Acá no hay vencedores sino puros perdedores. Pero como en toda historia, también en la de los sucesos del 11 de septiembre de 2001, hay quienes afirman que la verdad no es la oficial que se detalla en el “Final Report on the Collapse of the World Trade Center Towers”, e insisten en contar la suya. Hay muchos trabajos en ese sentido: La mayor mentira jamás contada, 911 misterios, Historia de una infamia, Las últimas 24 horas, Cabos sueltos del 911 y muchos otros más, con distintos grados de verosimilitud. La mayoría de ellos sigue la dirección de la teoría del autoatentado. Probablemente el que con más rigor científico intenta probar esa hipótesis tan controversial es 911ExpertsSpeakOut (11 S Expertos hablan claro), que es una producción de la ONG “Arquitectos e ingenieros para la verdad sobre el 11 S”. Apunta a demostrar que la demolición de los edificios se hizo mediante explosivos. En el documental de casi una hora de duración se afirma taxativamente que las “evidencias reales fueron ocultadas y destruidas”.

Se trata de más de un centenar de científicos e investigadores, que «apoyan enérgicamente investigaciones independientes». Afirman que más de 1000 víctimas de las 2744 muertes oficiales no fueron identificados fehacientemente o hallados sus cuerpos. Mencionan esas 2744 muertes, a “un millón de vidas perdidas en Afganistán e Irak; 6000 soldados de EE UU perdidos en la guerra del terror; 4,5 billones de dólares, el costo de la guerra contra el terror; preciosas libertades civiles retiradas, comisiones militares, una nueva ley de defensa; ciudadanos detenidos y encarcelados indefinidamente, sin cargos, sin pruebas, sin defensa legal, sin juicio, incluso torturados o asesinados simplemente por ser acusados de asociación con el terrorismo”, y en todos los casos reafirman que “las cifras siguen en aumento”.

Y su sospecha se agiganta en el derrumbe de la tercera torre, la Word Trade Center 7, que se vino abajo ese día. Con sus 47 plantas en siete segundos. Varios de los científicos afirman que “fue una demolición controlada perfecta” y aseguran que “se violaron leyes de destrucción de evidencias”.

Bush-Bin Laden

Existen otras investigaciones que van en sentidos parecidos. Por caso, el documental Fahrenheit 9/11, que realizara Michael Moore, en el que se revelan las relaciones comerciales entre las familias de George Bush, por entonces presidente de los EE UU y del terrorista al que acusaron de ser el ideólogo de los atentados, Osama Bin Laden. En ese trabajo se asegura que esos negocios “llegaron a su fin por conflictos de interés” y que se requería un atentado que justificara una intervención militar.

En ese documental se pone en entredicho otro aspecto de los atentados de ese 11 de septiembre, como fue el ataque al Pentágono, un edificio prácticamente invulnerable al que destruyó parcialmente un Boeing 757, que según Moore “no dejó rastros”. Y abraza la teoría de que fue un autoatentado y que se realizó con un misil o una pequeña aeronave. «