este camino vas a tener un montón de desilusiones y cosas difíciles. Un poco eso tiene que ver con la película porque los protagonistas dejaron un sueño trunco. Cuando Alex, –el personaje de Santiago Segura–, los vuelve a reconectar los reactiva no solo en lo profesional, si no también en la vida. Eso está bueno como contenido porque nos vamos adormeciendo, nos vamos aletargando y olvidando de las cosas que nos gustan y que nos hacen sentir vivos.

–¿Qué diferencias hay entre ese Diego que pisó por primera vez un set de filmación y el de ahora?

–Hace unos días veía una nota que republicaron de cuando estaba filmando La Furia en Misiones. Leí la nota y me trasladé a esa época pero me llamó la atención lo que decía, que es lo que sigo diciendo y sigo pensando. Lo que me gusta es aprender, entregarme al desafío, por eso lo bueno de trabajar con Gabriel. Como actor a veces abordás el personaje de una manera, le ponés cosas tuyas que no funcionan, por eso es que tiene que ser una construcción conjunta. Para Lucas me pedía que tenga cuidado con las manos, que sea acotado con los gestos porque es un abogado. A mí me pasa que en el paso al escenario, me quedan movimientos más grandilocuentes. Acá en cambio, tenés planos más pequeños así que no podés moverte tanto. La verdad es que yo quiero filmar porque me gusta vivir esta experiencia, me gusta aprender, por eso disfruto tanto cuando tengo proyectos con buenos actores, buenos compañeros, cuando hay solidaridad… Me pasa con Diego (Peretti), que es un gran compañero, un gran amigo que no tiene ego, tiene simplemente ganas de trabajar. A su vez, todo eso también está relacionado con la música, que te propone ese juego de compartir y trabajar en conjunto. Vos tenés que estar escuchando, saber qué hace la guitarra, qué hace el piano, si no estamos chocando armónicamente, si yo estoy cantando una cosa y la corista otra… Eso está muy presente en mí naturalmente, y a la hora de trabajar como actor, me sale, no es que vengo a «hacer lo mío».

–Y en tu caso, ¿cómo te arreglás con esos dos tipos de exposiciones artísticos, el de estar solo y en vivo sobre un escenario y después entregarte a las cámaras en un set?

–Con el tiempo vas desarrollando el oficio y te acostumbrás a ciertas situaciones. En la música tengo el rol casi de un jefe de mi equipo (con el que estoy agradecido y contento por la buena energía que existe ahí), pero cuando me meto a filmar, paso a otro equipo del que soy parte, soy uno más y me encanta porque me exige cambiarme de ropa. Me encanta la relación con los técnicos y me gusta el trabajo artesanal del cine que arma cada uno desde su lugar. Y este es un laburo que lo disfrutás si estás conectado con todas esas cosas que suceden dentro del set. «

El pasado que vuelve

«Lo más duro para mí fue escuchar cantar a Diego Peretti», dice, Santiago Segura en la conferencia de prensa de Casi leyendas. Su personaje es Axel, el español que regresa 20 años después a buscar a sus excompañeros de banda donde tocaba la guitarra y estaba a cargo de los arreglos musicales. «Gabriel me pidió que aprenda a tocar la guitarra para poder hacer el papel. Tuve que pasar mucho tiempo con un tutorial para aprender a ubicar bien los dedos», explica. Su personaje, además tiene Síndrome de Asperger. «Apenas llegó el guion comencé un intercambio con Gabriel Nesci y compuse el personaje desde donde pude», afirma el actor español.

Renacer desde la música

Diego Peretti es Javier, un profesor de Biología que quedó viudo y con un hijo adolescente. No le interesa nada de nada, hasta que el personaje de Santiago Segura aparece, renace su deseo de ser la voz cantante de Autoreverse, su bajista y su letrista. «El gran desafío de la película además de componer dramáticamente los diferentes conflictos era que esta banda cinematográficamente no te distraiga en ver si saben música o no. Cuando vi a la película me quedé tranquilo porque funciona bien. Somos actores distintos pero estaba bien el mapa que teníamos que seguir entonces nos concentramos mucho en la actuación», cuenta Peretti.