“¿Cuál es tu primer recuerdo de una persona trans?”, dice el texto que presenta la exposición Nuestra historia, del Archivo de la Memoria Trans, que se inauguró el jueves 10 de noviembre en el Museo del Bicentenario.

La pregunta es una certera interpelación al ideario de nuestra propia identidad histórica donde hasta hace un tiempo no estaban incluidas las personas trans. Y donde en los últimos años, gracias a la activa y persistente militancia de muchas de ellas junto a la aprobación de la Ley de Identidad de Género, comenzó a cambiar.

La muestra plantea tres partes, la primera muestra la mirada estigmatizante de la sociedad y la prensa. La segunda parte de la muestra es un recorrido sobre la vida íntima de las mujeres, sus momentos de felicidad y de profunda tristeza. Por último, en una tercera etapa, se registra la cronología de las conquistas más importantes.

“Al ser un museo histórico, quisimos trabajar desde una especie de cronología trans/travesti. La línea curatorial que pensamos tiene que ver con un diálogo contrastado entre las imágenes crudas de la prensa (donde usamos material de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno – Fondo Crónica ) y nuestro archivo contado en primera persona. Allí se pueden ver fotografías suaves, coloridas, amorosas, cálidas, llenas también de sueños”, explica a Tiempo Argentino Cecilia Estalles, integrante del equipo del Archivo de Memoria Trans.

Los colores en el Bicentenario

La inauguración fue una fiesta y un hecho político a la vez. ¿Se puede? Siempre que se trate del colectivo travesti trans sí, se puede. El recorrido de sus luchas está marcado por el dolor y por las alegrías. Y se vio el jueves cuando se inauguró en el museo y se reconoció a muchas de las protagonistas del archivo.

“Es importante este contexto en cuanto a un reconocimiento oficial de que las personas LGTBIQ+ fuimos y somos parte de la historia. Una historia atravesada por momentos muy dolorosos y hostiles, pero también cargada de color y de celebración. Estar compartiendo la sala con la exposición permanente del museo donde el relato histórico es a través de los líderes expresidentes varones cis, es un buen punto para detenerse a pensar”, expresa Estalles. “Creo que por suerte la historia empieza a ser cuestionada y reversionada y se cuelan otras voces que se atreven a indagar sobre qué es lo que merece ser contado, quiénes lo cuentan y qué vidas también importan”.

María Belén Correa junto a Claudia Pia Braudacco fueron quienes pensaron rescatar su propia historia, preservarla y multiplicarla. Esta exposición es un paso más en esa misión de rescate. «Lo que estamos haciendo hoy es mostrar en el Museo del Bicentenario, el Museo de la Casa Rosada, toda la desidia, el abandono que hubo de parte del Estado. Y documentar que la democracia de las personas trans comenzó a partir del 2012, con la Ley de Identidad de Género”, dice Correa a Tiempo.

Registro de la lucha

Los titulares de los medios de comunicación y algunas impactantes fotos relatan el recorrido de violencias que sufrieron las trans desde hace siglos. Pero también están los registros de una vida feliz que en ese contexto fueron también lucha y resistencia. «Con una cámara de fotos tratábamos de mostrar los momentos más felices que podíamos vivir», manifestó durante la ceremonia inaugural Belén Correa.

“Al visitar la muestra, la gente se va a encontrar con un espacio muy amable que es el Museo del Bicentenario, con una historia dura pero muy bella. Con una exposición impecablemente curada y montada por Javier Jusid y Mariela Beker, con unos fotones impresionantes hechos por las mismas protagonistas, con Marcela La Rompe Coches, La Trachyn, Gaby Chocobar, Pía Baudracco, Belén Correa, Karina Urbina, Lohana Berkins y tantas otras que nos desmalezaron la jungla”, dice Estalles.

Foto: Cris Sille / Télam

La muestra tiene un peso político en un contexto en el que la comunidad trans sigue teniendo una expectativa de vida entre 35 y 40 años, y en tiempos en que crecen los discursos de odio que tienen como principal blanco a las diversidades.

“Esta exposición tiene una gran importancia para que la sociedad entienda y vea el abandono que sufrió la población trans desde el 1800 hasta el 2012”, dice Belén Correa. “El Estado tuvo un mecanismo de persecución y eso es lo que estamos mostrando, exponemos los legajos, los Códigos Contravencionales con los que nos perseguían y nos cortaban nuestra vida. Eso es lo que nos pasó en este país durante mucho tiempo”. 

La muestra, según destacaron durante la presentación, tuvo un trabajo comprometido por parte del museo y también se concretó con el acompañamiento del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad. «

La misión de rescatar la memoria

El Archivo de la Memoria Trans se creó en en 2014 por las activistas María Belén Correa y Claudia Pía Baudracco. Ellas pensaron un lugar donde estén reunidas las sobrevivientes y sus recuerdos)

Está compuesto por más de 15 mil documentos (entre fotos, testimonios, notas periodísticas, DNI, pasaportes, diarios personales y cartas) desde principios del siglo XX hasta los años ’90. Se conserva allí una colección de memorias fotográficas

El objetivo del Archivo es reunir, rescatar y conservar un patrimonio documental sobre la historia de vida de la comunidad trans argentina.

El equipo del AMT actualmente está conformado por María Belén Correa, Ceci Estalles, Car Ibarra, Cecilia Saurí, Magalí Muñiz, Carola Figueredo, Ornela Vega, Luis Juarez, Carolina Nastri, Sonia Torrese, Guade Bongiovanni, Julieta González, Marina Cisneros, Katiana Villagra y Paola Guerrero.

La muestra se puede visitar de viernes a domingos de 10 a 17:30 en el Museo del Bicentenario, Paseo Colón 100, con entrada libre y gratuita. Se inauguró el 10 de noviembre y estará abierta hasta el 15 de enero de 2023.