Luego de tantas idas y vueltas la franquicia de Spider-Man (como la corrección de los especialistas indica escribirlo) parece haber recuperado su estabilidad. El que en el cómic prácticamente fue el personaje insignia de Marvel en el cine tuvo vaivenes que en alguna medida mortificaron a los fans. Aquí va una breve reseña.

El primer intento por llevarlo al formato fílmico fue en 1977. Pero se trató de una producción directamente para televisión con el objetivo de dar inicio a una serie que se titulada The Amazing Spider-Man, que la CBS emitió en dos temporadas de 13 capítulos cada una.

Algunas licencias para reformular la historia no agradaron a los fans. Entre las principales, la ausencia del Tío Ben y los malvados escogidos que Spider-Man debía combatir. Faltos de rudeza, no resultaban la fortaleza y convicción del Peter Parker que estaba detrás de la máscara. Poco tenían que ver con la grandeza y el peligro de Octopus o el Duende Verde. Eso sin contar los efectos especiales, que vistos desde la actualidad parecen de película clase b de dinosaurios. La baja audiencia llevó a la CBS a discontinuar el proyecto.

 

Durante más de 20 años los derechos de Spider-Man dieron para realizar un culebrón (pero es difícil meterse con los grandes jugadores de la industria). Sucedió algo parecido a lo siguiente: 21st Century’s Menahem Golan (dueña de los derechos) intentó hacer su propia versión con James Cameron a la cabeza; en el camino, MGM (Metro Goldwyn Mayer) compró 21st Century, que por supuesto incluían los derechos y guiones de Spider-Man; pero en el medio los derechos de adaptación caducaron, así que Marvel se los vendió a Sony Pictures. Ante lo que suponían una gran zanahoria, MGM y Sony llegaron a un acuerdo: Sony no haría una entrega de la 007 (la de Bond, James Bond) y MGM no seguiría con Spider-Man. 

Así llegó la versión Sony de 2002, con el siempre confiable Sam Raimi en la dirección, y el ascendente Tobey Maguire en el protagónico, acompañado por la también ascendente Kirsten Dunst. Y volvían todos los buenos y malos de verdad: tía May y tío Ben; el Duende Verde. Una inversión de 140 millones de dólares para una recaudación que superó los 800 millones; gran éxito en la ecuación comercial, incluso pese a que, ya avanzada la producción, tuvo que borrarse de todas las escenas la presencia de las Torres Gemelas, que el año anterior habían sido voladas por un ataque terrorista. Aquí el trailer que la Sony consideró que debía retirar de circulación.

 

El éxito de taquilla y la explosión de merchandising que trajo consigo, hizo encarar de inmediato una segunda y tercer entrega. Así llegaron Spider-Man 2, con Dr. Octopus como el archienemigo, y Spider-Man 3, con un nuevo Duende Verde, el Hombre de Arena y Venom. Si bien con éxito en boleterías, no pudieron superar la marca de la primera y ya la tercera tampoco contó con el beneplácito de especialistas (tanto entre la crítica como entre los fans). Sam Raimi por su parte luego reconoció haber tenido mucha presión y con la cuarta entrega ya encaminada (incluso había guiones para una quinta y sexta), se retiró del proyecto porque consideró que había fechas imposibles y guiones flojos. El proyecto se desmoronó. 

Así llegamos a la actual etapa del reboot (relanzamiento de una historia sin tomar en cuenta las anteriores versiones, como si todo volviera a comenzar de cero, al menos cinematográficamente). Con la dirección Marc Webb (una sorpresa, porque venía de una película de “otro palo”, como (500) Days of Summer), la saga tomó un humor liviano que las anteriores no tenían, imbuidas de una seriedad adusta y por cierto trágica, acaso influida por el momento histórico que estaba pasando Estados Unidos. 2012 puede decirse que era un tiempo más hippie. Así las cosas, y porque el futuro siempre se presenta más jovial que el presente, Peter Parker ya no tiene las responsabilidades de un reportero gráfico sino que es un estudiante secundario. 

Andrew Garfield como Spider-Man y Emma Stone como Gwen Stacy muestran a las claras el cambio de estilo. Si bien muchos no estuvieron contentos con el cambio, las siempre atractivas historias que protagoniza el superhéroe permitió una buena taquilla: 750 millones. Pero Sony ni siquiera esperó estos números: ya cuando estaba produciendo la primera de las de El increíble Hombre Araña, lanzó la producción de la segunda y la tercera, con Alex Kurtzman, Roberto Orci y Jeff Pinkner en el guión. La segunda entrega gana oscuridad aunque no el tono adusto de las que protagonizó Maguire, y algunos empezaron a desconfiar de la continuidad de la saga. Su recaudación tampoco ayudaba: 709 millones de dólares. 

En los últimos años más que el culebrón, volvieron las intensas negociaciones entre Marvel (ahora perteneciente a Disney) y Sony para, en vez de competir, colaborar en busca de la maximización de beneficios para cada una. Lo que les cerró a ambas Majors fue incluir el personaje de Spider-Man -de Sony- en el Marvel Cinematic Universe (MCU, donde están los Vengadores), y a cambio Sony seguirá en propiedad y explotación de los derechos, pero además puede negociar con algún otro personaje del MCU (de Marvel/Disney) para sus propias películas de Spider-Man. De ahí la aparición del adolescente de apenas 14 años en Captain America: The Civil War, donde el muchacho interviene en la pelea entre el susodicho capitán y Iron Man (ahora su tutor).

Vista la nueva entrega de este nuevo reboot, se puede decir sin vergüenza, pero sólo por ahora, que colorín colorado, este cuento se ha terminado.