En los fallos a mujeres pobres, casi siempre condenatorios, surge el reproche –moral, clasista, sin pruebas– de la justicia patriarcal. El caso de María Lescano, condenada por defenderse cuando su ex pareja intentaba violarla, como el de Rosalía Reyes, castigada por no evitar la muerte de su hija recién nacida, son, apenas, el recorte actual de una tendencia enquistada: la de criminalizar a las víctimas.

Este viernes, el Tribunal de Alzada de Santiago del Estero revisará el fallo que, en agosto pasado, sentenció a Lescano a la pena de 13 años y seis meses de prisión por el delito de “homicidio calificado por haber mediado una relación de pareja y con circunstancias extraordinarias de atenuación”.

La justicia no tuvo en cuenta que aquel 12 de noviembre de 2017 Jorge “Pey” Ibáñez, la ex pareja que la había maltratado y abusado durante 10 años, irrumpió en la casa de Lescano, en el barrio Tradición Oeste, armado con un cuchillo, confiado en volver a violarla. Pero la mujer, de 32 años, se defendió, y en el forcejeo el violento terminó herido en el pecho, lo que provocaría su muerte horas después en el hospital.

“Hay dos cuestiones fundamentales. La primera tiene que ver con la calificación. María se defendió de un hecho delictivo. Ibáñez ingresó a su casa cuando ella se encontraba indefensa, intentó violarla y la amenazó con un cuchillo. Son todos los requisitos que hacen a una legítima defensa. Por otro lado, el tribunal no tuvo en cuenta que hubo muchas denuncias de violencia de género. La primera data del 2007 y la última de unos meses antes del hecho por abuso sexual con acceso carnal”, explica Luciana Oyola, codefensora de Lescano e integrante de la Red de Abogadas Feministas de Santiago del Estero.

Pese a los antecedentes (además de la condena del tribunal, la fiscalía había solicitado la pena de prisión perpetua por el delito de “homicidio agravado por el vínculo”), Oyola es optimista en que este viernes se pueda obtener la absolución de Lescano: “Estamos en una etapa de transformación de paradigma. Es el momento en que nos damos cuenta de la justicia patriarcal que tenemos y de la necesidad de una igualdad real. Nuestras próximas generaciones van a poder rever con mayor profundidad estas resoluciones y transformar la mirada que el sistema judicial tiene sobre los hechos”.

El caso Rosalía Reyes: “pudo más el reproche moral”

El miércoles 19, el Tribunal Criminal N°3 de Bahía Blanca condenó a Rosalía Reyes a ocho años de prisión por el “homicidio agravado por el vínculo, con circunstancias extraordinarias de atenuación” al considerarla responsable del fallecimiento de su beba. El 18 de mayo de 2005, después de parir sola en el baño de su casa de Argerich, partido de Villarino, Reyes se desmayó de dolor. Cuando despertó su hija estaba muerta.

La mujer estuvo un año presa, hasta que su abogado consiguió una excarcelación extraordinaria luego de que la Cámara de Apelaciones y Garantías contemplara las circunstancias relacionadas al hecho: Reyes trabajaba jornadas extenuantes en un frigorífico al que no podía faltar porque era el único sostén de cuatro hijos.

El primer juicio no se pudo concretar por una simple razón: Reyes había desaparecido. En junio del año pasado una cámara de seguridad en la estación de Retiro permitió identificarla. En el tiempo que estuvo “fugada”, la mujer había rehecho su vida: conoció a su actual pareja, tuvo un nuevo hijo, realizó aportes al ANSES y hasta votó.

En el fallo que la condenó la semana pasada, los jueces Daniela Fabiana Castaño, Eduardo d`Empaire y Eugenio Casas consideraron que Reyes tuvo “conductas omisivas configuradas por la falta de prestación de los cuidados necesarios para evitar su óbito por shock hipovolémico por hemorragia a través del cordón umbilical”. El fiscal Jorge Viego, por su parte, alegó que la acusada “tuvo un plan para deshacerse de la criatura”, al referirse al entierro del cuerpo en el patio de la casa.

“Tanto los jueces como el fiscal tuvieron cero perspectiva de género. Yo pedí la absolución porque Rosalía no tenía la capacidad física ni psíquica para evitar la muerte de su hija. Incluso, el tribunal tenía una salida elegante, que era declarar prescripta la acción, pero pudo más el reproche moral”, se queja la abogada Fabiana Vannini.

La defensora logró “rescatar” una pericia psiquiátrica realizada a Reyes para el primer juicio donde se concluía que la mujer “posee carencia de recursos psicológicos básicos o necesarios para asumir los cuidados y responsabilidad materna, sin un tercero en quién apoyarse y que la ayude a sostener esas responsabilidades”.

Vannini adelantó que va a interponer un recurso ante el Tribunal de Casación bonaerense para que revisen la sentencia y además solicitará el beneficio del arresto domiciliario. “El veredicto –destaca la abogada– se conoció el mismo día del ´pañuelazo´. Bahía Blanca es una ciudad muy conservadora, muy de pañuelo celeste, y hubo presión para que condenaran a Rosalía, aunque fuese una locura”.