La investigación sobre la composición de la cocaína adulterada que ya causó la muerte de 20 personas en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires avanza contrarreloj y se apunta al fentanilo como posible sustancia utilizada. Se trata de un poderoso opiáceo, más potente que la heroína, similar a la morfina y cuyo consumo está en alza en países como Estados Unidos.

“El fentanilo podría ser una de las sustancias contaminantes, podría haber otras. No es de uso frecuente en la población en general, por su difícil acceso. Es más común encontrar consumidores en el personal de salud”, explica a Tiempo la médica toxicóloga Mónica Nápoli, responsable de «Hablemos de doping y adicciones», que agrupa a profesionales dedicados a la prevención, testeo y asistencia sobre consumo problemático de sustancias.

En caso de confirmarse que se usó fentanilo, existe un antídoto: la naloxona. “Eso revierte los síntomas, pero se evalúa qué secuelas tiene el paciente por el periodo que estuvo en coma, por ejemplo”. En tanto, “mientras no hay certeza, se tratan los síntomas que los pacientes van presentando y su respuesta a los antídotos y tratamientos generales”. De acuerdo a las advertencias difundidas por el Ministerio de Salud bonaerense, los primeros síntomas a los que prestar atención en caso de haber consumido cocaína de compra reciente son las dificultades para respirar y la tendencia al sueño. De las 49 personas que permanecían internadas por esta intoxicación según el último reporte oficial, 21 requirieron asistencia respiratoria mecánica.

La inclusión de otras sustancias en la venta de cocaína para el consumo es habitual. “El polvo blanco que compran los consumidores contiene entre un 20 y un 30% de clorhidrato de cocaína, el resto son excipientes baratos que se usan para corte, cualquier sustancia que tenga la consistencia de una sal”, describe Nápoli.

Lo infrecuente fue el grado de letalidad que provocó la «cocaína envenenada» adquirida en la villa Puerta 8. Algo que llevó al fiscal general de San Martín, Marcelo Lapargo, a considerar que se trató de un hecho intencional.

La toxicóloga Nápoli recordó otras intoxicaciones masivas y letales en el país, aunque no vinculadas con el consumo de drogas: “por propóleo jarabe, contaminado intencionalmente, en el año 1992 aproximadamente, y con metanol en dos vinos que se expenden en damajuana, Mansero y Soy Cuyano”.

De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Abuso de Drogas (NIDA) de los Estados Unidos, el fentanilo es un fármaco que se vende bajo receta a personas que sufren dolores intensos, por ejemplo tras una cirugía o con dolencias crónicas. Pero en el último tiempo, según consignó Clarín sobre ese informe, los opioides sintéticos —entre ellos, el fentanilo— son las drogas más asociadas con muertes por sobredosis en ese país.

De hecho, en 2017 el fentanilo fue parte del 59.8 % de las muertes relacionadas con opioides en ese país: en 2010 había sido el 14.3 %.