Los pueblos indígenas de Jujuy llevan una histórica lucha por las defensas de sus tierras y los recursos patrimoniales y simbólicos de la zona. Cobró una mayor dimensión durante las protestas que se realizaron cuando el 22 de mayo comenzó a sesionar la Convención Constituyente y cuando tres semanas después se aprobó la reforma.

El sábado 17 de junio el gobierno de Gerardo Morales desplegó una feroz represión en los cortes de ruta y hacia la ciudad que tuvo su momento más agudo el martes en la capital jujeña, y que provocó que las protestas fueran multiplicándose, mientras los pueblos originarios realizaban el Tercer Malón de la Paz.

«Sencillamente estamos defendiendo nuestros derechos porque no fuimos consultados», expresaron las mujeres indígenas durante la conferencia de prensa en Purmamarca de la que participaron 33 comunidades del territorio. Rechazan, además de la reforma, la explotación del litio en la cuenca de Salinas Grandes.

Cerca de ahí, en el ingreso acceso sur a la ciudad de La Quiaca, Ruta 9, kilómetro 5224, comunidades de la zona mantienen el corte de ruta. Desde ahí emitieron un comunicado dirigido al secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla. Allí está Anabela Martínez, de El Cangrejillo. La joven indígena es estudiante de Antropología en Salta. Volvió a la zona para visitar a su abuela y en esas semanas comenzaron a organizarse, dice ella desde «la voluntad y la bronca», para resistir una lucha necesaria.

Jujuy, corte de ruta.

«Las cosas se organizaron muy sobre la marcha y sin un líder en sí. Lo que se hizo fue cortar la ruta para mostrar que existimos y mostrar que estamos en contra de algo. Se eligió la ruta en forma conjunta con los docentes porque creo que ellos nos entendieron más y nos unieron», expresa a Tiempo Argentino, Anabela desde el corte de ruta que se mantiene. «Estos reclamos que tenemos las comunidades indígenas trascienden la misma implementación de esta reforma. Son de hace años, lo que hizo la lucha docente fue unirnos más. Y es también lo que nos enseñaron los docentes: a seguir luchando».

Anabela analiza que reciben y recibieron toda la solidaridad y comprensión de parte de los jujeños. «La Quiaca es un lugar lejano y es un centro comercial. Nos acercaron mercaderías, nos acercaron tarimas, cosas para el fuego porque el frío es terrible. Si vieran desde otras partes cómo está organizado todo esto», dice, sobre las versiones de que las comunidades eran pagas o pertenecían a alguna agrupación política.

Impedir el paso fue un tema de diálogo entre las y los manifestantes. Cuenta Anabela que no querían «perjudicar» a los demás y que la gente vio que en los cortes hubo sacrificio y no un obstáculo. «Se dice que se perjudica a la gente que trabaja. Pero esta gente también trabaja, de otra manera, sin salarios, trabaja pasteando ovejas, trabaja sin tener jubilación reconocida ni nada. Acompañar este corte es reconocer que existe otro tipo de trabajo, diferente al que se cumple en horarios de oficina. Hubo muchísima solidaridad con la gente de la Puna y entre nosotros también», agrega.

Desde a la comunidad Veracruz repartieron ajos, desde El Rodeo, carne y así fueron llevando el corte. «La solidaridad fue entre comunidades y con la gente que vive en La Quiaca, a veces llegan con tarimas o plásticos para cubrirnos. Creo que esta idea de ‘no a la reforma, sí a la renuncia de Morales’ fue lo que unió a todos, hubo un reclamo general sobre eso».

El engaño de Morales

Además del reclamo por las reformas, en Jujuy también se vivían situaciones de vulneración, como la quita de presupuesto para los comedores rurales de los albergues. «Se les quitó la comida a los chicos y nunca hubo un proyecto visible sobre eso. Te dicen que los chicos tienen obesidad y mandaban alimentos de tercera mano, no llega leche pura y sólo derivados».

El gobierno de Morales mintió a las comunidades y a la sociedad, dice la mujer. «Hubo un engaño muy grande a la gente de las comunidades. Y ese engaño también se lo hizo a las otras personas de la ciudad, y ese engaño impulsó a esa bronca para que salgamos todos. Todos hemos sido engañados y la gente del campo más porque hay gente que no sabe leer, por ejemplo. Pasó durante las votaciones. Acá ni siquiera hubo cursos para autoridades de mesa, y nos damos cuenta ahora de lo planeado que estuvo todo». «

Trabajadoras al frente de las protestas

La abogada Mariana Vargas forma parte de la Corriente Clasista y Combativa e integra la Multisectorial de Docentes de Jujuy. Ella estuvo acompañando a las y los detenidos durante las protestas del martes y acompañando a las familias para la liberación de los detenidos. «La Multisectorial de Mujeres es la que nuclea sindicatos y fueron las mujeres las que recuperaron gremios como el de docentes, las que destaparon esta olla el 5 de junio a la que se fue sumando todo el pueblo después», analiza Vargas.

También destaca que a otra integrante de la multisectorial, Miriam Morales le incendiaron el auto. «Fue el único auto incendiado luego de que liberaron la zona para que se produzcan saqueos», afirma.

Las organizaciones que integran la Multisectorial están sosteniendo las protestas, de hecho, las primeras detenidas fueron mujeres. «Tenemos una participación muy activa por eso es que queremos la próxima semana brindar una conferencia de prensa para contar los resultados de toda esta semana de lucha», anticipó la abogada.