El expresidente boliviano y candidato en octubre, Carlos Mesa, afirma que el “autócrata” Evo Morales, el Foro de San Pablo y otras usinas de pensamiento de izquierda (pongamos) lograron convencer a periodistas y redes de intelectuales “progresistas” en todo el planeta de que “el admirado líder indígena, el primero en la historia de Bolivia, paladín de sus hermanos, oprimidos por la elite blanca discriminadora, en el contexto de un apartheid a la sudafricana vigente en Bolivia hasta la llegada de Morales, ha sido derrocado por un golpe militar de extrema derecha, violento y racista”.

Mesa, por supuesto lo niega, y afirma que Evo ha creado una visión “idealizada de sí mismo” y que los bolivianos de bien “lidiamos con un mito a nivel global, con una ilusión, con una ficción muy arraigada. No será fácil vencer la gigantesca trama de mentiras que giran a su alrededor, pero hay que hacerlo a fuerza de combatir por la verdad, que sí existe, a pesar de la política”.

Veamos palabra por palabra, golpe militar de extrema derecha, violento y racista.

Fue un golpe, porque no se respetaron las instancias institucionales que aún estaban en marcha y las que propuso el gobierno en funciones. Porque se creó un escenario de desestabilización con apoyo interno y externo y se forzó a una salida no prevista en los mecanismos constitucionales. Es militar, porque la intervención de las fuerzas de seguridad y armadas precipitó la crisis, además de “sugerir” la renuncia, una función completamente ajena al mandato constitucional.

También por la activa participación de las FFAA en el proceso de “transición”, tomando el control de la política de seguridad interior. Todo un gesto que haya sido la institución que tomó juramento a la presidenta de facto, Jeanine Añez, quien habilitó a las FFAA el uso del poder de fuego contra civiles y las eximió de responsabilidad penal.

Es de extrema derecha, ya por el solo hecho de ingresar al Palacio Quemado con una Biblia. “Dios ha permitido que la Biblia vuelva al Palacio” (palabras de Añez). Pero la presidenta de facto lo corrobora en cada acto.

Lo último que hizo fue nombrar a Jorge Tuto Quiroga como representante ante la comunidad internacional para explicar el respeto de su gobierno a los DDHH. Quiroga fue presidente (2001-2002) porque sucedió a quien presidía entonces, Hugo Banzer, que cumplía un mandato constitucional desde 1997. Pero sin desconocer que Banzer fue el general golpista que instauró una dictadura en los 70 alineada con el Plan Cóndor y cumplió con todos los pasos obligados de las dictaduras en la región, incluida la toma de deuda descomunal para su país. Más de derecha no se consigue.

Es racista, por supuesto. Los máximos líderes de la revuelta vienen del núcleo separatista y supremacista cruceño. Las afrentas a la wiphala, la represión a campesinos que causaron gran parte de las 34 muertes registradas, las persecuciones mediáticas, en redes y físicas contra el pueblo humilde que más representado se siente por el movimiento político de Evo Morales, constituyen una matriz de racismo muy fácil de identificar.

Y es violento. Todo el conjunto conforma un hecho de violencia política, institucional, social y cultural gravísima.

Para cerrar el círculo, las elecciones convocadas posiblemente para abril, tendrán la exclusión de los principales dirigentes del MAS, que no podrían siquiera acompañar el proceso sin ponerse en riesgo de ser detenidos, cuando no, ya que están en curso causas tan grandilocuentes como absurdas (terrorismo, lesa humanidad, etc). En esas elecciones es posible que los candidatos que pueda reunir el MAS deban camuflar su sigla, porque el gobierno de facto evalúa proscribir también el uso de la nomenclatura partidaria al asociarla con el supuesto fraude electoral. Mesa piensa volver a presentarse como candidato, en un escenario que recuerda a las elecciones argentinas de 1963 en las que ganó Illia con el 25%, con el peronismo proscripto por la dictadura fusiladora que derrocó a Perón en 1955.

¿Un golpe militar de extrema derecha, violento y racista? Un golpe militar de extrema derecha, violento y racista.

El texto original de Mesa se puede leer acá https://carlosdmesa.com/2019/11/24/renuncia-o-golpe-existe-la-verdad-en-politica/