El senador brasileño Aécio Neves, que había sido apartado de su cargo por el Tribunal Supremo Federal por un caso de corrupción y luego autorizado a recuperar su mandato, volvió al Senado y dijo ser víctima de una «injusticia».

«Vuelvo a la tribuna con un conjunto de sentimientos que pueden parecer contradictorios, pero que retratan la profundidad de las marcas que el episodio de la pérdida de mi mandato dejó, no solo en mí, sino en mi familia y en todos los que siguen mis más de 30 años de vida pública; entre todos esos sentimientos está la indignación con la injusticia», dijo Neves en sus primeras palabras a sus pares.

Neves pertenece al conservador Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal apoyo del Gobierno de Michel Temer, y estuvo más de un mes alejado del Senado por decisión judicial.

El magistrado del Tribunal Supremo Federal, Edson Fachin, lo suspendió al considerar que Neves pidió y recibió dinero de forma irregular de manos de los directivos del grupo empresarial JBS, los mismos que también involucraron a Temer con sus confesiones.

A cambio de este dinero, que Neves pidió para pagar a los abogados que lo defienden en varias causas de la Operación Lava Jato, el senador habría prometido actuar en favor de JBS en el Congreso.

Sin embargo, su temporada fuera del Senado duró poco, ya que el viernes 30 otro magistrado del Supremo, Marco Aurélio Mello, derogó la suspensión resuelta por Fachin, argumentando que Neves podía continuar ejerciendo como senador pues no veía riesgo de que interfiriera en las investigaciones.

Además, Mello observó que negarle el mandato de senador podría generar un conflicto entre el Poder Judicial y el Legislativo, hiriendo la soberanía popular; el juez incluso alabó la carrera política de Neves, lo que causó cierta indignación en la opinión pública.

El martes el senador negó las acusaciones, aseguró que jamás intentó obstruir a la justicia y criticó a los que lo culparon sin darle oportunidad de defenderse.

«Intentaron condenarme ante la opinión pública; fui víctima de la manipulación de algunos, de la mala fe de muchos y, sobre todo, de juicios apresurados, algunos hechos aquí mismo, en esta casa», dijo en alusión a sus colegas.

La acusación contra Neves que sirvió de base para que el Supremo decidiera apartarlo del cargo se sustentaba en un audio grabado a escondidas por los directivos de JBS, en el que Neves usaba un lenguaje soez repleto de palabrotas, por las que pidió disculpas.

Sin embargo, consideró que el audio es una «grabación criminal» y que los parlamentarios deberían aplicarse a aprobar una ley contra el abuso de autoridad que impida que ese tipo de pruebas se usen en procesos judiciales.

Brasil vive en las últimas semanas la peor crisis política de su historia reciente, en buena parte debido a las acusaciones realizadas por los ejecutivos del grupo JBS, que pusieron al descubierto prácticas corruptas de las principales autoridades del país.

El propio presidente Temer está denunciado por corrupción y podría perder el cargo en las próximas semanas si la Cámara de Diputados acepta que la denuncia siga su curso en el Tribunal Supremo Federal.