Florián acaba de lanzar, a través de todas las plataformas digitales, el tema Nada, una versión en piano del clásico tango popularizado por Julio Sosa. La canción es un adelanto de Florián en concierto, el próximo disco que oficia también de excusa para la presentación de este viernes 29 de julio en La Tangente. “En realidad, el álbum es más bien una sesión en vivo, que sale en agosto. No está pensado como un disco tradicional, se editará seguramente como un EP de cuatro canciones, pero más que nada está pensado como material audiovisual. Un puñado de canciones en vivo, para mostrar nuevas versiones de temas que ya salieron, pero que los cambiamos”, comentó el joven músico nacido en Boedo, hijo de Vicentico y Valeria Bertuccelli.

Florián eligió esa composición porque siente que representa muy bien su vínculo con la música. “Es una de mis canciones favoritas, desde que era chiquito, y siempre tuve ganas de hacer una versión. Tiene algo que emociona: la letra, la melodía, todo. La vengo tocando en vivo y salió la idea de registrarla, y estuvo buenísimo. Fue el último tema que grabamos de esa sesión, eran como las 7 de la mañana, luego de haber cantado toda la noche. Entonces salió con esa aura de trasnoche que me parece divertida”.

El show de La Tangente es la primera fecha después de la presentación oficial de su álbum debut solista, X AMOR en diciembre del año pasado en Parque Centenario. Con producción artística de Mariano Otero y una clara pero sutil influencia de Mac Miller, entre otros músicos, donde Florián muestra allí su estilo propio: la combinación de bases electrónicas con instrumentación armónica y bien combinada, junto a letras que hacen acordar a los boleros de antaño, contando historias intimistas. “Es un álbum en el que intento ir a fondo, sin quedarme en la superficie, para mostrar cómo siento y qué me pasa. En las canciones busco la vuelta para confesar y contar muchas vivencias que tuve, o miradas propias de situaciones cotidianas”.

Florián Fernández Capello fue dando pequeños pasos hasta tener el disco con el que inició su carrera solista: lanzando varias canciones como “TKM”, “La fe”, “Llorón” y “Mi amor se fue”, junto a Zoe Gotusso. “Son maneras u opciones que se dan, ya sea un disco entero o de a poco, siempre es lindo mostrar lo que uno hace. Ahora tenía ganas de reversionar canciones y lo hice con este nuev trabajo que se viene”, afirma el músico. “Más allá de las circunstancias, me tomé un tiempo para ver que quería hacer, y pensar la música de una manera distinta. Tocar diferente, nuevos arreglos. Amo el vivo y quería actualizar un poco mi sonido. Venía con una impronta más rockera para el vivo, pero ahora me dieron ganas de hacerlo de otra forma, para cambiar las energías y probar cosas nuevas.” Hacer canciones, dice, es una forma de expresarse libremente. “Canalizar artísticamente lo que te pasa es algo agradable y terapéutico. Muchas veces me replanteo porque lo hago, o qué quiero transmitir, no es algo que me sale natural. Más allá de lo que se disfruta al tocar, es valioso compartir lo que te pasa. En eso encuentro la motivación para seguir en este camino. Es algo que uno tiene que generarse, nada está dado o es fácil”, afirma.

El piano es un instrumento que lo acompaña para componer, buscar matices distintos en las melodías, y le permite a Florián desarrollar su faceta de cantante, dejando la guitarra en un segundo plano para “despegarme un poco de lo que venía haciendo, pero sin negar que hay parte de mí que se siente cómodo con la viola. Hoy trato de mejorar como cantante, como intérprete y el piano me ayuda”, explica. Antes, Florián fue guitarrista del grupo Callate Mark (nombre que alude a Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, idea que tomaron de una canción de Sumo) con el que entre de 2008 y 2017 sacó dos discos independientes; pero también fue parte del regreso de Los Fabulosos Cadillacs, y tocó con ellos de 2016 a 2018. “Ambas experiencias me enseñaron muchísimos desde distintos lados. Estar en un grupo de tanta trayectoria con mi viejo no me pesa, creo que aprendí un montón, lo que quizá era complejo es el riesgo que los demás te encasillen. Pero la comparación con mi viejo es cuestión de los demás y no afecta la manera en que hago las cosas. Hice la mía, sin buscar diferenciarme o parecerme. De hecho, tenemos formas distintas de pensar la música, pero está bueno ver y escuchar cómo se manejan los músicos de otras generaciones.”

Florián está aprendiendo a planificar a más corto plazo, sin imaginar tanto el futuro. “Siempre fui de pensar en algo y cuando llegaba ese momento, estaba en otra cosa. Me di cuenta de que hay que dejarse llevar más, como entrenar el instinto para ser consecuente con lo que sentís en el momento. Y fluir de esa manera. Todo a su tiempo. Obvio que no es fácil, porque uno inevitablemente proyecta hacia donde quiere ir. Pero en la era de la inmediatez, la ansiedad es medio inevitable que te pegue”.

Para él la música es siempre un refugio. “Uno tiene que dedicarse a dar lo mejor de uno: me gusta la rutina de ensayar a la mañana, de ir a entrenar la voz por la tarde, de tomarme mi tiempo para sacar temas e ir pensando qué hacer. Creo que la mejor manera de sobrellevar la realidad es meterle energía a lo que te hace bien. Todo lo que se hace con amor sale mejor.”