En una nueva vuelta de tuerca a la fractura total dentro del oficialismo, el vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas quedó el lunes bajo prisión preventiva por el caso Odebrecht, convirtiéndose en el funcionario en ejercicio de más alto rango en ir a la cárcel acusado de haber recibido coimas de la constructora brasileña en Latinoamérica.

En una audiencia en la máxima Corte de Justicia en Quito, el magistrado Miguel Jurado también congeló los bienes y las cuentas bancarias del vicepresidente, que desde agosto ya tenía prohibida su salida del país.

Todo esto se produce mientras el presidente Lenin Moreno, que llegó al gobierno de la mano de Rafael Correa, ultima detalles de un llamado a referéndum que puede echar por tierra con muchas de las prescripciones instauradas en el período en que gobernó el economista formado en la universidad católica de Lovaina, Bélgica, 2007-2017. Entre ellas la de la reelección indefinida, que le permitiría volver al poder cuando termine el mandato de Moreno, en 2022. Otra es la que impediría aasumir cargos públicos de por vida a condenados por corrupción.

En un video difundido en Twitter desde su domicilio en Guayaquil (suroeste) antes de entregarse por la noche a las autoridades, Glas dijo que acataba «en protesta» una resolución «inconstitucional, ilegal, en un proceso lleno de fallas».

El vicepresidente, un ingeniero de 48 años que se define como el político «más auditado de la historia del Ecuador», advirtió que acudirá «a instancias nacionales e internacionales» para defenderse.

Según constató la AFP, Glas fue trasladado en un avión militar a Quito, donde ingresó en una cárcel del norte de la ciudad.

La Fiscalía, que pidió esta nueva medida cautelar «por encontrarse nuevos elementos de convicción en investigación por asociación ilícita», cerró el domingo la etapa de instrucción del caso Odebrecht, de alcance mundial y por el que en Ecuador están siendo procesadas 18 personas, sin que haya condenas.

En los próximos días, el ente acusador presentará o desestimará cargos contra el vicepresidente.

A cargo desde 2007 de sectores estratégicos en el gobierno de Rafael Correa y desde 2013 vicepresidente, Glas es acusado por Jose Conceicao Santos Filho, un delator de Odebrecht, de haber recibido sobornos por 16 millones de dólares de la constructora brasileña a través de su tío Ricardo Rivera, que también recibió prisión preventiva.

Glas mantiene que no tiene nada que ver con las maniobras de Rivera, quien en todo caso hacía uso y abuso de su relación para beneficio personal, sinq ue él se hubiera enterado de nada hasta que el caso salió a la luz.

Expresidentes, ministros y funcionarios están en la cárcel en varias naciones latinoamericanas y africanas acusados de haber recibido millonarios sobornos para favorecer a la constructora en las licitaciones.

«Que tiemble el mundo»

Glas, a quien la oposición le endilga responsabilidad en varios hechos de corrupción, es el gran aliado de Correa en su ácida disputa con Moreno, al que acusa de aliarse con la oposición para destruir al correísmo y a la llamada ‘revolución ciudadana’ con la que modernizó un país con fama de ingobernable.

Firme defensor de la inocencia de Glas, Correa, que vive en Bélgica con su familia, escribió en Twitter: «Un hombre ha perdido su libertad. Que tiemble el mundo».

Y colgó un enigmático mensaje: «La hora más oscura es las más próxima a la aurora», sobre un fondo de fotografías del caudillo liberal Eloy Alfaro, una de las principales figuras históricas del país.

Desde que asumió el poder en mayo pasado, Moreno inició una cruzada contra la corrupción «de antes, de ahora y de la que pudiera venir», y tras retirarle las funciones a Glas le advirtió de que «el dedo apunta cada vez más hacia» él.

Según la Constitución, Moreno puede designar un vicepresidente temporal de entre sus ministros, pero si la ausencia de Glas supera los 90 días perdería su cargo y el Congreso (dominado por el oficialismo) debería elegir a su sucesor de una terna presentada por el mandatario.

‘Descorreizar’ Ecuador

Tras la resolución contra Glas, Moreno anunció las preguntas de una próxima consulta popular, entre ellas una que propone justamente inhabilitar de por vida a políticos condenados por corrupción.

Leída por analistas como una manera de bloquear un eventual retorno de Correa al poder y desmontar su legado, Moreno propuso además una pregunta para suprimir la reelección indefinida y otra para cesar a los miembros del Consejo de Participación Ciudadana, un órgano creado por el exmandatario para nombrar autoridades de control y electorales.

En una reciente entrevista con la AFP, Correa sostuvo que la consulta busca inhabilitarle a él y advirtió que si el actual gobernante «sigue destruyendo lo logrado» podría volver como candidato para una posible Asamblea Constituyente.

Las demás cuestiones proponen eliminar la ley que imponía impuestos a la especulación inmobiliaria, reducir el área de explotación petrolera en la reserva amazónica del Yasuní o restringir la minería en áreas protegidas.

«Quizás con el tema de la reelección presidencial va a eliminar la posibilidad de tener a Correa como su principal opositor. Pero lo que busca Moreno es estabilizar su gobierno y acercar algunas fuerzas del oficialismo que ya empezaron a dejar su cercanía directa con el expresidente», expresó a la AFP el politólogo Santiago Basabe.