En medio de una interminable crisis política producto de un nuevo intento de juicio destituyente en su contra, el presidente de Perú, Pedro Castillo, jugó una carta constitucional para, al menos, contrapesar el ataque permanente de las fuerzas de oposición de derecha y extrema derecha en su país. A través de su premier (jefe de Gabinete con funciones ampliadas), Aníbal Torres, presentó al Congreso una “cuestión de confianza” para que habilite el tratamiento de un referéndum, como primer paso a la Asamblea Constituyente que proponga una nueva Carta Magna, uno de los principales ejes de su campaña.

Aníbal Torres se presentó ante un Congreso dominado por la oposición en días en que la Comisión Permanente encargada de debatir una acusación constitucional para inhabilitar al presidente, estaba a punto de avanzar en el juicio político por dos denuncias bien diferenciadas:

1) En una de ellas se afirma que el presidente Castillo encabezaría, junto con dos exministros, una organización criminal que habría actuado en agravio del Estado;

2) En la otra denuncia se lo acusa de “traición a la patria” por promover una consulta popular que habilite la concesión de una salida al mar a Bolivia.

En definitiva la denuncia constitucional contra el presidente había sido aprobada el miércoles por la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales y restaba que pasara por la Comisión Permanente del Congreso, que la debe enviar al pleno. Esto es lo que iba a ocurrir el viernes, pero quedó en suspenso, acaso por la presentación de Torres.

Es que la Constitución otorga al Congreso la facultad de vetar decisiones del Ejecutivo, como la conformación del Gabinete, y declararlo inhábil si, por ejemplo, no logra presentar un equipo que satisfaga sus expectativas. Pero de igual forma, el gobierno puede presentar una cuestión de confianza al legislativo para aprobar una norma que considere vital, y si este se niega reiteradamente, puede declarar la disolución de la cámara y convocar a elecciones legislativas.

Aunque la oposición denunció la jugada y algunos medios jugaron con el recuerdo del autogolpe de Alberto Fujimori. En su presentación, el propio Torres aclaró que esa no es la intención. “No vengo a presentar el proyecto de ley con el fin de cerrar el Congreso. Si el «Poder Ejecutivo hubiera querido cerrar el Congreso hubiéramos presentado dos o más proyectos de ley, planteando dos o más cuestiones de confianza respecto de estos, puesto que nada impide formular estas de manera simultánea o sucesivamente”, aseguró el funcionario del gobierno central.

Sin hacer mención a esto último, el presidente Castillo pidió el apoyo a su iniciativa. “La participación del pueblo a impulsar reformas a través del referéndum no puede ser recortado ni vulnerado. Por ello, invoco al Congreso a aprobar la cuestión de confianza presentada por el premier para restablecer la democracia ciudadana. ¡Trabajemos unidos por el Perú!”, tuiteó el jueves.

Según se informó, la cuestión se tratará luego de la visita de una comisión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que llegaré en las próximas horas a Lima con la intención de tender puentes de diálogo entre el Ejecutivo y los principales referentes del Congreso controlado por los bloques mayoritarios de extrema derecha Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, y Renovación Popular, que junto a otros más pequeños sigue ganando posiciones frente a un oficialismo quebrado y con aliados alejados.