A Lucas Verón lo fusiló la Policía Bonaerense, en La Matanza, el día de su cumpleaños número 18. Los dos agentes que le dispararon están detenidos y a la espera del juicio. Pero otra causa, por presunto encubrimiento judicial, fue archivada en los últimos meses. Para exigir que se desarchive y se retome la investigación sobre el accionar del fiscal Juan Pablo Tahtagian, familiares y amigos del adolescente llevaron su reclamo ante el fiscal general de San Martín, Marcelo Lapargo. “Nosotros reclamamos por el homicidio de Lucas, pero seguimos también las causas de la cadena de mandos y la del fiscal porque no queremos que haya más Lucas”, remarcó Marina Mapelli, tía del joven.

El crimen fue el 10 de julio de 2020, cuando Lucas cumplía 18 y había salido en moto a comprar una gaseosa antes de cortar la torta en su casa con dos amigos, mientras su mamá y su papá estaban en la pieza tomando mate. En plena cuarentena, no había grandes festejos planeados, aunque él esperaba con ansias los 18. Este jueves, a 11 meses del crimen, familiares y amigos se presentarán como cada día 10 en los tribunales de La Matanza para exigir que avancen las investigaciones. Y anunciarán, también, una campaña para homenajear a Lucas: 18 murales por sus 18 años, en distintos puntos de la Provincia de Buenos Aires.

“Hay tres líneas de acción: por el homicidio propiamente dicho de parte de la policía; lo que llamamos cadena de mandos o complicidad, con un montón de involucrados –comisario, subcomisario, etcétera- y el tercer eje por el que reclamamos ayer para que se desarchive la causa por el fiscal Tahtagian, porque fue el primero que ocultó el hecho”, explicó Mapelli. Junto a Alejo Rivera, militante de Hijos La Matanza que acompañó el caso desde el primer día, fueron testigos presenciales de algunas de las irregularidades que denuncian.

“A nosotros no nos contaron nada: a nosotros nos pasó. Somos testigos de todo lo que hace el fiscal, porque nos echa, nos dice que nos vayamos, cuando van dos chicos de 17 a declarar que habían visto el fusilamiento de Lucas, les toma declaración la misma policía: o sea el fiscal se los entrega a la policía. Mientras gritaba una mamá que no sabíamos quién era y era la mamá de Gonzalo, que manejaba la moto. A ese chico lo metieron en un calabozo y lo apretaron para firmar una declaración falsa de que estaban robando. Hubo privación ilegal de la libertad. Todo con el fiscal ahí dentro. Con todo esto le dijimos al fiscal general que nos recibió ayer que desarchiven la causa”, dijo la tía de Lucas. “Los que estuvimos el 10 de julio en la comisaría y vimos lo que pasó relatamos a Lapargo lo que fue esa secuencia, que revea la causa y que cambie al fiscal. Se comprometió a hacerlo: desarchivar la causa y, si veía alguna irregularidad, cambiar al fiscal”, contó Rivera.

“El fiscal me decía ‘estarían vendiendo drogas’. Cumplía 18, salía para comprar una Coca porque estaba festejando con dos amigos. Tenían una torta y no toman alcohol. La policía les disparó, seguramente porque los confundió, es un lugar con muchas cocinas de droga. Este accionar de los policías dejó al descubierto que hay un montón de jóvenes que salen o van a estudiar y permanentemente son víctimas de maltratos terribles, abusos, gatillos de escopetas. No es de hoy, es una moneda corriente”, alertó la mujer. El reclamo sigue este jueves ante los tribunales de La Matanza, donde se reunirán con la fiscal general y los fiscales que llevan tanto la causa por homicidio como la que investiga la cadena de mandos. “Queremos mayor diligencia, que se termine de revisar y se pase al juicio. Estamos lejos de querer justicia por mano propia ni bajar la edad de imputabilidad, nada que ver con eso”, aclaró y acotó que el reclamo de ayer se hizo manteniendo distancia, con un representante de cada organismo social y de derechos humanos, para cuidar las medidas sanitarias. “Sólo lo prudente, para no arriesgar, pero sí decir que aunque nos manden al fin del mundo sabemos lo que es persistir en una lucha porque lo enseñaron las Madres y las Abuelas”.