Horas antes, en la italiana Siracusa, isla de Sicilia, se habían registrado 48,8° de temperatura. Superaba el record histórico de 48° de Atenas en 1977. Justamente en la capital griega, demudado, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, aseguraba: «Logramos salvar a miles de personas, pero perdimos terrenos forestales y propiedades. Se trata del mayor desastre ecológico de las últimas décadas». Más de 100 mil hectáreas de bosques y tierras de labranza fueron consumidas en menos de dos semanas. «La crisis climática está aquí, y todo tiene que cambiar, desde la orientación de la economía y la política energética nacional hasta el comportamiento de todos los ciudadanos», dijo Mitsotakis.

Grecia es afectada por los incendios forestales casi todos los veranos. En 2018, 102 personas fallecieron en el centro turístico de Mati, cerca de Atenas. Pero lo que ocurre hoy supera todo lo conocido: 600 incendios en lo que va de agosto, con temperaturas de entre 42° y 45° que superan los registros del último medio siglo.

También en Rusia, en Turquía y en Italia el fuego se devora amplias regiones. A principios de esta semana, se supo de más de 100 focos en Siberia, descomunalmente grandes: por primera vez el humo alcanzó al Polo Norte. En Italia, las llamas destruyeron una reserva natural de 21,4 hectáreas cerca de Pescaras. En las zonas turcas de Manavgat, Antalya, Marmaris y Bodrum, los incendios forestales vienen arrasando amplias áreas y provocaron ocho víctimas fatales y miles de heridos. Incluso el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró el estado de desastre en las regiones afectadas.

Mientras, el oeste de Alemania, buena parte de Bélgica y amplias zonas de los Países Bajos, se produjeron las mayores precipitaciones e inundaciones que no registran antecedentes , que provocaron la muerte de decenas de personas y daños materiales graves, incluso con el derrumbe de viviendas y edificios. Algunos cauces alcanzaron caudales insólitos.

EE UU y Canadá también viven interminables olas de calor. A ellos les da por ponerle nombre a las tragedias: Dixie ya lleva más de 27 días activos y consumió 1970 km2 sólo en California. Varias ciudades quedaron afectadas y una fue absolutamente devorada por el fuego: Greenville Dixie. Pero la National Interagency Fire Center reportó más de un centenar de focos: hay más de 9700 km2 consumidos y trabajan más de 25800 brigadistas.  Estas noticias se deben comprender en la realidad del cambio climático. La temperatura media global de la superficie terrestre aumentó casi un grado desde mitades del siglo XX, así como se produjeron inéditos vientos huracanados, aumento de lluvias, inundaciones y sequías graves. Las alteraciones en la biósfera, además, conducen migraciones y extinciones de numerosas especies, así como efectos en la agricultura. Y claro, sobre la salud humana, debido al desplazamiento de algunos vectores transmisores de enfermedades, por caso, la pandemia del Covid-19.