¿Cómo se logrará una verdadera revolución dentro de la iglesia? ¿Cómo plantear la lucha contra un dios patriarcal? ¿Es posible instalar nuevos mitos? ¿Y las mujeres en la Biblia? 

Son muchas las cuestiones que van surgir en la casa de la activista Elsi San Martín. Sobre la mesa hay tapas y editoriales de revistas latinoamericanas de teología feminista, lectura de distintas ediciones de Evangelios, además de instrumentos musicales y deportivos. Pero además, la teóloga feminista cuenta todos sus activismos, los años de persecución durante la última dictadura y cómo se hizo monja. 

“Me sentía muy culpable por ser lesbiana, por amar a una mujer. No podíamos ni nombrarlo durante los años 70 y un camino para sublimar, esa ‘inclinación perversa’ como le decían, fue entrar en la vida religiosa.” 

Agrega que aquella vida antes que ser contemplativa era muy activa, “teníamos mucho compromiso con la iglesia tercermundista, que fue hacia los más necesitados junto a los curas del tercer mundo”. 

En Elsi muchas de sus teologías, (o todas), destinaron a “la” y “su” liberación. Incluso, después de consultar su tesis (inédita) de liberar al mismo dios de las fronteras, planteando una nueva cosmología ligada al estudio de los átomos y configurando un tipo de “dios migrante”. 

Sin desconocer la influencia de Ivone Gebara en toda América Latina, cuestionando la enseñanza en las escuelas religiosas, y homenajeando a la teóloga feminista Safina Newbery, (antropóloga y pionera en la lucha por el derecho al aborto), Elsi San Martín recuerda también a la poeta Diana Belessi y a la periodista María Moreno. 

A partir de Belessi fue que se inició el grupo legendario Las Lunas y Las Otras, a partir de donde se crearon bibliotecas con textos sobre política en general y lesbofeminismo, donde también se generaron expresiones culturales como salsa y otros bailes. 

Entre risas, San Martín recuerda aquellas insurgencias: “Fuimos vilipendiadas por la movida queer porque no dejábamos entrar a varones, parecíamos antiguas”. Y cuestionará al feminismo de décadas pasadas que “no vio la influencia que tiene la iglesia en su prédica permanente, a la mujer en el lugar de la sierva y de la esclava.” 

Derribadora de estructuras, tambora que fija las deconstrucciones, después de mencionar el discurso de dios, y dejando en claro que la teología siempre “tuvo una ciencia mediadora donde basar su reflexión”, la teóloga centraliza en los años 80 la toma de conciencia de las mujeres teólogas dentro de la iglesia, no sólo de las monjas sino también de las laicas, donde la mediación fue el feminismo.

-¿Qué primeras lecturas hicieron?

Elsi San Martín: -Hay una pionera en Alemania. Dorothee Sölle y muchas autoras estadounidenses. Mary Daly fue pionera de la frase “Si dios es varón, el varón es dios”. Es indudable lo que ha legitimado la iglesia al patriarcado.

-En la tesis que escribiste El poder creador de las metáforas, enfatizás que “vivimos en una sociedad con 6000 años de patriarcado”.

ESM: -Uno de los primeros patriarcas en la Biblia es Abraham, aunque el gran patriarca es el padre de Abel y Caín. En Terrenal, la obra de Mauricio Kartun, puede verse en escena porque toma ese mito. La Biblia tiene una gran riqueza de leyendas. Es una reflexión que hace un pueblo sobre Dios, sobre tu historia y trayectoria.

-¿Qué se charla en los congresos sobre feminismo y teología? ¿Qué se cuestiona?

ESM: -La teología feminista toma todos los temas pero intenta deconstruir sexualidad, raza, género, cambios en las concepciones en las sexualidades disidentes. Te explico las corrientes: las teólogas empiezan a ver las mujeres en la Biblia. Quiénes son, qué lugar ocupan, qué les pasó, en qué lugar las pusieron. Rescatan a las pocas mujeres que aparecen. En los evangelios es “una” mujer o “un grupo” de mujeres. Otras estudiosas de teología sistemática critican la teología de Tomás de Aquino y Aristóteles. “La mujer es un varón defectuoso”, decía Aristóteles, pero Tomás de Aquino nos sirve para el aborto porque decía que se puede abortar hasta el tercer mes de embarazo porque el cigota no tiene formación de la conciencia, por lo tanto, no es un ser humano. Ya en la Edad Media se decía esto pero luego se olvida.

-¿Cómo te hiciste teóloga feminista?

-La de San Agustín o Tomás de Aquino regían, pero empieza a haber otras teologías: feministas, poscoloniales, queer. Las españolas han producido mucho, hay ríos de estudios sobre esto. Yo entré al feminismo a través de la teología porque conocía a Safina Newbery, quien había sido monja y había estudiado teología. Finalmente, se hizo antropóloga. A fines de los 80 y principios de los 90 empieza la movida en Brasil, Colombia, Chile, México, en toda América Latina. En los 2000 se pierde, hubo una tirada conservadora de riendas y yo me fui de todas las iglesias. Una teóloga importante que vino a dar seminarios fue Ivone Gebara, una mujer que movilizó a toda América Latina, de la teología de la liberación a la teología feminista.

-¿Qué agitó?

ESM: -Deconstruir la imagen del dios patriarca. Tiene un texto muy gracioso, dios padre, el hijo también es un joven varón y el espítitu santo, una paloma (risas). Esa es la trinidad o la divinidad que nosotras creemos. En el área se trabaja mucho también todo el sentido comunitario. Hablamos de la sororidad, hay monjas que trabajan en barrios. Yo fui monja durante unos ocho años, trabajaba en las villas durante toda la época de la dictadura. Éramos tercemundistas, nos pusieron una bomba en el Instituto. Una vez nos ametrallaron el frente. La casa madre está en Rodríguez Peña y Santa Fe. Nos persiguieron bastante.

-¿Cómo era aquella iglesia? 

ESM: -Era la iglesia renovada, la del Vaticano II, el momento de Medellín y los obispos de América Latina. Era un documento increíble, no se podía creer que la iglesia lo hubiera producido. Las comunidades eran horizontales, así se tomaban las decisiones. Con el otro Papa, Pablo VI se volvió para atrás, era conservador y volvieron las superioras en las comunidades.

-¿Y con el Papa actual?

ESM: -Él está diciendo nada más ni nada menos la doctrina social de la iglesia. No es ningún invento, los documentos estaban medio enterrados: lo que se vio en el Concilio, en Medellín, Puebla. No va a cambiar nada respecto a las mujeres. Ninguna iglesia, salvo algunas protestantes con pastoras, aunque el concepto de “pastor” es seguir alimentando las jerarquías patriarcales.

-¿Una mujer Papa sería una gran revolución?

ESM: -Ni sacerdotisas ni pastoras, ni papas. Hay teólogas que han evolucionado y dejado las iglesias. En algún momento, se habló de poscristianismo. Buscaron un cierto sincretismo religioso, un poco de budismo, cristianismo, hinduismo. Hay una corriente de Ecofeminismo que piensa que se abusa a la mujer como se abusa de la tierra. Es decir, la Madre Tierra y las mujeres explotadas.

-¿Hay un rescate de Gaia?

ESM: -Sí, también a la Pacha Mamma. En Chile hay una movida que se llama “Conspirando”, algunas eran teólogas, otras monjas, ex monjas. Nada demasiado organizado, como pasa en las luchas feministas. Aunque hay libros que hacen críticas a las filosofías patriarcales y se deconstruyen mitos bíblicos.

-En tu escrito advertís que “las metáforas pueden matar”. ¿Cuáles son las nuevas?

-Están por crearse. Las teologías feministas intentan hacer cambios simbólicos. Desde la metáfora del padre que es fundante de la iglesia y legitimadora de todo el patriarcado. Es una búsqueda algo delirante con una mediación con la física cuántica. La física newtoniana impregnó la teología, pero la cuántica donde la materia, el espíritu, están conformados por las mismas cualidades de los átomos y de las partículas nos darían una forma de pensar la comunicación y relación humana de forma igualitaria. Voy a difundirlo con la publicación de mi libro, allí planteo un dios migrante.

La nueva cosmología

El hombre dejó de ser el centro del universo. Uno de los nombres de dios es “energía”, davar. 

«Contra un dios patriarcal, fantaseo con un dios migrante entre los distintos universos y mundos. Las teólogas trabajan con cualquier tema, no es un discurso sobre dios. Si dios es hombre, es Jesús, yo propongo que sea un migrante. Y lo sigo pensando», explica San Martín. 

«Hago una crítica a la moral dual de las iglesias, planteo que el Estado y la Iglesia son proxenetas de dios porque lo explotan y hacen plata. No dicen lo que se ha investigado desde la geología o la antropología. Repiten el mismo discurso patriarcal del ‘dios te quiere’, ‘dios te ama’, ‘dios es tu padre’, ‘dios te salva’. Son Ceos, hacés sacrificios y se te dará un 101%, en el más allá será retribuido.» 

«En cientos de miles de lugares se está leyendo un pasaje del Evangelio de San Lucas sobre María, donde el ángel le dice a María que va a ser madre. ‘¿Cómo va a ser eso?’, le dice María. ‘El poder del altísimo te cubrirá con su sombra’, le responde. He aquí la esclava del señor, hágase en mi tus palabras”, cuenta Elsi.

«Eso es lo que bajan las escuelas y millones de chicos y chicas las repiten. Se la pone a María como ejemplo de la mujer y de la santidad: virgen, madre y santa. Son desechables. Y predican la figura de dios topoderoso, dueño de la vida de dios y de todos. Pero esa es una columna, en la otra columna, está María con otra postura. Falta una bajada de nuevas metafóras. ¿Cómo no podemos instalar mitos efectivos? Se está trabajando pero sigue latente. El discurso de la ‘otra columna’ de ese evangelio está María con un discurso relativo a bajar a los poderosos y ensalzar a los humildes. De eso no se habla, se quedan con ‘aquí la esclava del señor’. La iglesia sigue evangelizando con esta imagen de mujer. 

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