La primera ola tuvo un pico de 5119 camas UTI ocupadas. La segunda llegó a 7969. Hoy son 2872, el valor más bajo en casi un año. Esta semana fue la decimotercera consecutiva con baja de casos en todo el país, y la undécima con descenso de internaciones y muertes: de 580 fallecimientos diarios a comienzos de junio bajó a 182 en la última semana de agosto.

Sin embargo, autoridades y especialistas descuentan que en cuestión de semanas los casos volverán a aumentar. La razón: la variante Delta, que ya registra transmisión comunitaria en al menos dos jurisdicciones pero aún no es predominante. El retraso en su ingreso permitió que en ocho semanas el país avanzara con 9,5 millones de segundas dosis.

Cuando Delta comenzó a predominar en el Reino Unido, tenían al 58% de su población con una dosis y al 38% con las dos. El avance en los esquemas completos permitió que, si bien los británicos tuvieron hasta 68 mil casos diarios, eso no se tradujo en más muertes e internaciones. Hoy la Argentina llega al 33% con segundas dosis. Más del 90% de los mayores de 50 años –que representan el 90% del total de fallecidos por Covid– están vacunados, y el 67% recibió las dos dosis.

“Es clave la segunda dosis. Con una sola, la efectividad baja al 35 por ciento. Las vacunas no frenan la posibilidad de contagiar, pero previenen las formas graves y la mortalidad”, dice Ricardo Teijeiro, de la Sociedad Argentina de Infectología.

El control y el rastreo son fundamentales. No parece azaroso que Córdoba y CABA, dos de las jurisdicciones que menos ímpetu mostraron en controlar a los llegados del exterior, sean las que iniciaron la transmisión comunitaria, con consecuencias para otras jurisdicciones, como Provincia.

El virólogo molecular y secretario de Educación de Quilmes, Mario Lozano, desmiente la hipótesis que sugiere que el retraso de la circulación de Delta en el país se haya debido a la presencia de variantes muy contagiosas, como Manaos: “En Brasil, llegó al 70% de prevalencia el 9 de agosto, después de seis semanas de su ingreso, y en Chile, para la misma fecha llegó al 10% después de cuatro semanas. Delta desplazó a todas las variantes con las que se enfrentó (Alfa en EE UU, Beta en Sudáfrica, Gamma en Brasil). Nada la detiene”. La clave fue el control de los viajeros.

Lozano realizó un análisis de la situación de cada país al enfrentar a Delta. Para eso midió el porcentaje de población vacunada y la eficiencia protectora de la vacuna. Chile, por ejemplo, tiene más población cubierta que la Argentina, pero con una vacuna menos eficaz (Sinovac). Así, el llamado Índice de Protección Relativo le dio 34,4 para EE UU; 32,4 para Chile; y apenas 9,4 a México y 8,9 a Brasil. “En los países con un índice de protección intermedia (EE UU y España), la velocidad de aumento de los fallecimientos diarios es menor que en México (índice de protección baja) y mucho menor que en Sudáfrica (índice de protección muy bajo, con apenas 0,3). Aunque no logre detener el aumento de casos, la vacunación contiene los decesos”, apunta el virólogo.

En la Argentina, el índice de protección calculado es intermedio (34,2%), similar al que tenían Chile, España o EE UU cuando se inició la circulación de la variante. En esos casos tuvieron picos rápidamente, tras cuatro a seis semanas, pero no hubo correlación con la cantidad de fallecidos. “Si la campaña de vacunación mantiene el ritmo actual –concluye Lozano–, con un índice de protección en aumento, y sostenemos las políticas de cuidado, no es esperable que exista un aumento considerable en la cantidad de fallecimientos diarios”.   «

Tercera dosis, ¿sí o no?

La idea de una tercera dosis, aprobada en EE UU –lobby mediante de Pfizer, Johnson&Johnson y Moderna–, es encabezada en la región por Uruguay, Chile y Brasil, justamente los países que aplicaron Sinovac, la vacuna china con menor efectividad de todas las disponibles, sobre todo frente a Delta.

La Argentina, por ahora, se muestra en sintonía con la OMS, que reclamó que antes de la tercera dosis se piense en todas las personas que aún no recibieron una. Apenas el 33% de la población mundial se vacunó. El riesgo: que en esas poblaciones surjan cepas más resistentes. De ahí las donaciones millonarias del gobierno de Biden.

“Es muy importante que la mayoría de los países accedan a vacunar a quienes tienen más riesgo, antes  que todos los países opten por dar una tercera dosis a toda su población”, apuntó Carla Vizzotti.

En la Ciudad, ya advirtieron que están a favor  de una tercera dosis, mientras la Provincia anunció que hará un estudio sobre la dosis de refuerzo: buscan voluntarios que hayan sido trasplantados o personas inmunocomprometidas.