“Yo de volver a nacer elegiría ser travesti. Me siento orgullosa. Amo ser travesti y el travestismo con todo el ingenio, no con esa cosa burda que muestran los medios hegemónicos que siempre nos ridiculiza”, dice Lohana Berkins en una entrevista. Fue Lohana, junto a Diana Sacayán y Claudia Baudracco quienes en 2010 crearon el Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género que finalmente y producto de inmensa lucha colectiva y una clara decisión política se aprobó en el Congreso de la Nación con 55 votos a favor y dos abstenciones.

Es una ley de avanzada, que fue pionera en el mundo y cambió la vida de miles de personas que llevaban años castigadas, oprimidas y reprimidas por un sistema patriarcal binario que las excluían y las criminalizaban.

 “Nuestra ley de identidad de género a nosotras nos vio nacer allá por el 2012. Es una ley de vanguardia que no patologiza a las identidades travestis trans como sí lo hicieron otras leyes en otras latitudes del mundo”, dice Marcela Tobaldi a Tiempo Argentino. Ella es fundadora de La Rosa Naranja Asociación Civil y hace ocho años cumple tareas en el Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires. 

Marcela Antonia Tobaldi fue una de las primeras personas que pudo hacer el cambio de identidad en el año 2012, en el registro civil de la calle Uruguay. “Recuerdo ese día como si fuera hoy. Me cambió profundamente la vida significó un antes y un después. Significó también un trampolín para el reclamo de nuestra comunidad de más derechos. Arrancábamos con la identidad y luego venía ¿tenemos derecho a trabajar? ¿Tenemos derechos sociales? Todos saben que el único lugar que la comunidad travesti siempre tuvo es la prostitución que nos llevó a un promedio de vida de 35 años”, agrega.

Luisa Domínguez hoy integra el colectivo por la reparación histórica a travestis y trans. “La ley ayudó a que haya menos discriminación en todos los sentidos, más que nada en la atención pública, en los hospitales donde éramos violentadas siempre con nuestro nombre masculino. También nos dio toda la libertad porque aun estando en democracia, nosotras éramos detenidas por el sólo hecho de ser travestis.

Una lucha política

Alba Rueda fue militante activa de la ley. “En ese momento, fue la constatación de que el sujeto político travesti trans en la Argentina sí tiene una injerencia directa. Fue la primera vez que viví esa épica de lograr una ley que está instalada desde las organizaciones sociales, que el contenido lo pusimos las organizaciones sociales, que fueron nuestras voces, nuestras palabras, nuestros debates. Fue no sólo lograr la conquista legal si no subir el debate social para la igualdad de personas”, expresa a Tiempo, la representante Especial sobre Orientación Sexual e Identidad de Género del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y exsubsecretaria de Políticas de Diversidad en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.

“El debate acerca de que las travestis y trans existimos y que vivimos situaciones de desigualdad, eso está probado dentro del proceso de la ley. Y por supuesto, haber visto y aprendido de compañeras como Diana Sacayan, Lohana Berkins, Claudia Pia Baudracco que llevaron adelante enorme trabajo para hacerlo posible en términos de movimiento social y particularmente como militante y activista, un enorme aprendizaje. No sólo marca un estándar de derechos en materia de igualdad, sino que también fue un aprendizaje de cómo hacer política transfeminista desde las organizaciones. ”

Alba Rueda actualmente forma parte de la Cancillería de Argentina.
Foto: Télam

Las conquistas y los debates que faltan

En 2021, se promulgó la ley 27.636 de cupo laboral travesti trans, una norma necesaria para el acceso al trabajo en la administración pública. “La ley va a cumplir un año, el mes que viene y todavía no hubo ninguna provincia que adhiera. Esto quiere decir que la inserción del trabajo sigue dependiendo solo de la capacidad de empleabilidad del estado nacional y los estados provinciales no están recogiendo este reclamo”, afirma el activista y asesor del Congreso, Ese Montenegro.

“Falta ajustar muchas normativas que den cuenta de que las travestis trans, les compañeres necesitamos que haya una transversalidad de nuestro marco normativo”, analiza Rueda. “Para niñes y adolescentes tiene que transversalizarse nuestra normativa en la línea de políticas públicas por ejemplo en la ESI. Y para adultes trans una normativa que piense en la jubilación en los términos en que nosotres envejecemos para quedar incorporados en el régimen previsional. Este es uno de los enormes desafíos en nuestro país, traducir ese marco normativo en realidades concretas dentro de las instituciones», finalizó.

La población más vulnerada por la pandemia fue precisamente la travesti trans. Cuando se dictó la cuarentena, quedó evidenciada la falta de acceso a la vivienda, a la salud y por supuesto al trabajo.

“Argentina tiene fama de tener excelentes leyes, pero no las cumple, estamos nosotras la sociedad civil para que esto se cumpla. La situación se modificó, hubo avances, claro que sí, hubo retrocesos, sí que los hubo”, dice Marcela Tobaldi. “La pandemia fue uno de los retrocesos más grandes que vivimos y uno de los proyectos que mantuvimos con una red importante: ‘Nos cuidamos entre todos’, pudimos distribuir a gran escala alimentos en la Ciudad de Buenos Aires: Sublevadas, la Cha, 100% Derechos y diversidad y seguro me olvido de algunas. Fue como haber retrocedido diez años”, cuenta Marcela Tobaldi. “En aquel momento estábamos muy presionadas por la sociedad, por las instituciones y por la justicia».

“Lo más importante sería que se implemente de una vez por todas en todos los sectores el cupo laboral trans y travesti a nivel nacional tanto en lo estatal como en lo privado”, aporta Domínguez.

La militancia travesti trans es potente. La lucha y la organización colectiva es una característica de este movimiento que tiene en su haber al menos dos conquistas fundamentales. La lucha travesti trans continúa, por derechos laborales y por Teruel que lleva 14 meses desaparecido.

En diez años, 12.655 personas modificaron su DNI

La Dirección de Población del Registro Nacional de Personas (Renaper), perteneciente al Ministerio del Interior de la Nación, elaboró un informe sobre las personas que rectificaron sus datos identificatorios de acuerdo a la Ley de Identidad de Género.

El estudio analiza que del total de personas que rectificaron su documento, el 61,98% optó por la categoría mujer (7635) y el 35,15% eligió la opción varón (4331). También apunta que desde la sanción del decreto N°476/21, del 21 de julio del 2021 hasta el 31 de marzo del 2022, se realizaron 354 (el 2,87%) rectificaciones en el DNI con género no binario, nomenclatura “X”.

Durante la última década, 335 (2,64%) de las personas que habían obtenido su nuevo DNI murieron dentro de ese mismo lapso y el promedio de edad de muerte fue de 40 años. El 75% murió antes de los 53 años, cuando la expectativa de vida en la Argentina es de 76,6 años.

Casi el 55% de la población realizó el trámite entre los 18 a 29 años, y la edad promedio es de 28. En tanto, el 7,6% de las rectificaciones se hicieron antes de los 17 años; el 55% de 18 a 29; el 21,6% de 30 a 39; y el 15,9% a partir de los cuarenta.

Una norma que cambió la vida

Ese Montenegro es formador docente en Educación Sexual Integral y actualmente se desempeña como asesor legislativo en el Congreso de la Nación dentro de la comisión Mujeres y Diversidad. Además es investigador y autor del libro Desandar el cisexismo en el camino a la legalización del aborto.

“Uno puede pensar esta ley en muchos aspectos, la puede pensar en términos individuales. Este tipo de leyes, que a mi criterio son prácticamente tratados alrededor de los Derechos Humanos, obviamente que modifica o apunta a la modificación de la vida y la estructura de vida de las personas de determinadas comunidades. Ahí, obviamente, fue un reclamo histórico, fue un reclamo comunitario y fue un reclamo en común, que tenía por fin no solo perseguir el derecho a que nuestros documentos den cuenta de nuestra identidad autopercibida, sino también de que nuestras identidades no son patologizables, de que no es necesario instar a través de una vía judicial para que el Estado reconozca el derecho a la identidad como un derecho humano”.

Ese es una de las personas a las que la ley le cambió la vida. “Cuando se sancionó la ley en 2012, yo todavía no me identificaba como una persona trans masculina. Venía de diferentes activismos, era militante del sindicalismo, era militante feminista, era militante de la diversidad lésbica. Creo que ese contacto con la comunidad travesti trans hace diez años, en una diversidad de voces con otros conjuntos de experiencias, me permitió pensar mi identidad. Hasta entonces yo no había problematizado en cómo había tramitado la identidad que me había sido impuesta. Esa ley dio un margen a la reflexión”.

Ese Montenegro.
Foto: Gala Abramovich
Foto: Gentileza Gala Abramovich

Las puntadas de la diversidad: Bordando Disidencias

“Con Bordando Disidencias quiero que cada une de les integrantes de la colectiva se sientan feliz, de transitar un espacio seguro y donde puedan sentirse, manifestarse y ser como quieran ser, y que cada uno una y une tenga la libertad de expresar lo que quiera”. Las palabras son de Pe Stellium, artista, bordadore, corazón de Bordando Disidencias quien murió el año pasado, pero dejó este legado de colectiva amorosidad.

Entre sus producciones de bordado, la colectiva bordó la Ley de Identidad de Género 26.743. “Hoy la ley de identidad de género sigue siendo un faro, un norte. Bordar la ley fue un proyecto colectivo pensado por Pe Estellium. Para elle el proyecto de bordarla desde la colectiva, un artículo por persona, significaba crecer en conjunto, contar las historias detrás de cada individux que conforma la colectiva, abrir los ojos a reconstruir un poco la historia trans y proyectar esta historia hacia el presente y lo que la colectiva ve como futuro”, explican les integrantes de Bordando Disidencias. 

“En Bordando Disidencias el trabajo y las producciones se deciden, articulan y llevan adelante de manera conjunta entre todes. La idea de contar con un espacio donde podamos bordar juntes empezó a generar alternativas a esta dinámica. De ahí en adelante se presentaron posibilidades de mostrar nuestras producciones de bordado en diversos espacios (Museo Nacional del Traje, Casa Brandon, CCK, Matienzo, etc). A la vez, como nuestro bordado no es ornamental, sino que es una forma de decir, militar y contar nuestra mirada, surgieron chances de organizar espacios de intercambio y talleres. Estas redes que fueron tejiéndose nos permitieron también manifestar con nuestros bordados nuestra posición política e ideológica en distintas movilizaciones que nos interpelan”.

Para ellxs, con la ley se vio un cambio en la sociedad. “Los cambios pueden medirse en el impacto individual y colectivo. Desde ya que el reconocimiento a las individualidades impactó en la vida cotidiana de muchísimas personas. En cuanto a lo colectivo, presentó también un reconocimiento a la vez que un desafío”.

El banderazo de la igualdad

El Frente Orgullo y Lucha y diversas organizaciones travestis y trans celebrarán los diez años de la Ley de Identidad de Género con un banderazo el domingo 8 de mayo a las 16 horas en la Plaza de los Dos Congresos. Las y los activistas conformarán una bandera gigante con los colores que identifican la lucha travesti trans.

También se leerá un documento con el que reclamarán la reparación histórica para las sobrevivientes de la represión institucional por motivos de identidad de género y la inclusión en la seguridad social de las personas mayores travestis y trans. Durante la movilización se reclamará Justicia por Tehuel y por una reforma de la Justicia desde una perspectiva transfeminista.

La Ley 26.743 bordada por les integrantes del colectivo Bordando Disidencias.