Daiana Belén Chazarreta tenía 28 años. Melani Juárez, 21. Una vivía en Santiago del Estero. La otra, en Santa Fe. Con pocas horas de diferencia, ambas fueron víctimas de femicidios. Las mataron a puñaladas. Sus casos se suman a las estadísticas de la otra pandemia: la que dejó 256 femicidios y ocho transfemicidios a lo largo de 2021.

La mujer de 28 años fue asesinada frente a sus hijos, en la capital de Santiago del Estero. Recibió diez puñaladas. Según consignó la agencia Télam, por el hecho fue detenida su expareja. Daiana tenía también lesiones en los brazos: huellas del intento de defensa.

El acusado es el padre de dos de sus tres hijos y fue identificado como Antonio Jiménez. La pareja se había separado y la mujer vivía con su madre y su hermana en el barrio General Paz. El hombre ya había sido denunciado por violencia de género y ella tenía un botón antiopánico. No alcanzó.

Mientras se analizan los teléfonos celulares y ropas del acusado y la víctima, se aguarda también la declaración de los niños en cámara Gesell. Fueron testigos directos del ataque a su mamá, el sábado pasado en el barrio René Favaloro, a unos 150 metros de la casa en la que vivía la mujer.

Jiménez se entregó ante la Fiscalía este martes, cerca de las 6 de la mañana, cuando además se conocieron los resultados preliminares de la autopsia: diez puñaladas, una de ellas en el corazón.

El femicidio de Melani Juárez también fue perpetrado a puñaladas. Más de diez. Su cuerpo fue hallado este martes, pero las pericias indican que el asesinato se cometió hace unas 36 horas. El cadáver fue encontrado en una pensión del barrio Martín de Rosario, Santa Fe.

Como la joven de 21 años no respondía los mensajes ni aparecía en sus cuentas en redes sociales desde hacía varios días, sus amigos realizaron la denuncia. La policía ingresó al cuarto de la vivienda ubicada en 9 de julio al 500 y dieron con el cuerpo. El celular de la víctima, según informó La Capital, permanece desaparecido.

Desde la pensión le aseguraron a la familia que “nadie sabe nada ni escuchó nada”. Algo que no convenció a los allegados de Melani. “Es un cuarto chiquito, de dos por dos, donde se escucha todo y nadie tiene datos”, cuestionó Magalí, una hermana de la joven. Y una vecina agregó que ya había olor a descomposición.

Agustín, otro de sus hermanos, contó al canal local El Tres que las sospechas apuntan a un hombre que vivió en la pensión durante poco tiempo: había pagado el mes entero, pero se retiró el domingo. Agregó que Melani se había peleado con la dueña de la pensión por el precio de la pieza y que vivía allí hacía seis meses, porque se mudaba seguido. Magalí describió que la puerta de la habitación estaba cerrada con llave y la luz apagada, con el televisor a todo volumen. El cuerpo se encontraba en el piso, con la cabeza apoyada sobre la cama. Las dos ventanas, cerradas sin traba.