Aunque acumulan una deuda de U$S 1000 millones con el Estado por importar más de lo que la ley les permite, las automotrices se preparan para volver a llenar el mercado argentino de autos brasileños en 2018. 

También proyectan aumentar la producción nacional con el foco puesto en las exportaciones, pero el nivel que esperan es el mismo de 2004, cercano a las 565 mil unidades. 

En 2017, las concesionarias despacharon casi un millón de vehículos nuevos. El 70% de esos autos y utilitarios llegó desde Brasil a un precio ventajoso que les permitió a las empresas vender barato o con descuentos que sedujeron fuertemente a la demanda.

Semejante flujo importador, previsiblemente, iba a tener consecuencias en las cuentas nacionales. Expertos del sector informaron a Tiempo que en los últimos dos años las empresas importaron desde Brasil U$S 2,5 dólares por cada dólar que exportaron al vecino en concepto de autos. A la par, en el segmento de los utilitarios, importaron U$S 3,1 dólares por cada dólar que le exportaron al vecino en concepto de utilitarios. 

Los datos son escandalosos, porque legalmente, las compañías tenían permiso para importar desde Brasil U$S 1,5 por cada dólar que podían exportar a ese país desde Argentina. Así las cosas, mientras el gobierno hizo la vista gorda, entre 2016 y 2017 las multinacionales automotrices acumularon una deuda de mil millones de dólares con el erario público. 

Mientras las terminales hacían un negocio monumental con la importación, en las fábricas los levantamientos de líneas de producción y suspensiones de personal fueron moneda corriente. Y, aunque el gobierno y las automotrices vaticinan un 2018 venturoso, los números que manejan indican que las cosas no se enfilan a cambiar este año. 

La ratificación del modelo importador quedó clara el viernes en un comunicado de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA). 

La entidad proyectó que en 2018 se fabricarán 565 mil vehículos de los que se exportarían 300 mil unidades. Se deduce que los 265 mil restantes se venderán en Argentina. Pero el informe de ADEFA también proyectó 945 mil patentamientos, lo que indica que unas 680 mil unidades llegarán al país desde el exterior para ser vendidas en las concesionarias locales.

Igualmente, sin considerar el problema de las importaciones que amenaza agravar la deuda con el Estado, las empresas festejan la posibilidad de lograr un aumento de la producción del 20% que en rigor apenas empata el nivel de 2004. 

En el comunicado, el presidente de ADEFA, Luis Fernando Peláez Gamboa, destacó las proyecciones del sector como fruto del Plan 1 Millón, que impulsa el gobierno en conjunto con las empresas, y consideró: «Fundamental trabajar en cuatro pilares: aumento de producción, mejora continua de la competitividad, del empleo y la inserción internacional».

Sin embargo, entre consultores del medio y otros conocedores, muchos aseguran que el Plan 1 Millón hoy por hoy está virtualmente congelado. Un contacto autopartista definió que el plan «sigue igual de mal. Las fábricas no lo están apoyando porque en el corto plazo la ganancia está en la venta en las condiciones que se vienen viendo. Hoy hay opciones de inversión y así y todo se vende un millón de autos. A ese mercado no lo van a dejar». 

Como siempre, la peor parte se la lleva el asalariado. Del casi millón de ventas que se espera para este año, más de 600 mil no tendrán ni un solo minuto de trabajo nacional. Y para colmo de males, según una encuesta de la consultora Adecco, el 33% de las empresas «habla de achicamiento y restructuraciones para seguir desarrollándose en el mercado». «

Las pymes en alerta por el posible levantamiento de retenciones al cuero

La posible liberación de las exportaciones de cueros crudos encendió la alerta entre las fábricas nacionales que tradicionalmente les compran ese insumo a los productores locales. 

Marroquineros, fabricantes de calzado y otros empresarios advierten que con las fronteras liberadas, los dueños de los cueros podrían desabastecer la plaza local en busca de mercados más rentables.

La posibilidad de una medida de ese orden se considera desde la llegada de Cambiemos al poder en diciembre de 2015 pero los rumores aumentaron desde la asunción de Luis Miguel Etchevehere al frente del Ministerio de Agroindustria. Los propietarios de los cueros son mayormente asociados a la Sociedad Rural (SRA), institución que Etchevehere presidió hasta fines de 2017. 

Además de protestas empresariales, el tema promete un nuevo escándalo de intereses cruzados, porque un hipotético decreto del ex SRA lo beneficiaría directamente.

El presidente de la Cámara Industrial de Manufacturas de Cuero y Afines (CIMA), Ariel Aguilar, reconoció que el tema: «es preocupante porque dejaría a la industria sin insumos de calidad. Ese sería un golpe definitivo» para la producción vernácula, que viene de sufrir un aumento de las importaciones superior al 43% en 2017.

Aguilar agregó que el levantamiento de las retenciones amenaza también a la industria curtidora, que tiene alrededor de 10 mil puestos de trabajo. «