A dos días del hallazgo del ARA San Juan, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y familiares de la tripulación del submarino volvieron a cruzarse por la posibilidad de reflotar la nave del fondo del Océano.

Aguad –quien fue citado para el 4 de diciembre por la Comisión Bicameral que sigue el caso en el Parlamento- protagonizó en las últimas horas un raid mediático para subrayar que «no hay factibilidad técnica de reflotar» el submarino.

El funcionario argumentó que «no debe haber en el mundo» herramientas tecnológicas para concretar esa tarea con éxito.

Aunque la empresa Ocean Infinity no dio precisiones del costo de la operación de rescate de la nave –sólo había sido contratada para su localización- en las últimas horas trascendió la cifra de US$ 4000 millones.

El debate alrededor de esa cifra derivó en una intervención del ministro de  Defensa que generó indignación entre varias de las familias de los tripulantes. “Sería un disparate invertir esos recursos, en un país que tiene un 30 por ciento de pobreza”, diagnosticó Aguad en una entrevista televisiva el domingo por la noche.

El lunes por la mañana, en declaraciones radiales, Luis Antonio Liz, padre del cabo principal Luis Alberto Liz –recién llegado de Mar del Plata, donde el jueves se realizó el acto homenaje al cumplirse un año de la desaparición del buque- cuestionó los argumentos del gobierno. Y reclamó que el gobierno asuma las tareas de rescate. “Cuando nos informó sobre las tareas que iban a realizar, la empresa también nos dijo que ellos podían rescatarlo”, subrayó.  

El domingo por la tarde, un grupo de familiares de la tripulación se movilizó a la Plaza de Mayo para exigir que, a partir del hallazgo del submarino, avance la investigación judicial para saber qué paso exactamente con la nave.

En paralelo, otros familiares se reunieron con el jefe de la Armada, almirante José Luis Villán, en el hotel Tierra del Fuego de la ciudad balnearia de Mar del Plata. En ese encuentro, las autoridades de la Armada derivaron en la jueza federal Marta Yañez, a cargo de la investigación, la decisión de rescatar los restos del submarino que fueron hallados a más de 900 metros de profundidad.