El año próximo, el 36 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries tendrá como sede la ciudad de San Carlos de Bariloche, Río Negro. Así se determinó el lunes, el día del cierre que se realizó en el predio de la ex Cerámica.

El que se realizó este fin de semana en San Luis, fue el primer encuentro en la historia que en su nombre reconoció la diversidad cultural y sexual en el amplísimo movimiento de mujeres que, desde 1986 debate, discute y construye un conjunto de reclamos que configuran el concepto del feminismo en un sistema de vida democrática.

Esos debates sobre el nombre, que tomaron los últimos encuentros, terminaron tomando forma en esta edición: las protagonistas fueron las mujeres indígenas y las diversidades sexuales que en la primera jornada sostuvieron la extensa marcha contra los travesticidios y transfemicidios y en la segunda mostraron firme pliego de reclamos para aportar a las conclusiones del Encuentro.

Como hecho trascendental, la marcha esta vez tuvo un recorrido de 7 kilómetros. Originalmente se esperaba un recorrido de 13 kilómetros, sin embargo, desde varios colectivos activistas y bloques sindicales pudieron reducir casi a la mitad. Las columnas condensaron la cantidad de mujeres que participaron de la marcha, pero la extensión provocó que se perdiera un poco la mística que suele tener el recorrido por las calles de las ciudades haciendo oír las consignas y los reclamos de cada encuentro. En este contexto, es apenas un detalle para todo lo que fue el encuentro.

Una agenda que tiene que ser de todas

El reclamo por la liberación de las mapuches detenidas en el desalojo de Villa Mascardi (que el mismo día arrancaba el Encuentro fueron trasladadas de nuevo a Bariloche) encontró su potencia política en esta multitudinaria reunión. El repudio fue unánime, pero recuperó el debate sobre las tierras, sobre el extractivismo, sobre el territorio y sobre los cuerpos indígenas y no indígenas.

El Encuentro estuvo atravesado por la situación de las mujeres mapuche pero también por la renuncia de la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. El cargo, que desde el jueves estará ocupado por justamente una sanluiseña (Ayelén Mazzina), tuvo su reemplazo horas después de haber finalizado el encuentro, pero ese nombre que no aparecía generó resquemor a muchas mujeres activistas que estaban congregadas en San Luis.

No se podía esperar otra cosa. Los encuentros son espacios de acción política, y en esa acción política se juega esta condición de existencia que tiene el feminismo y es que puede mejorar las condiciones de vida de muchas personas. Y cómo se mejoran las condiciones de vida si no tenemos un ministerio que pueda aglutinar los reclamos históricos del movimiento de mujeres y de los colectivos LGBT.

La respuesta no es sencilla, pero sí es fundamental decir que las mujeres reunidas hablamos de trabajo, de desigualdades, hablamos de economía, de salud, de ecología, pero principalmente hablamos de política. De nuestra participación en los espacios de poder, entonces sí, el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de Nación, el Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad de PBA y las secretarías de la Mujer y de Géneros que comenzaron desde 2020 a expandirse en varias provincias son una conquista colectiva que se gestó también en los encuentros.

Por eso, tener designada a una nueva ministra era una necesidad del encuentro. En términos de ironía, este 35 Encuentro se desarrolló por primera vez en el marco de un gobierno que tuvo la decisión política de crear un Ministerio de Mujeres. Sin embargo, durante los tres días que duró, ese ministerio estaba acéfalo. También es importante, destacar que desplazamiento de su conductora no fue producto de un pedido de renuncia. Tampoco una mala conducción. Fue por la decisión inexplicable del Ministerio de Seguridad de la Nación de desarrollar un operativo de desalojo con ribetes propios del gobierno de Mauricio Macri, cuya exministra de Seguridad sigue obsesionada con intervenir en las comunidades mapuches.

La plaza del repudio

El domingo al mediodía, alrededor de la Universidad Nacional de San Luis, uno de los puntos donde se realizaron los talleres, agrupaciones políticas y gremiales repudiaron el intento de magnicidio contra la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.

Asistieron alrededor de cinco mil mujeres que escucharon el repudio de referentas de La Cámpora, Movimiento Evita, CTA y Descamisadas. “Pasaron de los discursos de odio a los hechos”, alertaron en un documento. Se pronunciaron contra la represión de “mujeres y niñeces del Pueblo Mapuche en Río Negro”, y en ese contexto manifestaron su apoyo a la exministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta.

Además, destacaron la importancia de lograr una reforma judicial feminista, repitieron el reclamo por la aparición con vida de Guadalupe Lucero Cialone, y el pedido de libertad para Milagro Sala.

San Luis espero dos años para ser la sede del encuentro

“Te digo la verdad”, les dice un señor a dos chicas que lo escuchan azoradas, “venía caminando por la calle y vi de lejos un grupo de ustedes y pensé ‘uh éstas me van a destrozar’”. El hombre paseaba un perrito diminuto que despertaba la simpatía de muchas de las mujeres que estaban participando del encuentro a quienes él “les tenía miedo”.

Ese testimonio no fue el único. Los días previos al gran evento, circularon varios audios afirmando que las mujeres “venían por todo” y que estaban ensañadas con los hombres y niños. En los audios, pedían que no salgan a la calle porque podían ser agredidos.

Resulta paradójico el “miedo” de los hombres en un país que no logra descender la espeluznante cifra de casi 300 femicidios anuales.

El encuentro fue una fiesta. Cerca de la Plaza Pringles, artesanías, ropa, dulces regionales se exponían a lo largo de la feria callejera. También la plaza fue el centro de ventas, de encuentros y de abrazos que estuvieron postergados durante dos años.

«Está buenísimo, ¿no?», fue una de las frases que más se escucharon durante estos dos días.

“Las víctimas del ajuste somos las mujeres”

La diputada nacional Miriam Bregman también participó del encuentro y realizó un análisis de su paso por allí como parte el Partido Socialista de los Trabajadores. “Encuentro tiene un enorme desafío en momentos donde las principales víctimas del ajuste somos las mujeres: recuperar la fuerza de la marea verde. La deuda fue y sigue siendo con nosotras. La pelea por trabajo con derechos para todas, pero también por un aumento salarial que supere a la inflación para las mujeres trabajadoras, muchas de ellas concentradas en gremios cómo salud, docentes, estatales y alimentación, es de primer orden”.

También se refirió a las mujeres mapuche. “Si tocan a las mapuche, nos tocan a todes”, dijo. “Es un salto en la respuesta criminalizadora del gobierno y en la avanzada reaccionaria de los sectores más conservadores. Es despreciable cómo tratan a estas mujeres, por eso nuestro repudio tiene que ser contundente, nadie se puede quedar callado ante este aberrante atropello a los derechos humanos”.

Por su parte, Romina del Plá, diputada nacional participó del taller sobre la Ley de Humedales y dijo: “El gobierno ya dejó en claro que su política pro minera no es compatible con una Ley de Humedales que responda a las necesidades ambientales del pueblo. La lucha popular es la única que puede poner un freno a esta avanzada contra los recursos naturales y actividades contaminantes contra el ambiente y en favor de los negocios del gobierno para cumplir con el acuerdo con el FMI, como lo viene haciendo en múltiples pueblos.”

Los desafíos

Para el próximo año, el 36 Encuentro Plurinacional tendrá como sede Bariloche, dada la situación de Villa Mascardi. Será el escenario pleno de nuevos debates, encuadrados en un año electoral.

En noviembre está previsto que se realice el Encuentro Nacional de Mujeres, organizado por quienes mostraron su desacuerdo con la inclusión de las nominaciones “plurinacional” y de las diversidades sexuales. Según afirmaron, tendría la participación de al menos 40 mil mujeres y también se realiza en San Luis.

De este último encuentro quedó claro que no hay un punto de retroceso para la lucha feminista, y mucho menos para las conquistas que se consiguieron en las calles. El cambio de denominación marcó un punto definitivo de luchas y habrá que seguir trabajando para que el encuentro sea uno solo y los reclamos que surgen de ahí sean organizados entre todas y todes.