A un año de la presentación de la Ley de Envases con Inclusión Social en el Congreso, la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR) relanzó una fuerte campaña en redes sociales para que finalmente la norma sea tratada, aprobada y que de una vez por todas se pueda dar “solución a la problemática de los residuos en nuestro país”.

“Vemos con preocupación que un sector minoritario de corporaciones insista con modelos de autorregulación empresarial que han demostrado su fracaso”, describieron desde la Federación que impulsa la Ley “junto a organizaciones ambientales y sectores de la industria argentina como la industria plástica, y con un amplio apoyo del arco político argentino”.

Según plantearon, Argentina hoy solo recicla menos del 10% de los residuos que genera y con esta ley podría alcanzar más del 40%. “Tenemos más de 5000 basurales a cielo abierto en todo el país, donde trabajamos en pésimas condiciones y dejamos nuestras vidas; comemos y respiramos plástico; y nuestros mares y ríos desbordan de residuos. ¿Qué estamos esperando?”, se preguntaron.

Puntualizaron además que en Argentina se producen todos los días 50 mil toneladas de residuos y que alrededor del 20% de los residuos sólidos urbanos generados son envases post consumo.

“Los 150.000 cartoneros y cartoneras que evitan que el sistema colapse” lo hacen en las peores condiciones, en los propios basurales sin baños, agua, ni techo para cubrirse del sol o la lluvia.

Por eso, se propone que las empresas que insertan productos envasados dentro del mercado, se encarguen del costo de su reciclado. Lo recaudado estará destinado a fortalecer los Sistemas de Reciclado implementados por municipios con inclusión de los cartoneros y cartoneras, mejorando sus condiciones de trabajo. Este concepto es denominado como de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) que se aplica en Europa y América del Norte.

El proyecto de Ley incentiva a las empresas a fabricar envases más amigables con el ambiente a través del pago de una tasa ambiental. Cuanto más ecológico es el envase, menor es el valor de la tasa, y quienes quieran optar por sistemas de retorno (como gaseosas o cervezas) no la pagarán.

“La tasa no es un impuesto y no incide en el precio final del producto”, aclararon desde la Federación de Cartoneros que precisaron que modelo de autorregulación empresarial fracasó en el exterior. “En nuestro país se puede ver en la constante violación a la Ley Nacional 27.279 que obliga a las empresas productoras de envases de agroquímicos a recolectarlos por ser peligrosos. Se comprobó que solo recolectaban el 8%, dejando tirados 12 millones de envases, por lo que fueron multadas”, señalaron.

“Hoy en día, los productores son “free riders” o “polizones”, ya que se benefician por la colocación de envases en el mercado y se desligan del costo de reciclado, que lo terminamos pagando todos y todas con contaminación ambiental, afectando a generaciones futuras”, concluyeron.