El Banco Mundial informó recientemente a los vecinos de Parque Saavedra que desiste de financiar el denominado proyecto de “Regeneración del Arroyo Medrano”. La novedad surge luego de que diferentes asociaciones vecinales y organizaciones políticas se opusieran a la actitud del gobierno porteño de imponer una obra “innecesaria”, “supérflua” y mucho más costosa que los reservorios en Parque Sarmiento, como estaba originalmente planteado llevar adelante por el propio oficialismo.

La misiva del organismo internacional está dirigida a Jorge Marchini, el presidente de la Asociación Vecinal y Biblioteca Popular Cornelio Saavedra, quien formalmente presentó la queja ante el Banco Mundial por ser una de las entidades que financiaría la obra. “Luego de los comentarios recibidos durante el proceso de consulta sobre la intervención en Parque Saavedra (audiencia pública) y de las preocupaciones expresadas en su nota del 4 de agosto, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA) ha manifestado al Banco la necesidad de continuar con el proceso de participación vinculado a la intervención, ampliando así el plazo previsto para dicho proceso de participación, decisión con la cual el Banco Mundial está de acuerdo”, puntualizaron.

“La necesidad de ampliar el plazo del proceso de participación de la intervención, se vuelve incompatible con los plazos del Proyecto financiado por el Banco Mundial que finaliza en septiembre de 2023, razón por la cual no se utilizarán fondos del préstamo del Banco Mundial para ninguna actividad vinculada a esta intervención”, añadieron, al tiempo que concluyeron: “Hemos revisado, y trasladado sus preocupaciones al gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para que puedan ser tenidas en cuenta en el desarrollo de las estrategias de participación asociadas a la implementación de esta y otras intervenciones”.

Un arroyo sobre otro, un parque partido en dos

Tal como informó Tiempo hace unos días atrás, el cuestionado proyecto se iba a financiar con parte de un fondo de 200 millones de dólares otorgados por el organismo internacional a modo de “Asistencia a la Gestión de Riesgo de Inundaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

Pero esta obra fue impuesta por la gestión de Horario Rodríguez Larreta, que volvió sobre sus pasos ya que en un principio se había pensado en la construcción de un reservorio de agua en Parque Sarmiento que “cubriría una superficie mucho mayor, de 200.000 metros cúbicos, sería más barata, tendría mayor impacto sobre las inundaciones de Barrio Mitre y no se alteraría el Parque Saavedra de tanto uso”, dijo Marchini a Tiempo hace unas semanas.

En cambio, el gobierno local avanzó con otra propuesta que afectará una superficie de 38.600 metros cuadrados del espacio verde ubicado entre las calles Pinto, García del Río, Vilela y Melián, un zanjón de unos 70 centímetros de profundidad que mantendría agua permanente de las napas y a su vez, haría las veces de contención durante las lluvias que dividiría en dos al Parque Saavedra. Todo esto, sin desentubar el Arroyo Medrano que pasa por debajo.

En un comunicado emitido por las organizaciones y asociaciones que se oponen a estos trabajos, se puntualizó que “los vecinos en forma reiterada han manifestado que el proyecto de realizar un arroyo artificial de 500 metros en el muy concurrido y apreciado Parque Saavedra sería solo esencialmente paisajístico, sin contemplar la necesaria planificación interjurisdiccional, hoy inexistente”, la cual “requeriría la regeneración del contaminado arroyo Medrano (que atraviesa partidos del Gran Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, para desembocar en el Río de la Plata) y la coordinación para la gestión del riesgo de inundaciones, siendo la más reciente, sufrida con enormes daños, en 2013”.

Para más precisiones, especificaron que se “han realizado reiterados llamados a las autoridades para cancelar el proyecto en Parque Saavedra y concretar la prioritaria e impostergable construcción inmediata del Reservorio 2 en el cercano Parque Sarmiento, obra inexplicablemente demorada, complementando el ya existente Reservorio 1 inaugurado en 2014”.

En resumidas cuentas, las organizaciones barriales sentenciaron que este espacio tendría mayor capacidad potencial de depósito de agua; sería una obra con capacidad de retención preventiva para un área de influencia más amplia y sensible de potencial inundación; no se provocarían las enormes alteraciones que se plantearían en un área de uso intenso; y, no resulta una consideración menor, que se trataría de un proyecto mucho menos oneroso.