Cristopher “Bocha” Rego estaría cumpliendo 29 años este lunes. Pero, tres días después de cumplir 26, fue víctima del gatillo fácil de siete prefectos que lo balearon por no detenerse en un retén en Parque Patricios. Este martes, después de varias dilaciones, se espera el veredicto. Su familia espera una condena a prisión perpetua que haga justicia.

El jueves se cumplirán tres años de la madrugada del domingo 12 de agosto de 2018, cuando “Bocha” Rego estaba a bordo de la camioneta Peugeot Partner blanca que había comprado hacía una semana para trabajar. Aún no tenía todos los papeles y estaba yendo a buscar a su compañera y a su bebé recién nacido. Por temor no se detuvo cuando lo pararon agentes de la Prefectura Nacional.

“Mi hijo no para en la avenida Amancio Alcorta donde había ocho prefectos y (el principal imputado, Pablo) Brítez lo corre una cuadra, inocentemente él gira en U por la calle Monteagudo y agarra Ancaste, por lo que vuelve al mismo lugar en el que estaba el control porque él iba a Nueva Pompeya a buscar a su esposa y al hijo”, recordó su papá, Jorge Rego. El joven fue perseguido, le apuntaron sin darle la voz de alto y le dispararon. Recibió un balazo en la espalda y la mandíbula y cayó contra el volante. Manejó dos cuadras más, hasta que chocó contra una camioneta estacionada. Los prefectos lo vieron pero no lo asistieron: se acercaron a recoger las vainas.

El principal imputado en el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 es el prefecto Pablo Brítez, acusado de ser autor material del “homicidio agravado”, que prevé la pena de prisión perpetua. Tanto querella como fiscalía pidieron esa pena. Entre sus compañeros en la fuerza que intervinieron en el hecho, sólo Cristian López llega detenido a esta instancia del juicio. Lucila Carrizo, por ser paciente de riesgo ante el coronavirus, tiene prisión domiciliaria. Los demás -Axel Díaz Guevara, Javier Fernández, Rubén Viana y Mariano Paredes- están libres, acusados por “encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

El veredicto tenía fecha prevista para el 15 de julio último, pero en la audiencia sólo Carrizo dijo sus últimas palabras, mientras que los abogados de otros acusados expusieron distintos motivos por los cuales debía postergarse la sentencia. “López dijo que no tenía internet en Devoto. Supongo que fue adrede. Brítez tampoco habló. En un principio dijeron que tenía covid, después el abogado por zoom dijo que tenía gripe y no podía participar. Ambos abogados pidieron que les dieran domiciliaria. Eso demoró el veredicto. Estoy seguro que lo hicieron a propósito. Aparte venía la feria judicial. Esto se viene dilatando hace rato, no es de ahora. Siempre hay algo. Espero que mañana no vengan con nada raro”, planteó el papá de “Bocha”. En la audiencia de este martes, prevista para las 14, se esperan las últimas palabras de López, luego cuarto intermedio y veredicto.

“López y Carrizo son los que subieron al auto con Brítez y fueron donde había chocado el Bocha y lo vieron moribundo y se fueron. Siempre digo que no solo lo mataron, sino que lo dejaron morir. Volvieron y agarraron las vainas y se fueron a dormir tranquilamente. Está todo filmado”, remarcó Jorge. “Yo tengo toda la confianza, pero no paro de llorar. Siempre me dijeron que era duro”. La pandemia dificultó aún más el tema y obligó a que gran parte de las audiencias fueran virtuales. “Dios quiera que se haga Justicia”, pide Jorge. Y cuenta que su nieto Bastian es “el que me alegra la vida después de lo que pasó con el Bocha”. Al nene le dijeron que su papá está en el cielo: saluda y le habla a la estrella más brillante que se ve desde su patio.

Jorge Rego revive, en la historia de su nieto Bastian, su propia historia. “Nos pasó lo mismo. Por eso sé lo que siente mi nieto Bastian”, dice Rego padre, más lloroso que de costumbre por la expectativa del veredicto. Jorge perdió a su papá cuando tenía un año y medio: su socio en un aserradero le disparó durante una discusión. Con cuatro balazos, logró subir a un taxi y llegar al hospital Penna, donde falleció. El mismo lugar donde murió años más tarde su hijo “Bocha”.