La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) culminó su visita preliminar a Bolivia, que llevó a cabo su secretario Ejecutivo Paulo Abrão para juntar en el lugar sobre las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante la represión desatada por el régimen de facto luego del golpe. Hasta el momento oficialmente se reconocen más de treinta asesinados pero incontables heridos.

La presidenta de la CIDH, Esmeralda Arosemena de Troitiño, declaró en El Destape radio que “en dos ciudades de Bolivia hubo una situación de asesinatos, de masacre, donde hay un número de muertos importante. Lo que se recoge como información es que las masacres fueron con participación de las Fuerzas Armadas y la Policía luego del decreto nefasto que de impunidad a las Fuerzas Armadas”.

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Después de una visita que se prolongó por tres días, Abrão recomendó a la dirigencia política una investigación con un panel internacional de expertos similar a uno que se formó para investigar la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en México. “Normalmente en estas situaciones… las instituciones nacionales no están preparadas para resolver violaciones masivas de Derechos Humanos”, dijo Abrão a la agencia Reuters.

Abrão fue recibido por cientos de personas al canto de “justicia” cuando visitó Sacaba, donde las fuerzas represoras asesinaron a nueve personas que participaban de manifestaciones contra Añez. El siguiente paso de la CIDH es efectuar una visita con más profundidad para realizar un informe definitivo.

En el plano institucional, Bolivia se encuentra encaminada a la elección de un nuevo Tribunal Supremo Electoral que será el encargado de llamar a elecciones en unos 120 días. Luego del acuerdo del MAS con las fuerzas opositoras, hoy en el gobierno, la situación pareciera haber bajado su intensidad, sin embargo, la persecución policial y judicial a los dirigentes del MAS no ha cesado. El gobierno de facto con la complicidad del Poder Judicial y los medios de comunicación buscan sacar de su camino a los referentes territoriales del partido de Morales al tiempo que desprestigiarlos ante la opinión pública como parte de la hoja de ruta dibujada luego del golpe.