Las quemas son constantes. Pero, por efecto del clima y el viento, a veces sus efectos recrudecen. En los últimos días, por caso. En Rosario y alrededores la población está respirando humo, otra vez. Mientras sigue el reclamo por una ley de humedales que respete los consensos alcanzados, los focos de incendio vuelven a encender todas las alarmas en el Delta del Paraná.

“Volvió a estar presente el tema por dos factores, porque evidentemente hay algo de los focos que recrudecieron y porque el viento sopla para Rosario. Pero a veces parece que desde 2020 hasta acá hubo momentos en donde no hubo fugo, y en realidad siempre en mayor o menor medida hubo. El problema es que ahora tenemos focos grandes. Uno cerca de la traza del puente Rosario-Victoria y otro más hacia dentro de Victoria, que es el más grande”, dice Jésica Fernández Bruera, de la Multisectorial Humedales. Y grafica: “El humo está presente en la ciudad al nivel de que caen cenizas, no como el polvo que se saca de arriba de un mueble. Son pedazos de cosas que caen. Y si hay cenizas en mi patio, hay cenizas en mis pulmones”.

En el marco del recrudecimiento del tema, el ambientalista César Massi publicó –como consignó El Ciudadano- una comparación entre las quemas de 2020 y el mismo período de este año. A partir de un relevamiento publicado en una página de la Nasa, mostró que varias de las zonas quemadas ahora son exactamente las mismas en las que hubo fuego hace dos años. En su momento hubo denuncias judiciales, que nunca avanzaron.

“César Massi explicó que en el contexto en que estamos y por los próximos dos meses lo más probable es que las quemas sean tan potentes como en 2020 o más, por el contexto de clima, por el río que no creció, porque seguimos en bajante, por la sequía, que no tiene que ver tanto con una dinámica natural de La Niña o El Niño sino con lo que estamos empezando a vivir que es el colapso ecológico: vamos a dejar de ser un espacio con lluvia para ser un espacio geográfico seco”, alerta Fernández Bruera. “Evidentemente hay connivencia política y judicial, porque los focos gigantescos son exactamente en el mismo lugar que en 2020, que fueron y son denunciados. Pero el Poder Judicial de Entre Ríos no está investigando ni liberando información para poder cruzar con catastro. Es un proceso simple, por eso hablamos de connivencia”.

En las últimas horas, desde el Ministerio de Ambiente reportaron que “las cámaras multiespectrales dispuestas por la cartera de Ambiente nacional capturaron los inicios de varios focos ígneos en esa región del país. Las alertas se multiplicaron en el último mes”. Al respecto, informaron que “se puso a disposición de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires los recursos para el combate de los incendios de pastizales”.

No cualquier ley

Mientras los focos se multiplican, el reclamo de fondo sigue apuntando a la necesidad de una ley de humedales. Pero no cualquier ley. Tal es el planteo de la Multisectorial, que ya expresó su rechazo a la propuesta impulsada desde la cartera que conduce Juan Cabandié.

“La presentación que se hizo en 2020, de la mano de Leo Grosso, es la ley que la Multisectorial y otras organizaciones defienden. Sobre todo, porque pone muy en clara la definición de humedal, no deja baches para la interpretación y zonas grises y porque fue literalmente construida en la apertura democrática, discutida con diferentes sectores, con organizaciones, científicos. Fue un espacio de escucha”, destaca la militante del colectivo Humedales. Y contrasta con la flamante presentación anunciada desde Ambiente: “Pareciera que esperaron el momento de mayor fuego para anunciarlo. La nueva propuesta es la que arman con el Cofema (Consejo Federal de Medio Ambiente). Cuando comparás ambas leyes, tomaron y destrozaron el proyecto original. Es clarísimo cómo acá aparece un bache legal gigante en la definición de humedales. Por ejemplo, en la nueva propuesta aparece completamente obviado el hecho de que una definición fundamental es la ciclicidad del espacio geográfico. Tiene humedad y tiene sequías. Si obviás eso das lugar a que en un momento de sequía deje de ser humedal y deje de estar protegido y pueda ser usado para producir y construir. Es una distinción fundamental, que va incluso en contra de tratados internacionales que Argentina firmó”.

Desde las organizaciones el reclamo sigue apuntando a que avance el proyecto de ley consensuado, que se dejó caer en el Congreso, luego de caravanas de kayaks y marchas masivas de reclamo para insistir sobre su importancia.

“Vamos a seguir presionando a los poderes provinciales y al nacional, porque hasta que no se pronuncie el Ejecutivo no va a pasar demasiado. Y la sociedad está afectada doblemente: porque están en juego nuestros recursos hídricos y porque el aire que respiramos en Rosario y alrededores es altamente tóxico, hay mediciones del Observatorio de la Universidad Nacional de Rosario que así lo prueban. La respuesta por parte del estado provincial fue ‘salgan con barbijo’”, cuestiona Fernández Bruera.