A más de un mes de la llegada de la caravana de kayaks al Congreso para reclamar por el avance de la Ley de Humedales, el proyecto sigue estancado. Los reclamos, no. Sólo en el último fin de semana hubo al menos tres manifestaciones en defensa de humedales en distintos puntos: en la Comarca Andina, en la Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires y en la Costanera Sur porteña. Distintos escenarios, con exigencias puntuales, confluyen en un pedido común: que se dé tratamiento al proyecto que permitirá proteger esas zonas vitales para el ambiente, en un contexto de emergencia hídrica local y crisis climática global.

El sábado, más de cinco mil personas salieron a la calle en la Comarca Andina en contra de la aprobación del Plan de Uso de Suelo presentado por la empresa Laderas de Perito Moreno S.A. para un proyecto de 287 hectáreas de desarrollos inmobiliarios y turísticos al pie del Cerro Perito Moreno, en las cercanías al paraje Mallín Ahogado en Bariloche. “Eran cinco cuadras de manifestación en una calle común. Este reclamo viene de la judicialización en 2011 y tiene un antecedente de 2005 protegiendo ese mismo lugar, cuando (el magnate) Joe Lewis -siendo eso aún tierra fiscal- dijo que ahí iba a hacer un aeropuerto. En ese momento la población se opuso”, recordó Silvia, miembro de la Asamblea en Defensa del Agua y la Tierra en Mallín Ahogado.

Desde ese espacio cuestionaron que “el gobierno provincial, junto con el gobierno municipal, ambos socios de la empresa Laderas, siguen avanzando, otorgando permisos, a pesar de la orden de no innovar vigente, dictada por el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro. En el marco de una crisis hídrica y después de los incendios más grandes de la historia de la Comarca Andina del Paralelo 42, en el que se quemaron alrededor de 15.000 has de bosque en la zona de Cuesta del Ternero en Río Negro y otras 15.000 en Chubut, arrasando con más de 500 viviendas, el gobierno de Río Negro hace caso omiso de su propia declaración de crisis hídrica en la provincia”. Por eso “la comunidad se organiza en torno a la defensa del agua, de los humedales de alta montaña, del bosque nativo, de la ruralidad” y busca “hacerle frente al embate del poder económico, de la especulación inmobiliaria, del extractivismo”.

En la región no se hablaba de humedales sino de mallines: zonas “esponjosas” que retienen agua en la tierra. “La palabra humedal para nosotros es nueva en la Patagonia. Pero empezamos a plantearlo como un humedal de alta montaña, es como una suerte de esponja en un valle de altura. Si eso se pierde, si esa esponja no hace de esponja, deja de haber posibilidad de que el agua se pueda encausar en los arroyos y el canal”, explicó la asambleísta, y contó que el reclamo puntual se enmarca en el general por la protección de los humedales a nivel nacional.

Ese reclamo engloba situaciones diversas. Ese fin de semana confluyeron el Comarcazo y la Carpinchada, como se llamó a la convocatoria en torno a Nordelta, donde los carpinchos irrumpieron como llamativo emblema en la defensa de los humedales. Este domingo, su figura reflotó en una protesta para exigir que frene el avance inmobiliario en esa zona, donde se avecina un “desastre ecológico”.

“El tema de la Ley de Humedales es el más general, pero hay otro puntual: que Nordelta sigue construyendo por fuera del master-plan; quiere decir que los espacios que estaban asignados como áreas verdes, o fragmentos de humedales internos que estaban designados como zona de protección, hoy están siendo rellenados y construidos. Sin ningún tipo de permiso ni informe de impacto ambiental ni audiencia pública, sin informar a la sociedad”, denunció Daniel Bracamonte, de la Asamblea de Dique Luján y Villa La Ñata. Y agregó que “el tercer punto es que hay proyectos de nuevos countries sobre la Ruta 26 en Escobar: 300 casas sobre un humedal. Va a ser un desastre ecológico. Levantar la cota en la Ruta 26 va a hacer que en sudestadas de alto nivel el agua escurra hacia Dique Luján, que es más bajo. Queremos frenar eso”.

También los humedales son factor de disputa en la Costanera Sur, donde el Gobierno de la Ciudad avala el proyecto de Irsa para la construcción del complejo de torres Costa Urbana. Este fin de semana hubo allí una nueva jornada de difusión y convocatoria a la audiencia pública que se realizará antes que el proyecto vuelva a la Legislatura porteña, donde necesita una aprobación en segunda lectura para concretarse. Organizaciones sociales y ambientalistas proyectan una audiencia masiva con múltiples expresiones de rechazo, como se dio con Costa Salguero. En tanto, sigue la recolección de firmas para reclamar que “no cementen los humedales” en post de un proyecto inmobiliario.

El proyecto de Ley de Humedales frenado en la Cámara Baja obtuvo en noviembre de 2020 dictamen en la Comisión de Recursos Naturales y Ambiente, en un texto que unificó 15 proyectos previos. Pasó luego a la Comisión de Agricultura y Ganadería, donde se estancó y podría perder estado parlamentario. Y aún resta que se trate en las comisiones de Intereses Portuarios, Marítimos, Fluviales y Pesqueros y Presupuesto y Hacienda para después pasar a ser votado en el recinto. En kayaks, entre carpinchos, en zonas montañosas y costeras, las advertencias se vienen replicando: es urgente.