El atentado del martes pasado en Nueva York en el que un inmigrante uzbeko embistió con una camioneta alquilada contra una senda para ciclistas matando a ocho personas fue el peor ataque terrorista en esa ciudad desde el del 11-S que derribó las Torres Gemelas causando más de 3000 víctimas mortales. El lamentable hecho no iba a ser desaprovechado por el presidente Donald Trump, tan afecto al oportunismo ya las declaraciones rimbombantes en ocasiones como esta. El mandatario apuntó contra el Estado Islámico (EI), algo bastante lógico, y contra uno de sus blancos favoritos: la política inmigratoria.

Tomando como cierta una columna publicada en la revista Al Naba (Las Noticias) en la que el EI relató brevemente el ataque citando informaciones de «medios», en lugar de usar fuentes internas como es usual cuando se adjudica atentados cometidos en el extranjero, Trump llamó «animal degenerado» al uzbeko Sayfullo Saipov, de 29 años, quien se encu entra detenido como autor del atropello masivo. Contrariamente a lo habitual, la publicación no mencionó al atacante por su nombre ni reivindicó el hecho.

Después, el presidente advirtió que el EI «pagará un alto precio» por sus ataques contra el país. «En base a ello, el Ejército golpeó mucho más duro al EI los dos últimos días. Pagarán un precio alto por cada atentado contra nosotros», tuiteó. El Pentágono confirmó que EE UU y la coalición militar que lidera lanzaron el viernes nueve ataques contra esa milicia extremista en Siria y cuatro en Irak. Más tarde, y fiel a su estilo, Trump reiteró que, cada vez que haya un ataque del EI en EE UU, su gobierno arremeterá contra el grupo «diez veces más fuerte».

Trump pidió la pena de muerte para Saipov y, aunque en un primer momento dijo que iba a considerar enviarlo a la cárcel de Guantánamo, después se echó atrás al admitir las complicaciones y lentitud de ese proceso. Sin embargo, esa condena sólo sería posible en caso de que lo juzgue un tribunal federal, ya que la pena capital no está contemplada en el sistema judicial del estado de Nueva York.

La otra arremetida de Trump se dirigió contra los senadores demócratas y el sistema de inmigración, especialmente contra el denomidado “lotería de visados” que permite a ciudadanos de países con bajo flujo migratorio a EE UU poder ingresar al país legalmente. Saipov había llegado al país en 2010, tras haber sido favorecido con ese  programa de ‘diversidad migratoria’, que permite que que cincuenta mil ciudadanos provenientes de países con tasas bajas de inmigración puedan llegar a EE UU anualmente. Trump llegó a responsbilizar del atentado al senador demócrata Chuck Schumer, coautor de la lotería de visas. «El terrorista entró a nuestro país a través del llamado ‘Programa de Lotería de Visas de Diversidad’, una belleza de Schumer», escribió Trump en su cuenta de Twitter antes de que la versión fuera confirmada por el FBI. «Quiero que (la entrada al país) se base en méritos (…) No más sistemas de lotería demócratas», recriminó.

Minutos después de la acusación de Trump, el senador le respondió que continúa creyendo que «la inmigración es buena para Estados Unidos». Lo llamó a no politizar y dividir al país «como siempre hace cuando ocurre una tragedia nacional» y, en su lugar, le pidió enfocarse en apoyar los fondos antiterrorismo que, aseguró, Trump propuso recortar en su último presupuesto.

Junto a Trump, otras voces conservadoras también criticaron al senador. «Él (Sapov) ‘ganó’ su visa bajo el programa de Lotería de Diversidad introducido por nadie más que @SenSchumer», escribió en Twitter Sebastián Gorka, un ex ayudante de Trump conocido por sus posturas anti-inmigración. Y durante una entrevista con Sean Hannity en el conservador canal de noticias Fox News, el conductor de radio Mark Levin sentó una postura similar. «¿Sabes quién fue el patrocinador? Chuck Schumer», le dijo Levin a Hannity al referirse al programa de visas. «¡Santo dios!», respondió el periodista. 

Los argentinos y el homenaje de Macri

Entre las ocho víctimas fatales del atentado de Nueva York, se encontraban cinco argentinos quienes, como parte de un grupo de 10, viajaron a la ciudad  para festejar los 30 años de egreso del Instituto Politécnico de Rosario. Lejos de consideraciones políticas, cuatro de ellos, otro continúa internado, leyeron el viernes en el consulado argentino una emotiva carta.  «Lloraremos por siempre a nuestros amigos (…). Tendremos que vivir con el dolor a cuestas pero seguimos convencidos de que la forma de habitar este mundo es la que aprendimos desde chicos en nuestras casas, en nuestra escuela, que es la que nos trajo a esta ciudad a celebrar nuestra amistad de más de 30 años», expresó Guillermo Blanchini, encargado de leer el comunicado. Hoy llegará a la ciudad el presidente Mauricio Macri para encabezar mañana un homenaje en el lugar del atentado. Los familiares de las víctimas fueron invitados a participar del acto, al que también acudirá el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, pero no participarán porque esta tarde emprenderán el regreso junto con los cuerpos de las víctimas. «