Organizaciones sociales, políticas y religiosas lanzaron la “Campaña Comunidad” para la prevención del consumo problemático, en los territorios de San Martín y Tres de Febrero. Piden salud, paz y trabajo. Lo hicieron para instalar el debate y comprometer a la sociedad. Este miércoles por la tarde, concentraron en la plaza 5 de Noviembre, ubicada en las calles Artigas y 21 de Junio, del barrio Independencia. Desde allí, una multitudinaria caravana marchó hasta el puente de la estación de José León Suárez, donde realizaron una oración ecuménica por las 24 personas que resultaron víctimas fatales de la cocaína adulterada.

“El objetivo de la campaña es abrir una conversación pública sobre el consumo problemático”, explicó Leonardo Grosso, diputado nacional del Frente de Todos. Considera que lo mejor es abordar el problema “entre todos, todas y todes (sic) haciendo talleres de prevención y construyendo estrategias comunitarias”.  

“Tenemos que construir urgente una red de contención”, subrayó el legislador y militante del Movimiento Evita. Aseguró que cuando una personas tiene “un consumo problemático es porque hay un lazo roto en la comunidad” y enfatizó en que “nosotros queremos repararlo”.

“Marcaremos un antes y un después de la tragedia que desató la cocaína adulterada”, señaló Grosso. Luego, ahondó en que el asunto del consumo se debe debatir en “nuestros barrios y en todos los sectores que componen la sociedad”. Dijo también que es la única forma de construir “una solución”.

“La vida en los barrios es demasiado complicada por un montón de cosas: falta de trabajo, infraestructura, salud y muchas otras necesidades que padecen las personas”, apuntó Grosso y aseguró que todo esto es lo que “produce la venta de drogas en modalidad de menudeo” y que las personas “lo terminan haciendo para poder subsistir”. Apuntó además que la adicción “termina destruyendo a las familias”.

En cuanto a la complicidad de las distintas fuerzas de seguridad en la venta de drogas, el legislador aseveró que “hace muchísimos años sabemos que la Policía regula el narcotráfico”. Y denunció que la Justicia “no puede decir que se enteró hace dos semanas cuando ocurrió la tragedia; está muy lenta o es parte del problema”.

Pidieron paz, sanación al dolor que sienten las familias y rogaron a Dios que disminuya la violencia. “No tenemos que tomar en cuenta las tonterías que nos dicen en la televisión”, dijo el Padre Alfonso. Tampoco en los que tienen “mucho dinero y palabrerías” porque ellos no conocen “las calles de nuestros barrios”. El cura villero aconsejó que “seamos inteligentes y analicemos la situación con el amor del señor”.

“Nos reunimos aquí para pedir justicia y el eterno descanso de las personas que resultaron víctimas” y consuelo para “quienes siguen sufriendo”, expresó el Padre Hernán. Con su voz en alto, pidió a ”Jesucristo que nos abra las puertas de la felicidad porque hay muchísima gente que todavía no la encuentra”. También remarcó que la “palabra de Dios nos enseña el acompañamiento sin juzgar al prójimo”. Y continuó diciendo que “tenemos que mirar a nuestros compañeros, amigos y vecinos de los barrios que están sufriendo y necesitan ayuda”.

El dirigente del Movimiento Popular la Dignidad José Gazpio, recordó que “hay muchas personas que aún permanecen internadas luchando por sus vidas”. Contó que todo esto puso en discusión una problemática que “las organizaciones sociales venimos trabajando hace mucho tiempo, algunas con mayor y otras con menor articulación con el Estado”.

“Abordamos la situación de consumos problemáticos desde una perspectiva comunitaria”, explicó Gazpio. Señaló que esto desnuda varias cuestiones sobre la “forma de intervención estatal”; por ejemplo, “la de perseguir y reprimir a quienes consumen que en realidad son las víctimas”. Desde la organización popular “hemos mostrado resultados positivos, pero necesitamos ayuda del municipio, provincia y nación para que algo mejore”, agregó.

“Al narcomenudeo de los barrios, no hay que mirarlo criminalizando. Eso es horrible, salió en todos los medios de comunicación que la Policía maneja el negocio de la venta de drogas y no se ve ninguna acción concreta”, se quejó el dirigente. “No se puede pensar en combatir el asunto solo con allanamientos y rompiendo las viviendas de las personas pobres” porque eso significa “destruir a un barrio, mientras las cúpulas corruptas siguen funcionando con total normalidad”.

“Queremos trabajo para la gente. Son las necesidades que sufren lo que se traduce en narcomenudeo”, aseguró Gazpio. “Necesitamos especial atención para las personas que ya están con consumos problemáticos” porque también “es verdad que nuestros pibes y pibas consumen drogas de la peor calidad y eso los destruye”, reclamó.  

Participaron en la actividad, Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Corriente Clasista y Combativa (CCC), Movimiento Popular la Dignidad, Frente Darío Santillán, Tres Banderas, Barrios de Pie, Movimiento evita, La 26 de Julio, La Martín Fierro, ONG Ser Humanos, Dispositivos de prevención de consumo Kuña Guapa y Marabunta. Y distintos sectores de las iglesias católica, luterana y evangélica.