Frente a la Plaza de los Dos Congresos, en una tarde soleada de viernes finalmente confluyeron las columnas principales de trabajadores confederados y de los movimientos sociales. A eso de las 15, por Avenida Entre Ríos llegaba una columna encabezada por las banderas verdes de la UOCRA (trabajadores de la construcción). Los esperaban, justo frente a las escalinatas de Congreso, donde se montó el escenario, trabajadores de Dragado y Balizamiento, Marina Mercante, ladrilleros de UOLRA, los docentes de UDA, entre muchos gremios más. Desde los altavoces, les pidieron que se ubiquen sobre Yrigoyen y así lo hicieron. Del lado de Avenida Rivadavia y Callao, se ubicaban los movimientos sociales, que llegaban desde Avenida de Mayo y 9 de Julio: más cerca del escenario, las banderas celestes de Barrios de Pie y trabajadores de la Corriente Clasista y Combativa. Sobre Rivadavia o cerca, la CTEP, Movimiento Popular La Dignidad, más lejos otros movimientos sociales. Durante el acto hubo aplausos, entusiasmo con cada uno de los oradores, aunque todavía, trabajadores de uno y otro sector de la economía y la sociedad argentina no estrenaron canciones comunes. Ambos recorrían el principio del conocimiento mutuo, reconociéndose parte de una unidad. 

«Estamos acá por los despidos, pero también por los movimientos sociales, por la gente que no tiene laburo, por la Asignación por Hijo» dijo a Tiempo Jorge, un trabajador de Dragado y Balizamiento ubicado frente al escenario junto a sus compañeros.

«Vinimos por el tema de la ley. No quieren reconocer que tenemos pobreza en La Matanza. No se puede vivir de un plan social. Son pocos los compañeros que entran a una cooperativa. Los demás quedamos fuera del sistema. Hay compañeros que viven del cartoneo, pero hasta eso bajó, bajó la producción de plástico y cartón. Esperamos que se apruebe la ley y que el gobierno hable con el sector privado» dijo a Tiempo Osvaldo Vadano, de Virrey del Pino y de la Corriente Clasista y Combativa. 

«La mayoría son compañeros que salen a cartonear, algunos por ahí hacen un contrapiso cada dos meses» coincidió José, de Barrios de Pie. Rosemarie Chuquimia, por su parte, llegó de Bolivia hace 22 años y trabaja y milita en el barrio Los Pinos, en Villa Soldati, Comuna 8. «Arreglamos árboles, barremos, hacemos mantenimiento» cuenta. «A veces, entre varios nos juntamos para darle una mano en la casa, a un compañero que está desocupado» reconoce. Ella milita en la CTEP , en la Corriente Villera Independiente y en el Movimiento Popular La Dignidad, como lo muestra su remera con las tres siglas. «Si tenemos sueldos, son bajos. No tenemos seguro, obra social» lamenta. Y enseguida tiene que irse para ayudar a sus compañeros.