Este miércoles no había pasado una semana de la última reunión que tuvieron los principales dirigentes del PRO para negociar una tregua que todavía no cierra. Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta volvieron a verse en Córdoba, luego del último y tenso encuentro de Vicente López. Se cruzaron fugazmente en el escenario armado para el lanzamiento de Luis Juez como candidato a gobernador por Juntos por el Cambio. Dicen que no estaba pactado, pero el alcalde porteño besó en la mejilla a la exministra de Seguridad antes de regresar a Buenos Aires. Pareció el primer intento de distensión entre los dos precandidatos presidenciales del PRO, aunque la tensión creció, otra vez, por la omniprescencia de los escándalos que rodean al diputado nacional Gerardo Milman.

El aparente gesto de afecto de Larreta fue posterior a un respaldo que en otro momento habría resultado impensado. “Que investigue la Justicia a fondo, no meterse en la política, en las investigaciones judiciales, no entremos en estas teorías conspirativas”, dijo el alcalde para bancar con recaudos a Bullrich, luego del nuevo testimonio que ofreció en tribunales Ivana Bohdziewicz, excolaboradora de Milman en la Cámara Baja. Lo hizo el viernes 5, cuando la conducción del PRO se había reunido de nuevo.

En una semana el caso que investiga a Milman, por una presunta vinculación con el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, dio un triple giro inesperado: involucró directamente a Bullrich (en plena campaña por su precandidatura presidencial), empeoró la situación de Milman y metió en el fango a Carolina Gómez Mónaco. La exsecretaria del diputado estuvo al frente de la Escuela de Inteligencia sobre el Delito de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DINICRI), cuando «Pato» era ministra de Seguridad y Gerry su jefe de Gabinete.

Esas conexiones marcaron el inicio de esta semana y abrieron otro frente externo (e interno) para el partido amarillo. Sus principales dirigentes están sumergidos en una compleja disputa por las precandidaturas para la presidencia, la jefatura de Gobierno porteño y la gobernación de Buenos Aires. Con la bomba de relojería que dejó Bohdziewicz en la fiscalía, el PRO pasó de la conmoción y la desconfianza por el testimonio a un intento de cohesión cuando Cristina utilizó su cuenta de Twitter para meter más a Bullrich en el lodo de la nueva acusación.

Bullrich eligió contestar lateralmente y decir que es todo mentira, pero ahora sabe que cada una de sus palabras tendrá impacto directo en el expediente judicial en donde podría ser investigada. Mientras recibía el apoyo moderado de Rodríguez Larreta la precandidata eligió redoblar la apuesta. Reivindicó las impugnaciones promovidas por JxC ante la Corte Suprema, que originaron la suspensión de las elecciones en Tucumán y San Juan y luego viajó a Córdoba a recibir el beso de Larreta. Los viajes no le impidieron tener otra reunión con el diputado de ultraderecha Javier Milei, precandidato presidencial de La Libertad Avanza.

El encuentro fue negado por el equipo de Milei. En el PRO aseguran que sucedió. Las versiones suceden en un momento donde la Mesa Nacional de JxC debate cómo ordenar el ingreso de José Luis Espert, ex socio de Milei e integrante del bloque «Avanza Libertad» en la Cámara Baja. La mayor diferencia gira en torno a su destino: si competirá en las PASO como precandidato presidencial -como dijo este sábado en la Feria del Libro- o si jugará por la provincia de Buenos Aires, el escenario electoral donde hay una pelea aún mayor por la unidad.

Tal como contó este diario, el diputado nacional Diego Santilli busca ser el candidato de la unidad y superar la dispersión de aspirantes que hay por la gobernación bonaerense. Por eso no accedió al pedido de Rodríguez Larreta de declararlo su «único candidato presidencial».

Santilli necesita ser el candidato de síntesis par JxC en la Provincia para ampliar sus chances. No hay nada definido: este sábado Bullrich fue a La Plata y se mostró con Joaquín De La Torre, que también es precandidato y quiere competir con Santilli y Cristian Ritondo, impulsado por María Eugenia Vidal y a la espera del respaldo de la exministra de Seguridad. A De La Torre le cuentan las horas para que deje JxC y sea el representante de Milei en Buenos Aires.

En el PRO estiman que el escándalo que late en Tribunales no hace mella a sus precandidatos. Creen que así será, al menos por ahora, y en días donde la preocupación gira en torno al récord del 8,4% de inflación de abril. Bullrich puede estar en la mira de la Justicia y así debería transitar su campaña. Luego de los señalamientos por el escándalo de Milman, redobla sus acercamientos con Milei y no niega su incomodidad con Rodríguez Larreta.

También es una forma de aumentar la tensión cuando JxC afronta el intento de un sector de la UCR de instalar una negociación para sumar al gobernador cordobés Juan Schiaretti, que lanzó su precandidatura presidencial. En esa movida toman otro volumen los acercamientos cordobesistas con el diputado radical Facundo Manes y la influencia del empresario de medios Guillermo Seita, que también tiene a Rodríguez Larreta como cliente privilegiado.

Con semejante entramado, el problema judicial de Milman y Bullrich queda en un segundo plano, pero no deja de cocinar desconfianzas con el alcalde porteño, especialmente por un caso que quedó al desnudo luego del hackeo al celular del exministro de Seguridad Marcelo D’Alessandro. La intervención ilegal reveló una presunta relación de amistad y cercanía con el fiscal correccional N° 55 César Augusto Troncoso.

Es el mismo que el año pasado denunció a Milman ante la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento de la Cámara de Diputados. Lo acusó de haberse extralimitado en sus funciones. Pidió que fuera sancionado a partir de un incidente registrado el 4 de abril de 2022, cuando la Policía de la Ciudad detuvo un auto, a nombre de Metalúrgica Oliva Hermanos S.A, manejado por María Luz Peralta Ramos, una conocida de Milman que mostró un registro de conducir apócrifo. El diputado cuestionó la detención, dijo que la señora era su esposa y denunció a los efectivos que la detuvieron.

La firma Metalúrgica Oliva fue una importante proveedora de blindajes de la cartera de Seguridad durante la conducción de Bullrich. Para los desconfiados que pululan en JxC, la inusual denuncia de Troncoso contra Milman en Diputados habría sido promovida al calor de su presunta amistad con el exministro larretista, víctima de un hackeo ilegal.

El caso ha sido inexplicablemente dormido por el oficialismo en una comisión de Diputados donde tiene mayoría para hacerlo. No avanzó hasta ahora, aunque la vicepresidenta lo mencionó específicamente el año pasado, cuando habló por primera vez luego de renunciar a cualquier candidatura electoral. «¿Qué pasa cuando nos enteramos que el señor Milman tiene no sé cuántas señoritas a cargo? No solamente eso: que siendo integrante de la Comisión de Seguridad (de la Cámara de Diputados) tenía vinculaciones y contratos con empresas de seguridad», insistió Cristina. Por esos días el tema ya estaba en la mesa chica del PRO.