El banco más grande de Alemania, Deutsche Bank, anunció este domingo que eliminará 18.000 empleos -una quinta parte de su plantilla- en tres años, un plan sin precedentes en la entidad que arrastra desde hace años problemas financieros.

«La reestructuración dará como resultado una reducción en el número de puestos equivalentes a tiempo completo de 18.000 para 2022, para reducir la fuerza laboral hasta alrededor de 74.000 personas», indicó el banco en un comunicado.

Deutsche Bank, que el año pasado ya suprimió 6.000 empleos, explicó que quería reducir sus costos en 6.000 millones de euros anuales.

El plan anunciado requerirá gastos por 3.000 millones de euros en el segundo trimestre del año fiscal en curso, y provocará una pérdida neta de 2.800 millones de euros.

Para el año en su conjunto, Deutsche Bank debería, con toda probabilidad, volver a concluir en rojo, luego de una pequeña ganancia en 2018, que fue antecedida por tres ejercicios consecutivos de quebrantos.

Este plan aparece como una última oportunidad para el banco, poco más de dos meses después del fracaso de las negociaciones para una fusión con su competidor, también en dificultades, Commerzbank. 

Aquel plan gozaba del beneplácito del gobierno alemán, inquieto al ver a un elemento clave del sector financiero en riesgo de ser comprado por inversores extranjeros.

«Deutsche Bank juega en primera división y debe tomar las medidas necesarias para que esto siga siendo así», sentenció el ministro de Economía alemán, Peter Altmeier, en la edición dominical del diario Bild, al referirse a las supresiones de empleos.

El principal dirigente del banco, Christian Sawing -quien asumió su cargo el año pasado-, optó por una estrategia basada en centrarse en las actividades más estables, como la banca minorista, y en centrar sus actividades en Alemania y Europa, dejando de lado los sueños de desarrollo en Estados Unidos.



Por el contrario, el sector de banca de inversión -que era una prioridad del grupo- parece condenado al olvido. Deutsche Bank además cesará su actividad en la negociación de acciones, rama que podría vender al francés BNP Paribas.

El viernes, fue despedido el jefe de la rama banca de inversión, el sudafricano Garth Ritchie.

En cuanto a las actividades en Estados Unidos, el banco ha enfrentado una serie de litigios, algunos de ellos vinculados con el escándalo de los sistemas de evasión fiscal conocidos como Papeles de Panamá

Para limpiar sus cuentas, el Deutsche Bank también anunció este domingo la creación de una filial a la cual derivar activos considerados riesgosos por 74.000 millones de euros. En su mayoría se trata de productos financieros altamente especulativos.

Al margen de Deutsche Bank, todo el sector bancario alemán está pasando por un momento difícil, luego de haber sido durante años el orgullo del país. 

El año pasado, se redujeron más de 32.000 empleos, una disminución superior al 5,4% de la fuerza laboral en el sector, nunca visto desde la reunificación alemana en 1990, según cifras de Barkow Consulting.