La historia del primer bachillerato popular orientado para personas  trans, travestis y transexuales finalmente arribó al cine. Se trata de Mocha, nuestra lucha, su vida, mi derecho, un film dirigido por Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi que da cuenta de una propuesta educativa única.

El documental es el fruto de una creación colectiva entre las estudiantes del bachillerato y el equipo técnico. El nombre de la película remite a Mocha Celis, una travesti tucumana que no sabía leer ni escribir y fue asesinada de tres tiros en la década del ’90. La película también denuncia que policías de la Comisaría 50 –pleno barrio de Flores– fueron los responsables del hecho, a pesar de que hasta el momento no fueron juzgados.

«Se trata de un gran esfuerzo hecho documental que revela una creación compartida de la que estamos todos muy orgullosos. Nos hubiese gustado que en el estreno hubiesen estado Mocha, Lohana Berkins y tantas otras personas que no pudieron asistir porque ya no están entre nosotros. Para ellas y ellos hicimos esta película», afirma Quiñones Cuartas a pocos días del estreno formal de la producción.

El génesis de Mocha surgió a partir de una materia que se da en el bachillerato, relacionada con el lenguaje audiovisual. «A partir de esa situación se armó un equipo de producción grande que decantó en la película o, mejor dicho, en la idea de completar lo necesario para hacerla. Luego se delimitó un esqueleto para llevarla a cabo que incluyó segmentos actuados. En ese terreno se ficcionalizó la vida de Mocha Celis, algo que sucedió con diferentes personas que la interpretaron frente a cámara. Sinceramente, creo que esa fue la mejor manera de entender que todos somos Mocha y que las actuaciones se dieron siempre más allá de las identidades», destaca Quiñones Cuartas. 

La idea de una construcción colectiva que incluyera el guión fue una de las iniciativas primarias del film. Fue de esa forma, respetando esa idea casi como un dogma, que las imágenes llegaron a la pantalla. «Siempre mi intención fue dejar que los relatos viniesen de parte de las estudiantes. De ahí se fueron generando distintos intereses y roles en la producción del día a día, pero también emergieron nuevas miradas que permitieron complementar las escenas de ficción que se fueron desarrollando. La historia tenía que nacer desde ellas, por eso y de esa forma se fueron llevando a cabo diferentes formas de analizar el material que íbamos generando. En definitiva todo fue muy movilizante», aclara el director.

Como en toda producción donde las imágenes mandan, ciertos inconvenientes comenzaron a gestarse a medida que el proyecto avanzaba. Para Quiñones Cuartas, las dificultades «fueron un montón», pero nunca las suficientes para detener las ganas de que «Mocha» se hiciera realidad. También pasaron cosas graciosas: «Hubo momentos en que sucedían cosas que no se podían manejar. Como por ejemplo encontrar un set donde todo el mundo se estaba maquillando (risas). Son asuntos que en un rodaje común no sucederían, pero nosotros aprovechamos para incorporar esas situaciones a nuestro favor. Por otro lado, también hubo que contener procesos ligados a la ansiedad o al entusiasmo de quienes participaban en pantalla para que todo salga de la mejor forma. En un momento, al haber tantas cámaras en la escuela, todas quisieron participar y hubo que contener todas esas ganas colectivas».

La filmación de Mocha demoró un año dentro de los límites del bachillerato. Pero en lo que refiere a post producción, los tiempos fueron más extensos: «Es que ya en esa parte comienza a pesar el tema del dinero. En ese sentido, comenzamos un sistema de crowdfunding para juntar lo económicamente necesario para poder alquilar lo que necesitábamos técnicamente. Es que no teníamos nada, pero casi finalizando el proyecto apareció un dinero para la posproducción. El proyecto estuvo algo parado por inconvenientes de diversa índole, pero lo retomamos y logramos terminarlo. Fue posible gracias a la insistencia y tenacidad de la producción. Nos llevó cuatro años, pero pudimos terminar una propuesta que da cuenta de un grupo de personas que lucha por superarse esquivando las imposiciones sociales».  «

MOCHA

Domingos de febrero y 3 de marzo a las 18 en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415. Desde el 28/2, también en el Cine Gaumont, Av. Rivadavia 163.