Lejos de la postura belicista que proclama una inminente invasión rusa, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski pide evitar el pánico que destilan dirigentes y medios occidentales. No solo porque la situación no es lo que aparece en las pantallas –que repiten con insistencia imágenes de movimientos de tropas en antiguas maniobras– sino porque el clima que generan está afectando la economía de ese país.

«No necesitamos este pánico», dijo Zelenski, un comediante y guionista que se hizo famoso ridiculizando a los mandatarios de su país y terminó poniéndose la banda presidencial en mayo de 2019. «La probabilidad de ataque ruso existe, no ha desaparecido, pero no vemos ninguna escalada superior a la que ya existía», agregó ante periodistas extranjeros acreditados en Kiev.

Y agregó, en tono adusto: “¿Cuánto le va a costar este pánico a nuestro país?”. Zelenski señaló que desde el comienzo de esta escalada Ucrania sufrió una fuga de capitales estimada en 12.500 millones de dólares, lo que agrega inestabilidad a la ya de por sí crítica situación económica. Para corregir este desbalance se necesitaría una inyección de no menos de 5000 millones de dólares, pero el panorama que muestra la prensa desalienta cualquier inversión.

“La impresión en los medios de comunicación es que tenemos una guerra, que hay militares en las calles, que hay una movilización, pero no es así (…) ¿Hay tanques en las calles? No, pero esa es la impresión que se crea en Reino Unido, Alemania, Francia, Lituania», añadió.

El gobierno ucraniano no solo reclama a los medios occidentales, sino que mantiene un enfrentamiento con los de su propia nación. El último día de 2021 decretó el cierre de otras dos cadenas de televisión opositoras, Ukrlibe.tv y y Perviy Nezavisimiy, acusadas de transmitir información proveniente de Moscú. Entre los “cargos” figura que ambas cadenas reemplazaron a las anteriormente clausuradas 112 Ucrania, NewsOne y ZiK, y que además contrataron a parte de su personal y equipos técnicos. Periodistas ucranianos también denunciaron el cierre del principal diario en inglés, el Kyiv Post, luego de 25 años de circulación. Con la excusa de modernizarlo, el nuevo propietario, el magnate Adnan KIvan, echó al editor y a toda la redacción. “Hemos dado ejemplo de un alto nivel profesional y ético. Por eso, todos los presidentes y gobiernos de la historia de Ucrania han intentado influir en el Kyiv Post. Sin embargo, incluso bajo toda esta presión, ninguno de nuestros propietarios llegó a cerrar el periódico”, dice un comunicado de los trabajadores.